Experimentos de la extinta URSS demostraron que el ser humano podría posarse en la superficie venusina, sometido a una presión similar a la de estar a mil metros bajo el agua

AGENCIAS

MOSCÚ.- Los investigadores de la extinta Unión Soviética analizaron la posibilidad de realizar vuelos tripulados a Venus, pero después desistieron de esa idea tras comprobar que en ese planeta no había condiciones apropiadas, desveló el científico Alexandr Suvórov, del prestigioso Instituto de Problemas Médico-Biológicos de Rusia.

La URSS envió su primera sonda a Venus en 1961, el programa estaba a cargo de Serguéi Koroliov, el fundador de la cosmonáutica soviética y rusa. Nueve años después un vehículo de exploración soviético se posaba en la superficie de ese planeta.

El científico, responsable del área de Fisiología Humana en Condiciones Extremas del Instituto, desvela que en esa época en la Unión Soviética ya se sabía que la atmósfera de Venus no era apropiada para respirar y además la presión en la superficie ascendía a 96 atmósferas, lo que equivale a estar a casi mil metros bajo el agua.

En 1981, los investigadores soviéticos, entre ellos Suvórov, llevaron a cabo experimentos para comprobar si era posible trabajar a 100 metros de profundidad, luego a 350 y 450 metros.

“Al final casi demostramos que el humano podría trabajar a una profundidad de mil metros”, explica Suvórov. En esas condiciones hay dificultad para respirar pero se puede realizar esfuerzo físico moderado.

Sin embargo, cuando las naves soviéticas llegaron a Venus se descubrió que ese planeta tenía una atmósfera de dióxido de carbono y predominaban las altas temperaturas de más de 400 grados. Más tarde se abandonó la idea de misiones tripuladas a ese planeta.

“Lo cierto es que teóricamente el humano puede estar en Venus con escafandra. Si podemos bajar a una profundidad de mil metros, con el tiempo podemos pisar suelo venusiano”, asegura Suvórov.

El primer vehículo de exploración soviético que se posó en Venus en 1970 tras un vuelo de cuatro meses, registró presiones de 90 atmósferas y temperaturas de 475 grados en la superficie de ese planeta, el segundo del sistema solar.