EL BESTIARIO

La primera generación que vivió con computadoras personales, teléfonos inteligentes, internet y el flujo global de información desde una edad temprana tenía grandes expectativas para sí misma, “hoy es la más desafortunada en la historia norteamericana”.

 

 

SANTIAGO J. SANTAMARÍA GURTUBAY

Con más años de educación que sus padres y con una composición más diversa socialmente, los millennials soñaron con más prosperidad e impacto global. Sin embargo, las encuestas internacionales muestran que los millennials, cuya edad actualmente oscila entre los 26 y los 40, más o menos, tienen más probabilidades de endeudarse que sus antepasados y tardan más, en promedio, en dejar la casa de sus padres o en alcanzar los hitos tradicionales de la vida adulta, como comprar una propiedad o un automóvil. “Esta desconexión entre la expectativa y la realidad ha convertido a los millennials en el blanco de memes o comentarios despectivos en internet sobre su aparente “fracaso”, “pereza” o mayor dependencia de sus padres. Y para empeorar las cosas, la generación millennial ahora recibe las miradas desdeñosas de la generación Z, la que le sigue, y para quienes gran parte de lo que se asocia con millennials es visto como vergonzoso. Entonces, ¿qué fue lo que salió mal para los millennials? Y ¿realmente fracasaron? La respuesta de muchos investigadores es, ante todo, que la culpa no es exactamente de los millennials: es principalmente el estado de la economía. “La generación millennial se convirtió en adulta en los primeros días de los teléfonos inteligentes y la conectividad. Entonces, de alguna manera, estaban en el lugar correcto en el momento adecuado para desarrollar grandes ideas sobre su papel en el mundo”, explica Jason Dorsey, experto en perfiles de millennials y presidente de la empresa estadounidense Centro de Cinética Generacional, que analiza los hábitos globales de los millennials y la generación Z. “Sus padres les dijeron que tendrían éxito, que tenían un amplio acceso a la educación en comparación con las generaciones anteriores, y había una gran sensación de conexión y de impacto”. Pero esta generación enfrentó grandes recesiones, como la que arrastró al mundo luego de la crisis financiera de 2008 a 2009. “En muchos sentidos, los millennials estaban posicionados para tener mucho éxito, o eso se les dijo. Y la realidad es que muchos millennials han atravesado algún tipo de gran recesión, con despidos masivos, inflación, estancamiento de los salarios y aumento del costo de vida”, continúa Dorsey. En Estados Unidos un informe de junio de 2020 de The Washington Post nombró a la generación millennial como “la más desafortunada en la historia norteamericana”. Cada generación tiene sus “momentos de definición”. “Teniendo en cuenta la crisis actual (la pandemia de COVID-19), los millennials, en promedio, han experimentado un crecimiento económico más lento desde que ingresaron al mercado laboral que cualquier otra generación en la historia del país”, dice el informe. “Los millennials llevarán estas cicatrices económicas por el resto de sus vidas, en forma de ingresos más bajos, menor prosperidad e hitos de vida retrasados, como la adquisición de una vivienda”. Ahora en la pandemia, aunque la generación más afectada por la falta de trabajo es la más joven, las tasas de desempleo también son altas entre los millennials. Y este grupo de personas también coincide con un grupo de edad que ya había sido muy golpeado por la crisis económica de 2015.

Por supuesto, cada generación enfrenta desafíos propios y lo que Dorsey llama “momentos decisivos”: eventos que marcan a una generación de manera que influyen en sus miedos, opciones educativas y de vida, valores y percepciones del futuro. La generación “silenciosa” (nacida entre 1928 y 1945), por ejemplo, estuvo profundamente marcada por la Segunda Guerra Mundial. Luego, los baby boomers (1946-64) vivieron eventos globales como la Guerra de Vietnam o la llegada del hombre a la Luna. La generación X (1965-1980), que vino después, vio el final de la Guerra Fría y el avance del sida. La actual generación Z (nacida entre mediados y finales de la década de 1990), a su vez, seguramente estará fuertemente influenciada por su experiencia en la pandemia actual. Además, generaciones enteras pueden verse afectadas por eventos de magnitud local, como terremotos, epidemias o eventos políticos traumáticos. Entonces, ¿qué distingue a la generación millennial? Los puntos clave, dice Jason Dorsey, son el aumento considerable en el costo de vida (particularmente en la educación y, en muchas ciudades del mundo, la vivienda) y el alcance cada vez más global de eventos que podrían no haber tenido tanto impacto si no vivéramos en un mundo tan interconectado. “Hasta la llegada de GenZ, los millennials eran la generación más similar (entre sí) en el mundo. ¿Significa que las personas son iguales? No. Pero sí significa que tienen muchas similitudes en su forma de pensar sobre la comunicación, entretenimiento, cultura, participación en la política”, dice el especialista.

