El sector de la masa y la tortilla, excluido de apoyos gubernamentales y en riesgo de cierre, por el incremento de insumos y la competencia desleal; pese a ser un producto esencial para las familias, fue sacado de la canasta básica por la actual administración federa

 

 

SALVADOR CANTO

De continuar el alza de los productos, bienes y servicios, muchos industriales de la masa y la tortilla en Cancún podrían irse a la quiebra y verse obligados a cerrar sus puertas al no aguantar más esta situación, que contrario a lo que dicen las autoridades federales, es una realidad que afecta severamente a un sector que ha sido excluido de toda clase de apoyos o beneficios gubernamentales y a pesar de manejar un producto considerado como un alimento de primera necesidad por un porcentaje alto de la población, también fue sacado de la lista de la canasta básica.

Pioquinto Hernández González, representante de la Asociación de Industriales de Producción de la Masa y la Tortilla en la zona norte del estado y delegado del Consejo Nacional de la Tortilla en Quintana Roo, explicó que quien diga que no existe aumento de los productos, bienes y servicios, es porque no quiere ver la realidad por la que estamos atravesando en México.

En entrevista con El Despertador de Quintana Roo, De Viva Voz, el líder de los tortilleros dijo: “yo tengo otros datos, como dice aquél amigo que todo mundo conoce como el pinocho de la televisión de las mañaneras”, a pregunta concreta sobre los incrementos de los productos que dice el gobierno no son reales.

Al cuestionarlo sobre el precio real del kilogramo de la tortilla en Cancún, aclaró que desde 1999 está liberado y por lo tanto no existen precios oficiales, ya que se trata de un producto que se mueve con base en la oferta y la demanda, además del costo de los insumos.

Calculó que probablemente el 50% de las 480 tortillerías de Cancún podrían estar en la ilegalidad, pero dejó en claro que esto le compete revisarlo, atenderlo y regularlo única y exclusivamente a las autoridades a través de Fiscalización.

En otro punto importante, alertó del grave riesgo de salud que representa la venta irregular de la tortilla en las tiendas de abarrotes y en las calles de la ciudad, más hoy con la pandemia, pues existen reglamentos como la NOM-187 que establece que este producto sólo se puede vender en caliente en el mostrador o en su caso se puede llevar igual a hoteles, taquerías o restaurantes para consumo inmediato, pero no se puede vender al público como se está haciendo hoy empaquetada en las neveras en donde todo mundo mete las manos.

En cuanto al tema de la política, Hernández González, que en sus inicios tras su llegada a Cancún estuvo vinculado a los medios de comunicación e incluso fue funcionario federal, dijo que le gusta estar enterado de los acontecimientos y que a pesar de que ha recibido ofertas para participar en ella, nunca lo ha aceptado y que a estas alturas ni siquiera pasa por su mente hacerlo.

 

—Usted es representante de la Asociación de Industriales de Producción de la Masa y la Tortilla en la zona norte, además de delegado del Consejo Nacional de la Tortilla en Quintana Roo, ¿cuántos negocios están adheridos a esas organizaciones?

—El número de establecimientos que tiene nuestra comunidad es de aproximadamente 480, pues ya no somos un solo grupo, ya hay diferentes en esta ciudad, pero todos con el único fin de que el negocio siga operando, que siga teniendo la rentabilidad que debe poseer a pesar de las dificultades que enfrenta hoy este sector.

 

 

—¿Cuál es su función como representante de esas agrupaciones?

—Nada más ser un intermediario entre el industrial y las autoridades, llevar las peticiones e informarles lo que acontece acerca de la crisis o la problemática que tenga la industria para buscar soluciones juntos.

 

 

—¿Cuáles han sido las mayores complicaciones para los tortilleros en los últimos años a nivel local?

—Desde luego que la competencia riesgosa y desleal que tenemos, eso nos ha pegado bastante y por otro lado la inseguridad, todo mundo sabe lo que está ocurriendo en esta ciudad y las autoridades parece ser que no están muy interesadas, pues se han dedicado más a decir que a hacer.

 

 

—En el tema de la competencia desleal, ¿cuál es la situación concreta?

