Tras la noticia de los casos raros de trombos experimentados por algunas personas después de recibir las vacunas del coronavirus de AstraZeneca, surgen muchas dudas. Hemos oído hablar de ellos toda la vida, pero suelen ir acompañados de otros términos que a veces resultan confusos entre sí. Por ejemplo, ¿es lo mismo un trombo que un coágulo? ¿Cuál es la diferencia entre trombosis y embolia? ¿Qué tipos de trombosis existen?

¿Trombos o coágulos?

A la hora de diferenciar estos dos términos, es importante tener en cuenta que todos los trombos son coágulos, pero no todos los coágulos son trombos.

Un coágulo se define como una masa de sangre que ha pasado de estado líquido a sólido. Si este se forma en el interior de un vaso sanguíneo, estamos hablando de trombos.

En la coagulación intervienen principalmente las plaquetas y un tipo de proteínas llamadas fibrinas. En realidad, es un proceso importante para evitar desangrarnos cuando sufrimos una herida. Sin embargo, si se descontrola, por factores que pueden ir desde el tabaquismo hasta los efectos secundarios de algunos fármacos, es más peligrosa. Especialmente lo es en el caso de los trombos, que pueden llegar a impedir la correcta circulación de la sangre.

 

¿Es una trombosis lo mismo que una embolia?

En definitiva, cuando uno o varios de estos trombos se originan en los vasos sanguíneos, estamos hablando de un caso de trombosis. Esta puede ir asociada a una embolia, pero no siempre, ya que se da cuando los coágulos circulan con la sangre y viajan hasta un punto del organismo diferente al lugar en el que se formaron.

Pero, volviendo a las trombosis, existen diferentes tipos, según el punto en el que se originen y depositen los trombos.

 

¿Qué tipos existen?

En general, existen tres tipos de trombosis: por precipitación, hialina y por coagulación.

La primera, se da cuando los trombos se originan en las arterias o el corazón, normalmente por el desprendimiento de plaquetas. La segunda, en cambio, tiene lugar en las venas o capilares, tanto por el desprendimiento de plaquetas como por el de fibrina. Finalmente, la última también ocurre en las venas, cuando se deposita una mezcla de plaquetas y fibrina, con una mayor proporción de esta última.

Dentro de estas tres categorías, hay numerosas trombosis, que hacen referencia al lugar concreto en el que se encuentran los trombos. Unas son más comunes que otras, pero todas coinciden en que, si bien pueden estar asociadas a factores genéticos, el ejercicio físico y el abandono de hábitos como el tabaquismo o el consumo de alcohol pueden ayudar a prevenirlas.

 

La relación con AstraZeneca

Los dos tipos de trombosis que más se han detectado en personas que han recibido las vacunas del coronavirus de AstraZeneca han sido la trombosis de los senos cerebrales y la trombosis venosa profunda.

La primera, es un tipo de trombosis cerebral que se da cuando los trombos se forman en los senos del cerebro. Según explica la Sociedad Española de Neurología en un comunicado reciente, es muy rara. De hecho, representa sólo un 0.5% de las enfermedades cerebrovasculares que se producen en España.

Puede ocurrir en cualquier grupo de edad, pero es ligeramente más frecuente en mujeres jóvenes. Por ese motivo, inicialmente se pensó que las trombosis de este tipo originadas tras la vacunación con AstraZeneca podrían ser una simple casualidad, al darse precisamente en los grupos en los que es más común. Y es posible que algunas sí lo hayan sido, aunque ahora sabemos que si van acompañadas de plaquetas bajas sí pueden estar relacionadas con las vacunas.

Su síntoma más común es el dolor de cabeza que empeora cuando el paciente está tumbado o haciendo ejercicio y no mejora con los tratamientos comunes para cefaleas. No obstante, pueden ocurrir otros síntomas, como déficits focales, pérdida de fuerza o sensibilidad mantenida, alteración de la marcha o el lenguaje, episodios confusionales y pérdida de visión.

En cuanto a la trombosis venosa profunda, común también en pacientes graves de coronavirus, se da cuando se forman trombos en las venas profundas del cuerpo, generalmente en las extremidades inferiores. Por eso es importante controlar la hinchazón y el dolor que pudieran ser indicador de trombosis en las piernas. No obstante, en los pacientes vacunados con trombosis y bajas plaquetas también se han detectado trombos en la zona abdominal, por lo que su dolor persistente en las dos semanas posteriores a la vacunación puede ser motivo de alerta.

De cualquier modo, todo esto sigue siendo poco frecuente. La última resolución de la EMA ha dejado claro que los beneficios de la vacuna de AstraZeneca son sobradamente superiores a los riesgos, pues la probabilidad, de acuerdo con la Agencia Europea del Medicamento, es de una entre un millón de vacunados. No debemos temer las vacunas del coronavirus, pero sí estar atentos a posibles efectos, como con cualquier otro fármaco. Ese es otro de los esfuerzos que necesitamos para terminar de una vez por todas con esta pandemia. (Hipertextual)

 

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En total son siete los síntomas que se pueden experimentar cuando se forman trombos en tu cuerpo:

 

  • Dificultad para respirar
  • Dolor en el pecho
  • Hinchazón en las piernas
  • Dolor en el abdomen
  • Mareos
  • Dolor de cabeza
  • Visión borrosa

 

Dentro de esos indicios el más frecuente es la cefalea, un intenso dolor de cabeza algo peculiar que aparece de repente. Y ojo, porque tomarse un analgésico no sólo no sirve, sino que agudiza el dolor.  Si experimentas algo así, podrías estar formando coágulos en la sangre, por lo que es recomendable acudir al médico. En la gran mayoría de afectados ese dolor va acompañado de síntomas muy parecidos a los de un ictus, como la pérdida de fuerza o la alteración del habla.