La polémica construcción del hotel Gran Solaris junto a Playa Delfines es consecuencia de la falta de un instrumento jurídico que defienda mares y costas, y mientras siga así la historia se seguirá repitiendo: desde concesiones otorgadas por la Zofemat por 99 años en todo Quintana Roo, un Holbox destruido, un Playa del Carmen en plena anarquía y un Cancún en donde jamás se ha respetado el plan maestro

JENNIFER AGUILERA

La riqueza natural de México seguirá siendo impactada, dañada y vendida al mejor postor –como sucedió con los lotes aledaños al Mirador de Cancún, donde prosiguen las obras del hotel Gran Solaris, a pesar de que las oscuras condiciones de su venta y autorizaciones de construcción han sido denunciadas durante años–, mientras no exista una regulación que la defienda, luego de que la mayoría de Morena en el Senado dio marcha atrás a la Ley de Mares y Costas, concretada a fines del sexenio pasado luego de años de trabajo del sector científico, deploró la doctora Norma Patricia Muñoz Sevilla, presidenta del Consejo de Cambio Climático.

Doctora Norma Patricia Muñoz Sevilla, presidenta del Consejo de Cambio Climático

La odisea italiana

La venta de las tierras en el kilómetro 17.5 del bulevar Kukulcán no inicia con el proyecto del Gran Solaris, dijo la también investigadora del Instituto Politécnico Nacional; en realidad, primero Fonatur vendió la propiedad a la empresa de capital italiano Bi & Di, cuando Felipe Calderón era el presidente de la nación, sólo que no le avisaron al gobierno municipal de esa venta y dijo esperen, esos terrenos son míos, la Zona Federal Marítimo Terrestre es de 20 metros de ancho de la costa, por lo que es cancelada la venta.

Continuó narrando la historia: los italianos exigieron la devolución de su dinero al Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), pero ¡oh sorpresa!, la institución ya no tenía un peso de ese dinero, así que les ofrecieron un intercambio con tierras, solo que eran de lado de la laguna y en la ciudad de Cancún, lo que molestó mucho a los italianos ya que habían pagado por un terreno frente al mar; sin embargo aceptaron y las vendieron de inmediato a empresarios en Cancún; así es, hablamos de Malecón Tajamar.

El problema se lo dejó Felipe Calderón a Enrique Peña Nieto. Mientras tanto, Fonatur se compromete a tener un proyecto de desarrollo para Tajamar en un lapso de 10 años, que iba desde un muelle para catamaranes hasta la catedral Santa María del Mar, entre otros, sólo que por alguna razón jamás fueron regularizados ni escriturados los terrenos y cuando la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y los tribunales federales piden que se restaure el sitio a los que se les exige reparar todo es a los italianos, por lo que tuvo que viajar a México Silvio Berlusconi, el diputado al Parlamento Europeo, para solucionar el problema que enfrentaban los empresarios de su país.

Mientras tanto, la historia se repitió en el terreno aledaño a Playa Delfines: Fonatur vuelve a vender esas tierras, ahora a la empresa Gran Solaris, durante el interinato de Carlos Canabal Ruiz, quien además otorga los permisos para construir un edificio de 14 niveles, una planta baja y dos sótanos, seis restaurantes, dos albercas, un estacionamiento con dos niveles y 450 habitaciones para un hotel all inclusive en una superficie de 18,844.31 metros cuadrados.

 

Severos impactos

“Como científica y con varios estudios realizados en el sistema lagunar Nichupté, además de que conozco el proyecto de Cancún desde 1975, cuando el entonces presidente de la nación, Luis Echeverría, me invitó a participar, puedo asegurar que va impactar aun más un sistema lagunar que ya tiene serios problemas de diversas índoles”, aseveró la especialista.

A ello, añadió, se suma que no existe capacidad de carga para soportar más cuartos, servicios y transporte; asimismo se habla de un desarrollo impresionante en el área más estrecha de la zona hotelera de Cancún, donde la zona de la playa esta casi en la carretera, a diferencia de otros hoteles, entonces cómo van a construir al borde del boulevard.

Además, la zona hotelera en horas pico ya presenta problemas terribles de tráfico, siendo la zona de los antros un cuello de botella, donde muchas personas optaban por salir del lado del aeropuerto, con ese hotel ahora va ser igual, pronosticó Muñoz Sevilla.

Cancún necesita una sociedad combativa

La presidenta del Consejo de Cambio Climático consideró que es momento para que los cancunenses se unan para protestar y exigir sus derechos, que van desde el derecho de contar con ventanas al mar, playas públicas y no pasillitos oscuros que nadie puede ver, y muy en especial, que se respete el Plan Maestro de Cancún, el cual fue concebido y planificado por técnicos mexicanos en los años setentas y que aprovechaban el recurso turístico sin olvidarse de la riqueza natural y sus habitantes, siendo una idea sustentable tanto para los distintas actores como la sociedad y la economía.

Advirtió que ahora que existe una pandemia de salud la población de Cancún no se puede dormir y debe de hacer uso de las redes sociales para exigir que esta construcción muestre sus permisos con claridad, ya que desde hace varios años atrás se había dicho que la zona hotelera esta sobredensificada y no tenia capacidad para más cuartos hoteleros, de acuerdo a un estudio que realizó la Universidad de Caribe y entonces que también las autoridades sean trasparentes y cero corruptas, que indiquen quién autorizó, basados en qué estudios, y que entreguen esos documentos de planeación y demuestren el bienestar que traerán a la comunidad.

Asimismo, que el Grupo Gran Solaris muestre cada uno de sus permisos, desde la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), qué institución de renombre en México la realizó, así como quién y qué fue lo que se autorizó, sostuvo.

