MADRID.- Un equipo de científicos de la Universidad de Almería en colaboración con investigadores de la Universidad de Alcalá de Henares y la Asociación de Apicultores de Dinamarca, han detectado por primera vez microplásticos en el cuerpo de las abejas en un estudio con más de 4,000 abejas obreras provenientes de 19 colmenas del centro de Copenhague y de zonas suburbanas y rurales de Dinamarca.

Y es que el cuerpo de estos insectos está cubierto por pelitos que permiten contener pequeñas partículas que la abeja recolecta ya sea de forma intencionada o no. Los pelos se cargan electrostáticamente mientras vuelan, lo que ayuda a atraer las partículas, que normalmente es polen. Sin embargo, este nuevo estudio plantea que las abejas están atrapando no solo polen en sus cuerpos, sino también microplásticos.

La fuente no está clara, pues la evidencia ha demostrado que la contaminación por microplásticos está presente en el aire, el suelo y el agua. Es muy posible que las fibras transportadas por el aire se adhieran a estos insectos y los microplásticos también acaben en la miel que consume en enjambre y, en última instancia, en la que ingiere el ser humano. (Muy Intersante)