—El número de establecimientos que tiene nuestra ciudad no coincide, creo, con el número que pueda tener registrada la autoridad municipal en su padrón de fiscalización, ya que no es posible que haya quien pueda vender el producto por debajo de los costos de producción. Quiero comentarte que este año hemos sufrido tres incrementos en el precio de la harina de maíz nixtamalizado, el primero fue en marzo por 650 pesos, el segundo en abril por 350 y el más reciente fue el 1 de julio que fue de mil pesos y otra de las marcas lo hizo en 1,650 pesos por tonelada y eso en definitiva dejó al sector imposibilitado para mantener los precios.

 

 

—¿Pero también ha habido otros aumentos?

—Sí, tenemos el incremento del gas LP que es el segundo producto que más consume la industria de la masa y la tortilla. Por ejemplo, el año pasado estaba el litro de gas en 9.50 y hoy está en 15.30 por litro, estamos hablando que casi el 50% se ha incrementado el valor del gas en seis meses y desgraciadamente no deja de aumentar y aun con los precios que se puedan manejar en el mercado, en un mes de seguir esto así, las tortillerías vamos a tener que ir modificando los precios porque no se va a poder mantener el costo de operación.

 

 

—El gobierno federal ha insistido en que no hay alzas generalizadas, pero vemos que es todo lo contrario, la gasolina, el gas, la energía eléctrica, la harina y de ahí todos los insumos van en aumento, ¿qué opina de ello?

—Yo tengo otros datos, como dice aquel amigo que todo mundo conoce como el pinocho de la televisión de las mañaneras. Pregúntale a la gente, ve y haz una compra en cualquier sitio de la ciudad y verás que todo, absolutamente todo como los granos, incrementaron su precio; el maíz el año pasado estaba a 4 pesos y hoy está en 8.50 pesos. Entonces, ¿que me digan que no ha aumentado?, ¡claro que han aumentado y no ve quien no quiere ver!

 

 

—¿A pesar de que la tortilla es un alimento básico de las familias, el producto no está en la canasta básica?

—Es increíble que la tortilla no esté en la lista, pues este gobierno decidió dejarnos afuera y meter a las empresas harineras en esa canasta básica a través de la harina de maíz. Entonces, no es posible que el último eslabón de la cadena alimenticia que son los industriales de la tortilla no podamos tener acceso a financiamientos, que no exista un programa de gobierno para esta industria, que se nos haya dejado a la deriva y yo creo que están esperando que llegue alguien a hacer lo que ha ocurrido con las pequeñas tiendas a través de esas grandes cadenas y supermercados en todo el país y esas cadenas de bebidas que existen por todos lados y eso es lo que creo que está esperando la autoridad, que alguien llegue y desplace a la industria de la masa y la tortilla para tener un monopolio de estos.

 

 

—¿Entonces los industriales de la masa y la tortilla no han recibido apoyos de los programas federales?

—En absoluto, ninguno. A este sector se le ha dejado fuera de cualquier esquema de apoyo gubernamental y eso es lo increíble, que no ocurra como en el pasado, en donde por ejemplo nosotros teníamos una tarifa para la energía eléctrica distinta al resto de los demás por el tipo de producto que manejemos. Yo creo que eso debería de volverse a considerar, que tanto el gas, la luz y la materia prima que necesitamos para elaborar la tortilla tengan otro tratamiento por parte de la autoridad federal para que nos permita mantenerse, somos una empresa familiar, son casi 480 mil tortillerías en el país y si esto se cierra, nuestras familias también quedarán desamparadas porque trabajamos como cualquier otro, buscamos nuestra estabilidad económica, pero es difícil que se siga en virtud de los constantes aumentos que tenemos día con día.

 

 

—Si continúan los incrementos de los insumos, productos y servicios, ¿hasta qué punto pueden seguir aguantando?

—Esto ha llevado a la quiebra definitivamente a muchos negocios a nivel nacional y aquí cada uno tiene que buscar mecanismos que le permitan seguir en el mercado y aquél que no pueda, se tendrá que seguir haciendo a un lado porque no le quedará otro camino y eso es lo que queremos evitar, que haya cierres de negocios por falta de apoyos, necesitamos que se nos garantice un precio de la materia prima, del gas, la luz, de la harina, de las máquinas que no son nada baratas, tampoco las refacciones y ni mucho menos el mantenimiento de los equipos, por eso necesitamos tener las utilidades razonables que cualquier empresa requiere.

 

 

—Ahora con el tema de la pandemia por COVID-19, ¿cuál es el impacto que han tenido?

