Al arrancar campaña por reelección, los tachó de “terroristas” por defender y hasta impulsar un intento de golpe de Estado en su contra hace tres años

AGENCIAS

MANAGUA.- En el inicio de la campaña en busca de otra reelección, el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, fijó la mira en los obispos al acusarlo de respaldar a opositores en este proceso y en 2018, en las peores protestas que hubo en el país.

Durante su primer discurso ante su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, aliados y prensa oficialista, el líder tachó de “terroristas” a quienes defendieron y hasta impulsaron un intento de golpe de Estado en su contra hace tres años.

Y lanzó una advertencia de que éstos podrían sumarse a la lista de 37 opositores detenidos en el país, argumentando que si estuvieran en otra nación habrían sido llevados a juicio. “Esos obispos son terroristas también. En otro país estarían juzgados, en Costa Rica estarían detenidos”, dijo.

Refrendó que los líderes religiosos se aliaron para orquestar un “golpe terrorista para arrebatarle sus derechos y su soberanía al pueblo”, tras recordar que en 2018 lanzaron un ultimátum contra el régimen para exigirle que dejara la presidencia y entregara el Poder Judicial y la Asamblea Nacional, que aún controla, a la oposición.

Ortega incluso reprochó a los obispos que dieran su bendición a actos violentos y movilizaciones masivas que causaron la muerte de decenas de manifestantes, de las que sólo acreditó 200 muertes culpando a los disidentes por la severa violencia, mientras que organismos internacionales lo han denunciado por el asesinato de más de 600 personas tras los actos represivos promovidos por su policía.