Un estudio apunta que aparecen por el intercambio de agua entre la profundidad y la superficie provocado por fuertes vientos, lo que impide la formación de hielo

AGENCIAS

WASHINGTON.- Científicos de la Universidad de Washington han resuelto el misterio de la aparición ocasional de enormes agujeros en mitad del hielo en Antártida y afirman que este proceso se debe a tormentas y condiciones oceánicas inusuales, según su estudio publicado en la revista Nature.

Durante la investigación, los especialistas analizaron imágenes satelitates de la capa de hielo tomadas en 2016 y 2017 y los datos obtenidos de robots y focas equipadas con sensores para entender las causas de la aparición de estas balsas que no se congelan a pesar de las bajas temperaturas. Estas áreas de aguas abiertas rodeadas de hielo marino se conocen como ‘polinias’ y se forman en regiones costeras de la Antártida.

Según los especialistas, cuando la superficie del océano es especialmente salada, los vientos fuertes son capaces de cambiar la circulación del agua. Entonces, el agua salada y más caliente sube a la superficie, pero después el viento la enfría y esta capa se hunde mientras es reemplazada de nuevo por el agua que se encuentra debajo. De esta manera se produce un intercambio de agua entre la profundidad y la superficie que impide la formación del hielo.

De acuerdo con los estudios previos, la frecuencia de la aparición de estas polinias va a disminuir en futuro porque el calentamiento global acelerará el derretimiento del hielo, lo que reducirá la diferencia en la concentración de sal en diferentes capas del agua. Sin embargo, este nuevo estudio muestra que los vientos que circulan sobre la Antártida se fortalecerán y podrían llevar un aumento de la formación de estos agujeros.

Además, los investigadores sugieren que las polinias que existen durante tiempo prolongado podrían afectar a la atmósfera, porque las capas de agua profunda contienen carbono que proviene de formas de vida que murieron y descompusieron hace años. Tras mezclarse con el agua, este elemento puede ser liberado en la superficie, lo que “podría golpear el clima si ocurriera durante varios años seguidos”, advirtió el autor del estudio.