Ivanna Dobrakovová. Madres y camioneros. Sexto Piso. Trad. Patricia Gonzalo de Jesús. 204 pp.

Svetlana, Ivana, Olivia, Lara y Veronika son cinco mujeres varadas en una vida que detestan, cinco mujeres cuyas personalidades y circunstancias no pueden ser más distintas, y que sin embargo coinciden en un mismo rasgo: todas ellas perciben a sus respectivas madres como una figura de proporciones casi míticas que las paraliza y las condena a una infancia eterna. La autora se centra en las relaciones familiares para hablar de las pulsiones internas del individuo.

Katya Adaui. Geografía de la oscuridad. Páginas de Espuma. 120 pp.

Salvados por sus hijos, náufragos de sus padres, los protagonistas de estos cuentos se zambullen en las profundidades de los vínculos esenciales. Las casas, el mar, el campo son encierro y escape; el espacio donde las generaciones se alimentan, sueñan, procrean. La narradora peruana ensaya su teoría de la paternidad: un mapa opaco en el que los seres humanos rastrean con fuerza e inteligencia cómo sobrevivir a la crianza. Pudorosos ante lo íntimo, apaciguados con los parecidos, enervados por lo familiar, esquivan los golpes, afrontan los abandonos  y buscan cualquier prueba de ternura y felicidad para redimirlos.

Jacques Rancière y Javier Bassas. El litigio de las palabras. Ned Ediciones. 128 pp.

¿Qué comunicamos, en las palabras, más allá del mensaje que transmitimos? ¿Qué poder legitimamos a través del lenguaje? En nuestra relación con los demás, cada vez que hablamos y escribimos afrontamos una elección crucial y, al mismo tiempo, muy sencilla: seguir apoyando el mundo de la desigualdad (sus jerarquías de clase, raza, género) o abrir una escena de igualdad. El litigio de las palabras es una vindicación del lenguaje más allá de su comprensión como mera herramienta de comunicación.

Ryan Holiday y Stephen Hanselman. Vida de los estoicos. Océano. Trad. Genís Montrabà. 352 pp.

Un libro inspirador sobre la vida de los estoicos y sobre lo mucho que todavía pueden aportarnos en relación a la felicidad, el éxito, la resistencia y la virtud. Casi 2.300 años después de su aparición en Atenas, el estoicismo ha encontrado una nueva audiencia entre aquellos que buscan alcanzar un estado de plenitud.