—Es curioso porque a pesar de que es una industria necesaria, fuimos prácticamente obligados a trabajar porque la tortilla es básica para la alimentación de nuestro pueblo. Nos pidió el gobierno del Estado participar y no dejar de producir, pero eso no quiere decir que estemos trabajando al 100%; definitivamente hoy en día las máquinas que tenemos trabajan al 40 o 50 por ciento de su capacidad porque desde el momento que se suspenden las clases porque todos sabemos que el  movimiento escolar gira en torno a una fuerte economía como papelerías y todo lo demás que lleva alimentaciones, sobre todo la tortilla que a la hora de la entrada o salida a las escuelas, la gente acostumbraba a acudir a comprar el producto, pero hoy, hasta las comidas en casa las hacemos en horarios distintos.

 

 

—En medio de todo esto, ¿cuál es el costo oficial del kilogramo de la tortilla?

—Para empezar, los precios de la tortilla están liberados desde 1999, no existen precios oficiales en México, el último que se liberó fue precisamente el de la tortilla y eso quiere decir que este producto se rige por una oferta y demanda, aunque por costumbre los precios han sido casi iguales en todos los negocios porque los costos de producción son casi los mismos y todo aquí depende de la cantidad que produzcas, es decir, si produzco mucho los costos bajan y si produzco poco los costos suben y entonces, ese desequilibrio que existe hace que algunos tengan una diferenciación de sus precios.

 

 

—¿Pero esto de los precios también tiene que ver con el clandestinaje?

—Claro que sí, porque hay muchos negocios de este giro que no están contribuyendo al erario municipal, no están dados de alta en el padrón de hacienda federal y por lo tanto, a lo mejor compran hasta gas “huachicoleado” como ha ocurrido con la gasolina, no pagan impuestos, no tienen una licencia de funcionamiento, que tramitarla no baja de 15 mil pesos por año y entonces, si estos no pagan nada y como tampoco venden en su mostrador porque todo el producto lo desplazan a otros puntos de manera ambulante, eso les permite manejar mejor los costos.

 

 

—Cada vez hay más gente vendiendo tortillas en las calles y en las tiendas de abarrotes, ¿a qué se debe esto?

—Sí, y es algo que debería definitivamente erradicarse y más hoy con la pandemia, pues no es posible que si la NOM187 establece que la tortilla sólo se puede vender en caliente en el mostrador de la tortillería y sólo se puede llevar igual a hoteles, taquerías o restaurantes para consumo inmediato, pero no se puede vender al público como se está haciendo hoy empaquetada en las neveras en donde se están llevando hoy y en donde todo mundo mete la mano y con lo que están contaminando el producto desde que diferentes personas meten las manos al mismo. Entonces, de qué sirve que utilicemos el papel grado alimenticio para envolver la tortilla si a la hora en la que la llevamos y se mete en una nevera que no tiene limpieza durante una semana tal vez porque el señor de la tienda no se toma la molestia de limpiarla porque quiere que lo haga el señor que se la lleva y entonces, esto crea un foco de infección muy grave. Yo le decía al gobierno municipal ¿para qué pago una licencia de funcionamiento si ya no vendo nada en mi mostrador? o cierro mi cortina y me voy a vender a la calle que es más barato y me quito un dolor de cabeza de estar pagando los permisos.

 

 

—¿Existe alguna estimación de cuántos negocios estarían operando de manera ilegal?

—El estimado de tortillerías en Cancún es de 480 y calculamos que un 50% de este giro está en la clandestinidad, pero nosotros no somos el policía del municipio. La autoridad nos pregunta ¿en dónde están?, y nosotros les decimos que eso les corresponde hacerlo a ellos a través de los esquemas de vigilancia que tienen de Fiscalización y todo es tan sencillo, si no tienen la licencia que se revise en dónde están trabajando y que se informe la realidad. ¿Por qué no cruzan información con la autoridad federal para ver quiénes están dados de alta a través del RFC y cuántos están contribuyendo al municipio y al estado?

 

 

—En otro tema, ¿qué opina de la política?, acaba de haber un proceso electoral y en el caso de la presidencia municipal de Benito Juárez habrá continuidad en el gobierno.

