Estudio advierte de los riesgos ecológicos de las sustancias ilícitas que se acumulan en las vías fluviales

 

AGENCIAS

 

PRAGA.- La trucha marrón puede volverse adicta a la metanfetamina que se acumula en las vías fluviales, según una nueva investigación.

Un grupo de investigadores dirigidos por Pavel Horky, de la Universidad Checa de Ciencias de la Vida en Praga, se propuso estudiar si las drogas ilícitas que están en los cuerpos de agua alteran el comportamiento de los peces.

El equipo introdujo 40 truchas comunes en un tanque de agua con los mismos niveles de metanfetamina que se han encontrado en ríos de agua dulce, donde permanecieron ocho semanas y luego las transfirieron a un tanque limpio.

Después los investigadores confirmaron que las truchas sufrían síndrome de abstinencia de la metanfetamina, al darles la opción de elegir entre agua que contenía la droga y agua que no, pues eligieron la primera durante los cuatro días posteriores a su transferencia.

Los investigadores además encontraron rastros de la droga en sus cerebros hasta 10 días después de la exposición.

Las drogas que excretan los consumidores viajan a través de los sistemas de alcantarillado y llegan a las plantas de tratamiento de aguas residuales, que no están diseñadas para tratar este tipo de contaminación, según el estudio.

Horky manifestó su preocupación de que esta adicción a las drogas podría hacer que los peces pasen más tiempo cerca de los sitios donde se descargan las aguas tratadas, que no son saludables para ellos. “Tales efectos podrían cambiar el funcionamiento de ecosistemas enteros”, advirtió.