Para uno que suele andar de ocioso en las redes, informándose de qué es lo que ocurre en su ciudad, en su país y en todo el mundo, de pronto le llegan noticias sorprendentes, que verdaderamente llaman la atención, aunque, cabe decir, no siempre son ciertas o no siempre cuentan con el matiz de objetividad necesarios.

Sin embargo, ahora me topo con un dato que en realidad llamó mi atención. La noticia publicada asegura que hay al menos 26 hoteleros de Cancún que evaden sus impuestos y que, en concreto, reportan que cada día generan sólo ¡cinco kilos de basura! Y con base en ello es como realizan su respectivo pago al municipio.

Y entonces me dije: “Aquí no hay más que de tres sopas: O Cancún tiene unos hoteleros ejemplares, ecológicos, o esta nota es mentira y creen que la gente es pendeja, o a lo largo de los años esta ciudad ha tenido autoridades corruptas que les permiten esos abusos… no hay más”.

¿Por cuál de ellas se inclina usted, amable lector?

Analicemos: En el primero de los casos, dudo mucho que los hoteleros rapaces de Cancún –en su mayoría españoles– estén verdaderamente preocupados por el cuidado del medio ambiente y por el contrario, todos operan al filo de la navaja de las leyes en la materia (y si pueden las rebasan).

En el segundo, existen fuentes oficiales que dan a conocer ese dato, por lo que dudo mucho que la nota sea mentira.

Y más bien estoy segura que la verdad está en el tercer caso, que Cancún a lo largo de su historia ha sido gobernado por gente corrupta, por gente que tranza con los hoteleros en los oscurito y que hasta se pone de tapete ante estas empresas con tal de evitar problemas y de recibir sus “amables caricias” de vez en cuando.

Es así que al menos 26 hoteles han brincado esto que es una obligación de todo comercio, reportando la generación de cinco kilos diarios de desperdicios, cuando son cientos los que arrojan al basurero todos los días, pagando una miseria por ello.

Estoy convencida que ni el restaurante más chico o el bar más modesto de un hotel genera cinco kilos de basura. ¡Puchis! Ahora resalta que los grandes centros de hospedaje generan una cantidad de desperdicios similar a la de un carrito de elotes, de marquesitas o de hot dogs.

Por ello es que son necesarios los contenedores inteligentes, para evitar ese tipo de corrupción, para generar el dinero necesario, a fin de crear más rellenos sanitarios, o incluso buscar otras opciones que terminen con ese grave problema de Cancún.

A los hoteleros no les podemos pedir que hagan conciencia, porque todo les vale madre. Ellos quieren billetes, limpieza y orden. Está visto que son los primeros en pegar el grito al cielo si ven que existe una falla, cualquiera que ésta sea, y que perjudique su operatividad; pero también son los primeros en buscar vericuetos, lagunas en la ley o todo lo que se pueda para birlar, para no cumplir con sus obligaciones y, decíamos, si se puede rebasar la ley.

Por eso es necesario tomar esas medidas, en las que se les coloquen los contenedores con un chip que diga cuánta basura generaron, y de acuerdo a ello, se les cobra. No hay más.

A ellos también es necesario meterlos en cintura. Ya mucho es lo que han ganado de esta ciudad a la que han exprimido como trapo. Es hora que sigan apostando por un Cancún limpio y en orden, como les gusta, pero que le entren con su cuerno. No todo es ganancia.

Por: Niza Puerto