Incomprensible la falta de acciones concretas, otra vez, del Gobierno Federal para enfrentar el recale masivo de algas, pese al riesgo de afectación para la ecología, la industria turística y la recuperación económica del propio país

SALVADOR CANTO

CANCÚN.- Mientras la Red de Monitoreo del Sargazo de Quintana Roo advierte de un incremento masivo en la arribazón del alga marina a las costas de la entidad, el gobierno federal ha incumplido de manera permanente con la atención a esta problemática que hoy una vez más se torna crítica, tanto para la industria turística y la recuperación económica del estado y del país como para el medio ambiente.

De acuerdo con Jesús Almaguer Salazar, presidente de la Asociación de Hoteles de Cancún, Puerto Morelos e Isla Mujeres, “el problema ya lo tenemos encima y todavía no hay acciones concretas del gobierno federal para atender la situación, que ya es preocupante en algunos puntos de la costa del estado”.

Desde el pasado fin de semana, la zona norte de Quintana Roo vive una nueva crisis de sargazo, cuya presencia se incrementó a causa de los fuertes vientos generados por la presencia de la Onda Tropical Número Uno.

Almaguer Salazar aseguró que “nosotros como hoteleros e incluso los empresarios en general no nos estamos quedando de brazos cruzados, estamos destinando recursos, hemos colocado algunas barreras pero son insuficientes y ya disponemos de múltiples cuadrillas de colaboradores que están enfocados para la atención del recale del alga a las playas”.

Cabe decir que además de lo grave de la afectación que representa para la industria turística la arribazón del alga marina, lo peor ha sido el mal manejo que el gobierno federal le da a los programas establecidos para la atención de esta problemática.

Resulta incomprensible que a sabiendas de la importancia de Quintana Roo en la captación de divisas para el país por medio de la actividad turística, el Gobierno de México siga sin considerar entre sus prioridades un plan efectivo de combate a este fenómeno, a pesar de las amargas experiencias de años anteriores, y todo se quede en un mero discurso.

En mayo del 2019, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció una “estrategia” para atender de forma permanente el tema del sargazo y designó a la Secretaría de Marina (Semar) como encargada de las operaciones técnicas para su atención y al mismo tiempo se retiraron los recursos que estaban destinados para los municipios y el estado, bajo el argumento de un mal manejo de dinero.

La Semar se comprometió a atender desde entonces, de manera integral y sostenible, el arribo de sargazo mediante el diseño y la aplicación sistemática de estrategias de corto, mediano y largo plazo, dirigidas a impedir que siga llegando a las costas en cantidades invasivas, lo que a todas luces han incumplido.

Ello, a pesar de que semanas atrás el propio secretario de Marina, Rafael Ojeda Durán, advirtió del inminente aumento del arribo de algas precisamente para estas fechas y calificó la perspectiva como “alarmante”.

De hecho, incluso reportes no oficiales citados por medios locales mencionan que las sargaceras asignadas para la recolección de algas en altamar están limitando su actividad, por carencia de combustible.

En su reporte de este martes 24 de mayo, la Red de Monitoreo de Sargazo informó que en 22 de 80 playas supervisadas en la zona norte había sargazo excesivo, en 11 era abundante y en 19 moderado, 19 playas tenían recale bajo y únicamente cuatro se encontraban libres de algas —Playa Centro y Punta Sur en Isla Mujeres, Chiquilá e Isla Contoy— y aptas para los turistas.

La situacion, al menos, era mejor que la del día previo, cuando se contabilizaron 50 playas en condición de recale excesivo, situación no vista en los últimos cuatro años, de acuerdo con la organización de monitoreo.

También dio a conocer que la actual arribazón de las macroalgas entró al punto más crítico de los últimos siete años, pues en este supera los 14 millones de toneladas, es decir, dos millones más que las 12 reportadas en el 2018, que fue considerado en su momento el año con mayores volúmenes.

Entre tanto, en las redes sociales abundan imágenes y videos compartidos por visitantes que ventilan su frustración al arribar a diversos puntos a lo largo de la costa y verlos rebosantes de sargazo pestilente, así como decenas de interacciones de usuarios que están por viajar a la entidad y buscan informarse de la situación de tal o cual playa, para determinar la conveniencia de posponer o cancelar su paseo.

En lo que respecta a las afectaciones ecológicas, Brigitta Ine van Tussenbroek, investigadora de la Unidad Académica de Sistemas Arrecifales Puerto Morelos del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICML), explicó a El Despertador de Quintana Roo que el sargazo, en grandes cantidades como la que se registran actualmente, pone en riesgo al Mar Caribe tal como lo conocemos hasta ahora.

Rosa Elisa Rodríguez Martínez, especialista también del ICML, comentó que cuando la cantidad de sargazo es muy grande y no se recolecta a tiempo (de uno a dos días después de su arribo a una playa) empieza a descomponerse y a generar gases tóxicos, como gas de ácido sulfhídrico y metano, y lixiviados que contienen metales, entre los cuales destaca por su peligrosidad el arsénico, que se ha encontrado en concentraciones altas en muchos lugares del Caribe donde recala.

Por ello —explicó—, hay que recogerlo lo más pronto posible, antes de que regrese al mar, y llevarlo a sitios habilitados para su disposición final.

En medio de todo esto, la Red de Monitoreo hizo un llamado urgente a las autoridades federales a tomar medidas más drásticas y a mayor escala para enfrentar el problema.

“Es prioritario replantear la estrategia de combate al sargazo, las acciones tomadas hasta el día de hoy no han sido suficientes”, lamentó.