Bettina Lerman, de 69 años, llevaba más de un mes inconsciente, es diabética, la acababan de operar del corazón y no tiene la vacuna contra COVID-19

AGENCIAS

PORTLAND.- Bettina Lerman, de 69 años, llevaba más de un mes en coma derivado de complicaciones por COVID-19. Los médicos les dijeron a sus hijos que ya no había más por hacer, pues sus pulmones estaban muy dañados y ya no despertaría de ese estado. Fue entonces que decidieron desconectarla del soporte vital el 29 de octubre.

La decisión no fue sencilla para Andrew Lerman y sus hermanos; sin embargo, al no haber esperanza de supervivencia para su madre, quien además era diabética y no tenía la vacuna contra COVID-19, lo mejor era que dejara de sufrir. Viajaron a Florida para cancelar el contrato de arrendamiento de Bettina y, de paso, alistar los preparativos del funeral.

Entonces Andrew recibió una llamada que lo dejaría impactado al punto de tirar el teléfono: los médicos del Centro Médico Portland, en Maine, le dijeron que su madre inesperadamente había despertado, el mismo día en que sería desconectada.

Los médicos quedaron sorprendidos al no encontrar fallas orgánicas de consideración o algún tipo de confusión mental común entre las personas que regresan del coma.

Médicamente, la señora ya no tenía posibilidades de sobrevivir, ya que recientemente se había sometido a una delicada cirugía en el corazón, lo cual sumado a su diabetes, edad avanzada y falta de protección contra el nuevo coronavirus, la dejaba en un estado vulnerable ante cualquier infección.

Si bien los pulmones de Bettina están dañados y aún requiere de apoyo para respirar, ya se encuentra en casa con su familia y está recibiendo fisioterapia para recuperar la movilidad en los músculos tras estar postrada un mes. “Sus médicos dicen que es un milagro…que nunca habían visto a nadie pasar por lo que ella y despertar”, señaló Jennifer, una de las hijas de la mujer.