El mánager aseguró que respeta los deseos de la intérprete, quien se quiere retirar de la industria de la música

 

Larry Rudolph, el representante artístico de Britney Spears desde hace 25 años, ha roto su contrato con la cantante al reconocer que su voluntad es retirarse de la industria de la música.

“Han pasado más de dos años y medio desde la última vez que Britney y yo nos comunicamos, momento en el que ella me informó de que quería tomar una pausa laboral indefinida. Hoy temprano, entendí que Britney había expresado su intención de retirarse oficialmente”, escribió Rudolph en una carta dirigida al padre de la artista, Jamie Spears, y a la abogada que supervisa la tutela, Jodi Montgomery.

Rudolph ha trabajado como representante de Britney desde 1995, cuando triunfaba en todo el mundo con éxitos como “Baby One More Time” y “Toxic”, que le valieron el título de la “Princesa del Pop”.

El representante nunca ha estado vinculado con la tutela legal que controla la vida de la artista desde 2008 y siempre se ha mantenido como su colaborador en el ámbito musical, a pesar de que Britney aseguró recientemente que protagonizó actuaciones, como su espectáculo fijo en Las Vegas (2013-2017), en contra de su voluntad.

“Fui contratado a petición de Britney para asistirla y ayudar a administrar su carrera. Y como su gerente, creo que a Britney le conviene que renuncie de su equipo, ya que mis servicios profesionales no son necesarios”, explicó.

“Siempre estaré increíblemente orgulloso de lo que logramos durante 25 años juntos. Le deseo a Britney toda la salud y la felicidad del mundo, estaré allí para ella si alguna vez me necesita de nuevo, como siempre he estado”, aseguró.

La dimisión del representante llega una semana después de que el fondo de inversión que supervisaba el patrimonio de Britney, Bessemer Trust, pidiera retirarse de la tutela tras afirmar que “respeta” los deseos de la cantante.

En la actualidad, la tutela legal está divida en dos partes: el ámbito financiero, controlado por Jamie Spears y la compañía Bessemer Trust; y el aspecto personal, tutelado por la abogada Jodi Montgomery.