Los gurús de la sociología moderna anuncian el fracaso de la generación más visualizada de los últimos tiempos. “El protagonista de la serie de HBO ‘High maintenance’ es un millennial viejo que es camello de marihuana y se traslada en bici por Nueva York. Estamos tan fastidiados que su trabajo parece hasta medio atractivo…”, escribe la periodista Anne Helen Petersen en el más enrollado ‘online’ de los Estados Unidos de Donal Trump, buzzfeednews.com ¿Cuándo te decides a ir a recoger un correo certificado este ya ha sido siempre devuelto? ¿Te resulta titánica la tarea de cocinar un martes por la noche? ¿Ves poco factible llegar a tiempo mañana a la oficina del padrón municipal antes de que cierre? ¿Se te ha dañado la tarjeta de débito y aún no has sido capaz de pedir una nueva? ¿Sigues sin tarjeta de residente para poder aparcar tu vehículo en el barrio? ¿Pagas el alquiler siempre días tarde, no por no tener fondos, sino por… lo que sea? Si la respuesta a todas estas preguntas es sí, eres un vago, o un despistado, o un tímido administrativo. O todo lo anterior. Eso sí, en el caso de que la respuesta sea sí y te identifiques como millennial, estás de suerte: un ensayo publicado en Buzzfeed News da un nombre bastante más sexi a tu patología: perteneces a la ‘Generación Quemada’. En un viaje que realicé a Nueva Orleans en vísperas de Navidad y Año Nuevo, viejas amistades me ayudaron a descubrir frescas colaboraciones de Anne Helen Petersen.

El texto de Millennials, llámalos ‘Generación Quemada’ se ha convertido en una de las piezas más comentadas, compartidas y analizadas de lo que va de año. El periódico británico The Guardian lo ha bendecido. “Un poco del “todo fluye” de Heráclito para llegar al “todo se queda igual” de Parménides…”. Los millennials están cansados, estresados, agobiados, sobrepasados. Como casi todos. La diferencia es que lo suyo parece no tener remedio, pues han sido entrenados para optimizarlo todo… menos ellos mismos y su vida personal. A pesar de dar escasas satisfacciones y menos dinero, trabajar con el fin de realizarse es lo único que importa, lo único a lo que vale la pena entregar el cuerpo, el alma y las horas que haga falta. Los millennials están cansados, estresados, agobiados, sobrepasados. Como casi todos. La diferencia es que lo suyo parece no tener remedio, pues han sido entrenados para optimizarlo todo… menos ellos mismos y su vida personal. Solo el que ha estado ganando suficiente con el sistema puede salirse de él para entrar otra vez por una puerta más pequeña pero más bonita, con su narrativa y sus cosas de anuncio protagonizado por un barbudo. Esta generación no va a tener esta posibilidad porque sus trabajos cada vez están peor pagados, piden más dedicación y, mucho peor, en demasiadas ocasiones se parecen demasiado al trabajo que se había soñado. Uno se hace broker para ganar dinero, o porque, simplemente, le gusta ganar. Las dos adicciones son reversibles. Uno se hace periodista en una web porque le gusta esto y si termina trabajando en una web de periodista, dejarlo porque llega una reconversión o una ‘cuarta transformación morenista’ para ponerse de aprendiz en el taller de zapatería artesana de un exbroker no es una salida sexi, es la aceptación de una derrota.

Los dos protagonistas de la serie ‘Love’ (Netflix) tocan todos los botones de la disfuncionalidad generacional que tan habitualmente se achaca a los millennials. No tienen dinero para un Mercedes, pero pueden fumar y comer basura sobre él. Total, nunca podrán jubilarse. “Nuestra capacidad para quemarnos y seguir trabajando es nuestro mayor valor -para las empresas claro está-”, escribe Petersen hacia el final de su ensayo. Así, la autora no halla posible salida a esta condición en el marco capitalista actual. Debe cambiarse la legislación, debe aumentar el activismo, si no, todo seguirá igual, argumenta. Las empresas no van a cambiar esto, porque ellas lo han provocado, primero creando la idea de que el trabajo desregulado es libertad, que las horas extra son el camino hacia la realización completa, que la vida privada es una extensión de la vida profesional, que si no lo haces tú por 20 euros o 25 USD afuera hay 200 personas dispuestas a hacerlo por la mitad… Llevo en mi bolsa un papel del SAT para la cita de la actualización de la firma electrónica en la calle Bonampak de Cancún. Hace una semana debía haber entregado el documento pendiente. Pertenezco a la ‘Generación Yuppie’ de la Transición Democrática en la España de 1978. ¿Y por qué, entonces, lo de los millennials debe ser distinto de mi holgazanería terminal, aprendida de las viñetas de Mafalda y de su mejor amigo Felipe del genial argentino Quino? Desde adolescente me impactó Felipe, que no se apellidaba González, como el presidente español de entonces. Recuerdo que en el dibujo, Felipe ‘El Paletas’, en plan militante, colocaba una pancarta en su habitación donde se leía ‘No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy’.

El pasado sábado, HBO estrenó la cuarta temporada de ‘High Maintenance’, una de esas pequeñas grandes series de las que no se habla pero que cuenta con el apoyo unánime de los críticos. Vale, sabemos lo que estás pensando: eso sucede con casi todas las series de HBO. ¿Qué es ‘High Maintenance’? ¿De qué va? Es una de esas series especiales entre la comedia y el drama (algunos lo llaman dramedia, otros comedia millennial…) que aborda ciertas inquietudes existenciales y generacionales desde una perspectiva muy personalista. Gira en torno al mosaico de personajes y experiencia con los que se cruza un distribuidor de cannabis que se recorre los muy diferentes distritos de Nueva York en su bicicleta. No conocemos el nombre de este casual protagonista: el verdadero interés son los dramas y alegrías de sus clientes. Con ‘High Maintenance’, HBO no solo reivindica la importancia de acoger series extrañas y diferentes que tienen algo nuevo que decir; también la de bucear en los márgenes de la industria para encontrar verdaderas joyas.

 

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