El conflicto que entabló el gobierno federal con empresas internacionales a cargo de construir el gasoducto de Texas a Tuxpan es “jugar literalmente con el bienestar de millones de mexicanos que viven en la Península de Yucatán, donde ya están sufriendo apagones severos porque no hay gas”, advierte el extitular de SHCP

REDACCIÓN

MÉXICO.- La reveladora entrevista que el semanario Proceso publica en su más reciente número con el exsecretario de Hacienda y Crédito Público, Carlos Urzúa Macías, pone sobre la palestra una vez más el desabasto de gas natural que enfrenta la Península de Yucatán, y confirma este hecho como el desencadenante de los constantes apagones que se presentan en la región desde hace meses.

Entre otros temas –de los cuales damos cuenta en otra nota de esta misma edición–, el exfuncionario federal mencionó como uno de los motivos de su renuncia el pasado martes, que Manuel Bartlett Díaz, director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), pretende anular algunas cláusulas en el contrato firmado durante el gobierno de Enrique Peña Nieto con empresas internacionales para la construcción del gasoducto que va de Texas a Tuxpan, Veracruz. 

La administración de Bartlett consideró que estos puntos en la firma de convenios “no eran justos para el país”, pero Urzúa detalla que, al existir un contrato, se debe cumplir y criticó que en la renegociación la CFE no evalúe correctamente el costo de la obra, que ya está concluida. 

“Ese gasoducto, que provee más de un tercio de toda la demanda de gas en México fue construido por Transcanada, una paraestatal canadiense, junto con Ienova, una empresa mexicana, subsidiaria a su vez de una estadounidense llamada Sempra”, indicó Urzúa Macías, quien añadió que ésta tiene en su consejo a Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes en Estados Unidos, por lo que incluso ve un riesgo en la posible firma del T-MEC.

 “Mientras ese pleito dura, el gasoducto no se podrá utilizar, lo que nos dejaría imposibilitados de satisfacer un tercio de la demanda de gas. El pleito va a durar años y es muy probable que México lo pierda, además de que no podremos usar ese gasoducto por un buen rato. Eso es jugar literalmente con fuego y con el bienestar de millones de mexicanos que viven en la Península de Yucatán, donde ya están sufriendo apagones severos porque no hay gas”, advirtió.

El pasado 17 de junio, mediante un oficio, el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace), declaró el estado de emergencia en la Península de Yucatán de junio a octubre debido a la poca generación de electricidad en la zona por falta de gas natural, lo que podría generar apagones. 

“La CFE ha presentado fallas y degradaciones que disminuyen la disponibilidad de energía en el parque de generación, aunado a la falta de gas natural (…) lo que ha degradado el suministro y provocado la falta de mil 140 megawatts en las centrales de ciclo combinado”, refiere el texto, que fue desmentido por el propio Bartlett al día siguiente –tras el revuelo que ocasionó–, en un tuit en el que afirmó que se cuenta con la capacidad de generación disponible suficiente para afrontar la demanda máxima en la región, “por lo que no existe riesgo de presentarse apagones”.

El propio López Obrador, en gira por Yucatán días después, aseguró que su gobierno construirá una planta de generación de energía eléctrica “para que no vuelva a haber apagones en la Península”.

Desde hace meses, diversas zonas de Yucatán, Campeche y Quintana Roo han padecido cortes de electricidad, de distintas extensiones, si bien de corta duración la mayor parte de ellos; empero, al menos tres de ellos fueron de gran relevancia, llegando a afectar el suministro de hasta 1.6 millones de usuarios en las tres entidades, los cuales se atribuyeron en aquellos momentos a incendios en plantaciones de caña.