—El pueblo decidió que la autoridad municipal repitiera y nosotros no estamos ni a favor ni en contra, como representantes de un grupo no podemos externar nuestra opinión de frente, pero en lo particular tenemos nuestra propia creencia y a mí me da gusto que un proceso electoral se llevó a cabo y la gente determinó que así fuera. Esperemos que esto sea para bien de todos, se cumplan los proyectos, las promesas que se hicieron, ahora sí habrá tiempo para hacerlo. Yo sí desearía que se modificara algo en el aspecto de la permanencia en el cargo de gobierno porque si el pueblo los elige para un tiempo determinado, deberían de responsabilizarse en ese tiempo y no se vale que brinquen de un puesto a otro.

 

 

—¿Cómo ve la intención del Congreso del Estado que está en análisis de modificar la ley para que las diputaciones tengan una duración de 12 años?

—Yo no sé si Francisco I. Madero reviviera, creo que se volvería a morir; yo sí creo en el sufragio efectivo y la no reelección, no estoy de acuerdo de ninguna manera en que se perpetúen en el poder y no estoy de acuerdo cuando dicen que si el pueblo quiere tengo derecho a quedarme. Lo que deben de hacer es terminar su mandato, que dejen que la rueda gire y que todos los ciudadanos mexicanos tengan ese mismo derecho de participación.

 

 

—¿A Pioquinto le gustaría involucrarse en la política?

—Nunca he tenido ese interés. Me gusta mucho hablar de eso, estar enterado de los acontecimientos, me han invitado a participar pero nunca he tomado esa decisión de hacerlo y tampoco tengo la intención, ni siquiera me pasa por la mente, yo quiero vivir tranquilo y yo me dije, llegué un 13 de octubre del 77, quemé mis naves y creo que si el gran arquitecto del Universo quiere que aquí me quede, aquí me quedaré, pero quiero que también mis hijos sepan que tienen un padre que se dedicó a trabajar por ellos.

 

 

—¿Algo más que nos quiera compartir?

—A la gente que se dedica a este negocio, que lo pensemos dos veces antes de hacer cualquier contratación de créditos, no es momento para que nos endeudemos, es necesario reducir nuestros costos de producción, busquemos mejores mecanismos de trabajo, cumplamos con lo que establece la normativa, en este caso la Profeco de tener nuestros precios a la vista del público, de tener nuestras básculas verificadas, las notas de ventas, de tener copias o las facturas de donde compramos el producto. No tenemos la obligación de justificar de ninguna manera los incrementos de la tortilla, que le pidan a las harineras que justifiquen el incremento de la harina, que le pidan a las gaseras que justifiquen el incremento del gas, que le pidan al gobierno federal que justifique el incremento de la gasolina, porque nosotros somos el último estabón de la cadena, no nos deben de satanizar, somos una empresa que quiere seguir trabajando en el mercado.

 

 

****

Pioquinto Hernández González

 

  • Es originario del pueblo Juan Díaz Covarrubias del municipio de Hueyapan de Ocampo, Veracruz.
  • Llegó a Cancún el 13 de octubre de 1977.
  • Formó parte del primer periódico en Cancún llamado “Diario del Caribe” que en la época de Felipe Amaro Santana como presidente municipal, en abril de 1978, se comenzó a imprimir en el Caribe Mexicano.
  • Ahí colaboró durante ocho años haciendo la función de “todólogo”, ya que participaba desde la parte de la formación y al mismo tiempo apoyaba en fotomecánica, rotativa, transporte. También fue reportero gráfico y todo lo que se requería, e incluso hasta salía a vender el periódico en las mañanas.
  • Tras su salida del periódico, fue invitado a trabajar en la entonces Secretaría de Comercio por el delegado que había estado a cargo una temporada del “Diario del Caribe”. Ahí también estuvo también ocho años ahí, incluso como coordinador de técnicos especializados al final.
  • En 1990 entró al retiro voluntario, pero previamente había sido enviado a la ciudad de Durango en donde anduvo tres años.
  • Al regresar a Cancún estaba sin empleo y en algún momento llegó a pensar en meterse de taxista como muchos que llegaban aquí.
  • Sin embargo, al conocer el esquema del manejo de las tortillerías, ya que antes la Secretaría de Comercio era la que entregaba los permisos para la instalación de estos negocios, eso le ayudó a poder abrir su primer negocio en sociedad con un amigo en Plaza Kabah y ya posteriormente abrió en la avenida Talleres donde sigue hasta la fecha.
  • Es miembro activo del Club Rotary Internacional en Cancún.