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MADRID.- El acostumbrado paseo de las mascotas caninas por los parques urbanos, donde orinan y defecan, ha sido objeto de estudio por un grupo de investigadores, el cual afirma que no se han cuantificado ni calificado debidamente los aportes de nutrientes a través de las heces y la orina de los perros en los ecosistemas urbanos.

La investigación, destinada a calcular la magnitud del aporte a la fertilización de la materia fecal y la orina de los perros en los ecosistemas urbanos, prestó especial atención a la cantidad de nitrógeno y de fósforo y sus efectos sobre la biodiversidad vegetal.

Lo que hallaron es que los aportes de fertilización canina con relación al nitrógeno y al fósforo ascienden en promedio a 11 kilos de nitrógeno (partes iguales entre orina y heces) y 5 kilos de fósforo (predominantemente de las heces) por hectárea y por año.

Esos niveles de aportes de nutrientes pueden influir considerablemente en la biodiversidad y el funcionamiento de los ecosistemas, y ser determinantes en los resultados de la salud y el crecimiento y desarrollo del mundo vegetal del entorno canino y urbano en general.

La investigación representa un nuevo punto de vista, pues tradicionalmente se ha considerado la contaminación ambiental por heces caninas en los parques como una problemática de salud, al facilitar la transmisión de zoonosis parasitarias, causadas por nematodos intestinales del perro.