El escritor yucateco  Adolfo Calderón Sabido revisa vida y obra de un personaje fundamental para la península yucateca en la novela El mismo silencio

Entre 1915 y 1917, Salvador Alvarado fue gobernador de Yucatán, enviado por Venustiano Carranza y una vez ahí, promovió políticas de izquierda que en su momento fueron inéditas. Con el objetivo de hacerle justicia al personaje y revisar su faceta humana, Adolfo Calderón Sabido publica la novela El mismo silencio (Nitro/Press).

 —¿En qué momento consideras necesario recuperar a un personaje como Salvador Alvarado?

—Me parece un personaje fascinante. Eliminó las tiendas de raya en Yucatán e hizo una gran labor educativa en el estado. Sin embargo, no se le da el lugar que se merece. Incluso Felipe Carillo Puerto dio continuidad a todo lo que hizo.

—Alvarado, Carrillo Puerto o Garrido Canabal son personajes fundamentales para entender el sureste. ¿Su olvido se debe al centralismo de la narrativa histórica?

—Así es, sigue habiendo centralismo en el relato histórico. Hay que recordar la ubicación geográfica. Para ir a Yucatán desde la Ciudad de México había que tomar transporte terrestre o trenes, no era como ahora, por lo mismo la Revolución llegó tarde. Hasta 1915 con la llegada de Salvador Alvarado y quien fue enviado por Carranza, empezaron a detonarse movimientos que ya sucedían en otras regiones del país.

—El mismo silencio si bien es una novela histórica, también implica un esfuerzo literario que se refleja en la estructura y en el manejo del lenguaje.

—Mi primer reto fue derretir las “estatuas de bronce”. Para eso necesitaba centrarme en las emociones. Alvarado fue alguien que no sabía habitar ninguna casa y que llegó a Yucatán frustrado porque quería ser el comandante de las fuerzas armadas con Carranza, cargo que le dieron a Obregón. En el sureste encontró la oportunidad de llevar a cabo su ideología, era una persona culta, preparada. Para contar al personaje desde sus emociones me pareció importante una estructura polifónica, que todos los personajes tuvieran voz e ideología.

—¿Cómo lees el pensamiento de izquierda de Alvarado en comp­aración con el presente?

—Veo con mucha preocupación que los escenarios políticos se siguen repitiendo. En esa época había una gran división social entre hacendados y los revolucionarios. Hoy vemos a una sociedad dividida entre chairos y fifís, entre personas a favor de una causa o en contra. El gran problema que veo en la actualidad es la falta de tolerancia, creo que nos ha llevado al radicalismo y eso debe ponernos a todos alerta. (Aristegui Noticias)