A los 21 años maravilló al mundo al convertirse en el campeón más joven de ese torneo, implantar récord de 12 golpes de diferencia sobre el segundo lugar y ser el primer afroamericano que triunfaba en Augusta.

El 13 de abril de 1997 se maravilló el mundo deportivo con la victoria de Tiger Woods en The Masters de Augusta National Golf Club, el torneo más emblemático y prestigioso de este deporte en el planeta.

Aquel domingo, el atleta de 21 años rompió todas las marcas, se convirtió en el campeón más joven, su diferencia de 12 golpes sobre el segundo lugar sigue siendo un récord y se elevó como el primer afroamericano en triunfar en ese campo sagrado.

Los 44 millones de personas que vieron en vivo la transmisión por televisión atestiguaron aquel abrazo efusivo que se dieron Tiger y su padre Earl, su creador golfístico.

Earl, de origen afroamericano con ascendencia china, se enlistó en el ejército estadunidense, combatió en la Guerra de Vietnam, y a su regreso se dedicó a jugar golf en Cypress, California, donde nació Eldrick Tont Woods, quien recibió el sobrenombre de Tiger en memoria a un amigo de guerra de su padre.

Un niño de apenas dos años de edad dejó con la boca abierta al público televidente del programa de Michael Douglas, en un día de octubre de 1978, gracias a un maravilloso swing afinado por las clases que recibió de su padre, en sesiones de entrenamientos con ese estatus del régimen militar.

Su madre Kutilda, de origen tailandés, lo llevó y acompaño en toda competencia y anotó cada uno de sus golpes donde triunfó y triunfó hasta convertirse en una maravilla.

Earl y Kutilda le formaron desde su infancia un mundo donde solo existía Tiger, lo cual se agigantó de forma incontenible por sus grandes exhibiciones en cada campo donde se presentó hasta llegar a lo máximo, por ello algunas personas que lo ayudaron lo califican como un malagradecido.

Su exquisito juego lo llevó a ganar el US Open Amateur en 1995 y eso le abrió las puertas para su debut ese año en The Masters, apenas a los 19 años de edad, donde fue el único aficionado que superó el corte y finalizó en el puesto 41.

Años después compartió que su primera participación fue como estar en Disney World, la tierra de la fantasía, y que le encantó el campo por toda su belleza e historia.

Al siguiente año volvió a ganar el mismo título amateur y se abrieron las puertas del Augusta National, en donde el martes jugó la ronda de práctica con Fred Couples, Greg Norman y Raymond Floyd.

Un día después, lo hizo con Jack Nicklaus y Arnold Palmer, dos grandes maestros, y al final el primero dijo a los reporteros que Tiger era el niño con el golf más fundamental que había visto en su vida, y que no sabía si estaba listo para ganar o no, pero sería el favorito en los próximos 20 años.

Pues sí, Tiger no ganó ese año y ni superó el corte, pero dio el gran paso, se convirtió en profesional y en 1997 alcanzó la gloria, deslumbró al mundo del deporte y ese abrazo con su padre lo dice todo.

El 3 de mayo de 2006 falleció su padre, con quien casi al final de sus días se reconcilió, tras años de distanciamiento a causa de su excesivo gusto por el alcohol. Meses después, cuando se coronó en el Abierto Británico soltó el llanto y su caddie, Steve Williams, le apuntó con el dedo índice de su mano derecha que su padre lo veía desde el cielo.

Su progenitor sigue presente, porque el 14 de abril de 2019, cuando obtuvo su quinta victoria en The Masters se fundió en un abrazo con su hijo y expresó que ese momento le recordaba aquella primera victoria y cómo su padre lo abrazó, y que esta vez le daba gusto que su hijo lo viera triunfar.

Esta vez no hubo The Masters en abril a causa de la pandemia mundial del COVID-19 y el torneo se trasladó para celebrarse del 12 al 15 de noviembre próximo, donde hará la defensa de la prestigiosa chaqueta verde que unge al campeón.

Si Arnold Palmer y Jack Nicklaus, entre otros, dispararon el golf a grandes dimensiones, Tiger Woods lo catapultó a convertirlo en un deporte masivo en su país y en el mundo, y al venir de una familia de bajos recursos dio el mensaje que está al alcance de todos.

También generó la explosión comercial de marcas deportivas conjuntamente con la televisión y prueba de ello son los premios que ha recibido por sus triunfos en The Masters, siendo el primero de 486 mil dólares y el último de dos millones 70 mil billetes verdes.