 

Ley de Mares y Costas

“La verdad es que en México aún nadie es responsable de las mares y costas, y mientras nadie las proteja y las regule la historia se va seguir repitiendo, desde concesiones otorgadas por la Zofemat por 99 años en todo Quintana Roo, un Holbox destruido, Playa del Carmen ya se les fue de las manos y Cancún sin respetar el plan maestro, y cada vez que llega un presidente municipal se pasa todas las leyes por el arco del triunfo y realiza cambios del Plan de Desarrollo Urbano (PDU) a su conveniencia”, deploró la académica.

Patricia Muñoz explicó que en el 2006 se publicaron en el Diario Oficial políticas públicas para el desarrollo sustentable de mares y costas de México; sin embargo, duermen en el cajón. En el 2011 se publicó una política nacional de mares y costas, poco antes de que terminara el sexenio de Felipe Calderón; sin embargo, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) dijo ‘yo no tengo nada que ver en esa comisión de mares y costas, que lo cheque la Marina’, que la toma pero declara que no entiende nada a pesar de ser parte del proyecto desde hacía varios años, junto con otras 10 secretarías; finalmente, y después de muchos esfuerzos, se decreta la Ley de Mares y Costas en noviembre de 2018, un mes antes de la entrada del actual presidente de la nación, Andrés Manuel López Obrador.

El Senado desechó la Ley de Mares y Costas obtenida, luego de un proceso de años al que una vez más se da borrón y cuenta nueva

Sin embargo –continuó–, la reacción de la bancada de Morena en el Senado fue decir que era una Ley “aprobada en fast track” y deciden tumbarla, a pesar de haber varios años de trabajo del sector científico. Por lo tanto, las costas y mares de México continúan sin tener un instrumento jurídico que las proteja y en lo que respecta a las autoridades de los tres niveles de gobierno que pueden dar una respuesta, todas prefieren darle la vuelta.

“Así que toda la riqueza natural de los mares y costas del México seguirá siendo impactada, dañadas y vendida al mejor postor, mientras no exista una ley que las defienda, y para muestra el tema del sargazo: a varios años de presentar la comunidad científica del país varios proyectos para industrializarlo, el Senado los rechaza, afirma que no se puede y después uno se entera de que la industrialización del sargazo fue otorgada a una empresa privada.

“Y así como esas historias poco transparentes puedo mencionar varias en Cancún, en donde los empresarios destruyen la riqueza de la entidad y después sólo piden disculpas, Semarnat cobra multas económicas y todo se vuelve a repetir, y en muchas ocasiones también las autoridades de los tres niveles de gobierno están involucradas, tal fue el caso del frustrado Dragon Mart, y de los fraccionamientos aprobados como casas dúplex y que son en realidad lugares de hacinamiento y una verdadera grosería para la población”.

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Perdido el 85% de las playas públicas

La doctora Christine Mc Coy, académica de la Universidad del Caribe, presentó en 2016 el documento Evaluación de la capacidad de carga turística como elemento de análisis del desempeño de un destino turístico, en donde realizan un análisis del proyecto original de Cancún hasta el último Plan de Desarrollo Urbano (PDU) 2014-2030, el primero contemplaba 14 playas públicas en la Zona Hotelera, y el actual sólo dos: Playa Delfines y Playa Coral, bajo el Uso de Playa Pública; el resto tienen asignado el uso de suelo recreativo de playa con la posibilidad de construcción.

Playas públicas, especie en extinción

Asimismo, Zofemat solamente reconoce tres playas públicas en la Zona Hotelera: Playa las Perlas, Playa Delfines y el andador de Playa Chac Mool.

Con lo anterior, el 85% de las playas públicas en la Zona Hotelera se han perdido, ya que han sido concesionadas a hoteles, perdiendo la población el acceso a ellas. Además de la pérdida de playas destinadas al uso de suelo de playas públicas, la extensión de las mismas ha sufrido una importante afectación, ya sea por cuestiones de erosión o por paulatinas divisiones, concesiones, ventas.

De esta forma, de haber existido en un inicio 308,892.34 m² de playas públicas en la actualidad existen 8,243.03 m², lo que significa una pérdida del 97.34 % de la superficie. La tasa de erosión promedio de las playas es de 5.86 m al año, predominando el fenómeno erosivo más que el acumulativo, lo que imprime un alto nivel de vulnerabilidad a las mismas a causa del cambio climático, que se ve agravado por la forma en la que se han construido los hoteles, la eliminación de la duna desde un inicio y la falta de vegetación que ayudaba a conservar la salud de los arenales, problema que con los nortes y huracanes se hace evidente en cada ocasión.

Otra problemática ambiental relacionada con la densificación de hoteles y la erosión de playas es la disminución de 77% del arribo de quelonios a las playas de la Zona Hotelera en 2014, de acuerdo a informes de la Dirección de Ecología del Municipio de Benito Juárez, ya que en 2013 se recibieron 900,000 mil quelonios y la cifra de 2014, que se esperaba fuera mayor, fue de 200,000. Sin dar una explicación concreta de por qué se presentó el fenómeno, la dirección de ecología mencionó que la luz de los hoteles es un factor y ahora el cambio de arena a causa de la restauración podría contribuir a éste fenómeno

A lo anterior se suma la generación de basura en Cancún, agregando la parte continental de Isla Mujeres, además de la población de Isla Mujeres, por lo tanto, al relleno sanitario llegan más toneladas diarias de las contabilizadas por Siresol, Cancún.

Asimismo, Conagua reconoció que la Península de Yucatán está rebasada desde el 2006 en el consumo del agua anual por cuartos de hotel.