El empleo de una molécula presente en muchas especies podría llevar a la regeneración de la dentadura dañada por caries y traumas

 

AGENCIAS LONDRES.- Biólogos moleculares del Reino Unido han descubierto un conjunto de genes que controlan el proceso del crecimiento de los dientes.

Los dientes de humanos dejan de crecer en la infancia, mientras que los de muchos animales, como camellos, llamas, ratas, ratones y otros roedores, continúan creciendo a lo largo de su vida.

Esto es posible debido a que en la base de cada diente hay varias colonias de células madre capaces de producir todo tipo de tejidos —dentina, pulpa o tejido nervioso—. Estas células son la clave para la cicatrización de heridas, ya que se convierten en tipos de células especializadas en todo el cuerpo, incluso en los dientes.

Las células madre también están presentes en los dientes humanos, pero por razones desconocidas no están involucradas en la reparación o reemplazo de los dientes caídos o removidos.

Los científicos investigaron los incisivos de los ratones y descubrieron la molécula de señalización Dlk1 que ayuda a estos animales a mantener sus dientes en forma óptima durante toda su vida. 

Los científicos perforaron agujeros en los molares de varias ratas y los han llenado con dos composiciones —un fármaco que normalmente se utiliza para llenar los canales limpios cuando se quita el nervio, y su mezcla con Dlk1—. En el segundo caso, este procedimiento condujo a la cicatrización de la pulpa y a la regeneración de la dentina, lo que confirmó que esta proteína se puede utilizar para restaurar los dientes.

Esta podría ser una solución novedosa para la reparación de los dientes en el tratamiento de problemas como la caries y traumas.