Aunque la infección tiene una alta tasa de letalidad, por ahora no presenta riesgo de generar una pandemia como la del COVID-19

AGENCIAS

GINEBRA.- Si bien la pandemia del coronavirus ha sido uno de los eventos más excepcionales de las últimas décadas a nivel mundial, muchos expertos han alertado sobre la posibilidad de que se repita una situación sanitaria similar. La presión que los seres humanos estamos ejerciendo sobre los hábitats naturales aumenta el riesgo de que algunas enfermedades que habitan en ciertos animales muten y salten a la especie humana.

Muchos medios de comunicación ya han encontrado un sucesor concreto para el COVID-19: el virus Nipah, al que la Organización Mundial de la Salud (OMS) no quiere perder de vista por su letalidad y la capacidad que ha demostrado de contagiar a seres humanos.

En este momento no existe una situación de riesgo de que este virus produzca una situación de pandemia: de hecho, el último brote tuvo lugar en el año 2018, en el año 2019 se dio un solo caso y en la actualidad no existen casos activos. Además, la farmacéutica Moderna trabaja en un proyecto de vacuna que emplea una tecnología similar a la del coronavirus.

Existen noticias de él desde 1998, cuando tuvo lugar un brote en Malasia. Desde aquel episodio, se han descubierto muchas de las características de este virus. La más alarmante de ellas es que produce un alto porcentaje de muertes entre quienes son contagiados. Dependiendo del brote, se ha observado una letalidad de entre el 40% y el 75%.

Las personas que portan el virus pueden manifestar un síndrome respiratorio agudo, convulsiones, fatiga e, incluso, una encefalitis que puede devenir en un coma o en la muerte. También existen casos de pacientes asintomáticos.

A pesar de que se han observado brotes causados por cerdos, el huésped típico del virus Nipah es el murciélago de la fruta, también llamado zorro volador, abundante en la zona de la India y del sudeste asiático.