BERLÍN.- El partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) intenta capitalizar la crisis entre la Unión Democristiana (CDU) de la canciller federal alemana Angela Merkel y su socio bávaro, la Unión Socialcristiana (CSU), con vistas a ganar votos en las próximas elecciones regionales de octubre en Baviera.

Durante el congreso celebrado sábado y domingo en la localidad bávara de Augsburgo, en el sur del país, se lanzaron contra Merkel y alentaron a la CSU a retirar su apoyo en el gobierno de la canciller federal. En caso contrario señaló que criticarán duramente en campaña electoral a ese partido.

La CDU de Merkel y la CSU de su ministro del Interior, Horst Seehofer, se encuentran inmersos en una crisis motivada por la política migratoria y de asilo, que podría incluso hacer caer el gobierno de coalición alemán.

La crisis se desató por el duro curso antimigratorio defendido por Seehofer, que desafía las posturas de Merkel. Las posturas contrarias a la migración son además el principal capital político de los ultraderechistas de la AfD, un partido que nació del euroescepticismo con posturas xenófobas y situándose como la tercera fuerza electoral del país.

En las elecciones bávaras podrían sin embargo superar al Partido Socialdemócrata (SPD), según apuntan las encuestas, y situarse como segunda fuerza electoral tras la CSU. Un reciente sondeo del instituto Insa publicado por el diario sensacionalista Bild atribuye en torno al 14% de la intención de voto.

En el congreso de dos días, la AfD abogó por un aislamiento de Europa frente a la migración y consideró insuficientes las medidas adoptadas en la cumbre de la Unión Europea (UE) el jueves y viernes, que pasan por una mayor protección de las fronteras exteriores y la creación de centros de migrantes rescatados del mar donde puedan vivir mientras se gestionan sus solicitudes de asilo.

El líder de la AfD, Alexander Gauland, exigió a Seehofer que fuerce la salida de Merkel del gobierno, que no lleva ni 100 días en el cargo. La coalición de gobierno actual que se forjó tras arduas negociaciones. “Merkel caerá, no importa el tiempo que reme con los brazos”, dijo.