Advierte astrónomo sobre los riesgos de una posible falla en el Gran Colisionador de Hadrones: la Tierra, reducida a una esfera del diámetro de una cancha de fútbol

AGENCIAS

LONDRES.- El Gran Colisionador de Hadrones (LHC por su sigla en inglés) comenzó a funcionar en 2008 y desde entonces varias fueron las advertencias que se hicieron sobre los riesgos de una presunta falla en la instalación científica. Quien ahora volvió a encender las alarmas fue el astrónomo británico Martin Rees, al afirmar que un incidente masivo podría reducir el planeta a una esfera hiperdensa de unos 100 metros de diámetro.

La primera de las “posibilidades aterradoras” de un desperfecto en el LHC sería la formación de un “agujero negro” que absorbería “todo lo que lo rodea”, escribió el especialista en su libro ‘Sobre el futuro: perspectivas para la humanidad’, que se publicará a fin de mes, reseñó el diario The Telegraph.

Otro de los peligros es que los quarks (una clase de partícula elemental) “se reensamblen en objetos comprimidos llamados strangelets”, pequeños fragmentos de materia extraña.

“En sí mismo, esto sería inofensivo”, señaló Rees, aunque agregó que de acuerdo con algunas hipótesis, los strangelets podrían, “por contagio, convertir cualquier cosa que encuentren en una nueva forma de materia, transformando la Tierra en una esfera hiperdensa de unos 100 metros de diámetro”.

Los riesgos previstos por el astrónomo no se detienen allí, ya que el espacio vacío, “la arena en la que todo sucede”, que es “frágil e inestable”, tiene latente “todas las fuerzas y partículas que gobiernan el mundo físico”. Por lo tanto, algunas especulaciones señalan que “la energía concentrada que se crea cuando chocan las partículas podría desencadenar una ‘transición de fase’ que desgarraría la estructura del espacio”. “Esta sería una calamidad cósmica, no solo terrestre”, aseguró.

“La innovación a menudo es peligrosa, pero si no renunciamos a los riesgos, podemos renunciar a los beneficios”, expresó Rees, quien por último advirtió a los físicos que deben ser “prudentes sobre la realización de experimentos que generen condiciones sin precedentes, incluso en el cosmos”.