AGENCIAS

WASHINGTON.- Por primera vez, el telescopio espacial Hubble detectó un objeto solitario a la deriva por nuestra galaxia, la Vía Láctea: los restos invisibles y fantasmales de una estrella que tiempo atrás había sido radiante.

Cuando las estrellas lo suficientemente masivas como para empequeñecer a nuestro sol mueren, explotan en una supernova y el núcleo restante es aplastado por su propia gravedad, formando un agujero negro.

A veces, la explosión puede hacer que el agujero negro se ponga en movimiento, lanzándose a través de la galaxia de un lado a otro. Debería haber muchos agujeros negros errantes conocidos por los científicos, pero son prácticamente invisibles en el espacio y, por tanto, muy difíciles de descubrir.

Los astrónomos creen que 100 millones de agujeros negros flotantes vagan por nuestra galaxia. Ahora, los investigadores creen haber detectado un objeto de este tipo. La detección se realizó tras dedicar seis años a las observaciones, y los astrónomos pudieron incluso realizar una medición precisa de la masa del objeto cósmico extremo.

El agujero negro se encuentra a 5,000 años luz de distancia, situado en un brazo espiral de la Vía Láctea llamado Carina-Sagittarius.

Esta observación permitió al equipo de investigación estimar que el agujero negro aislado más cercano en relación con la Tierra podría estar a solo 80 años luz de distancia.

Los investigadores creen que el objeto puede estar viajando a una velocidad de 160 mil kilómetros por hora, que es más rápida que la mayoría de las estrellas en esa parte de la galaxia.