La reciente promulgación de la Ley de Protección y Bienestar Animal, aprobada a pesar de los numerosos señalamientos en contra, pone en el centro de la polémica las enormes lagunas que contiene y que deben ser subsanadas a la brevedad por el Congreso del Estado

Desatiende el amplísimo espectro del maltrato animal y reduce la problemática a un pequeño sector, como el de las corridas de toros y peleas de gallos, que ya anticipó que dará la batalla legal

Por José Pinto Casarrubias

Ni bien fue publicada el pasado lunes 25 de noviembre en el Diario Oficial de Quintana Roo la Ley de Protección y Bienestar Animal aprobada desde junio por la XV Legislatura, se desató la polémica entre los sectores que se verán afectados por una ley que tiene muchos vacíos y que definitivamente deberá ser revisada con miras a reformarla.

Los principales argumentos para “botarla” son ir en contra de las tradiciones, usos y costumbres de las comunidades rurales y evidentemente la afectación económica que representaría para empresarios y gente relacionada con los eventos que se prohíben, como las corridas de toros, de gallos o perros, como lo dice el Artículo 40 de este Ley, o dar muerte a un animal u otros actos de crueldad; también obliga a las autoridades a detener estos actos, procediendo a clausuras y aseguramiento de los animales, pero serán considerados meramente infracciones administrativas pues carecen de sanción alguna, por lo que sería una ley inoperante, que tendría que ser modificada y como todo, tiene sus bemoles que intentaremos desenmarañar.

Como sabemos, diputados de la XVI legislatura han admitido que se requieren reformas a esta regulación y que podrán hacerse en los siguientes periodos.

A muy grandes rasgos, la Ley establece diversas disposiciones que son de orden público e interés social y tiene por objeto “proteger a los animales, garantizar su bienestar, brindarles atención, buen trato, manutención, alojamiento, desarrollo natural, salud, y evitarles el maltrato, la crueldad, el sufrimiento, la zoofilia y la deformación de sus características físicas asegurando sanidad animal y la salud pública”.

Además establece las bases para definir la participación de los sectores público, privado y social para la atención del bienestar de los animales domésticos y silvestres, estableciendo las obligaciones y responsabilidades de cada uno de estos sectores.

Promueve en todas las instancias públicas, privadas, sociales y científicas el reconocimiento de la importancia ética, ecológica y cultural que representa la protección de los animales a efecto de obtener mejores niveles de bienestar social; y la regulación de las disposiciones correspondientes a la denuncia ciudadana inspección y vigilancia medidas de seguridad y sanciones y recurso de revisión, relativos al bienestar animal.

En materia de vida silvestre se considera que hay un avance importante con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) para firmar un convenio con el gobierno federal a fin de establecer lo que sería el primer comité de vida silvestre para el estado de Quintana Roo que permita descentralizar algunas funciones a nivel local, y atender de forma más oportuna el tema de atención a contingencias y manejo de vida silvestre.

Pero lo que está en el centro del debate desde que se aprobó la ley tiene que ver específicamente con las inconformidades de parte de galleros y empresarios taurinos.

Ley endeble e imperfecta”

Jorge Ávila, empresario y matador de toros, asegura que la ley es endeble e imperfecta, porque no impone sanciones y tampoco se llevaron a cabo consultas a las comunidades que pudieran haberse visto afectadas, por lo que ya han sostenido una reunión con la actual legislatura para que se realicen –dice– las reformas necesarias, y aseguró que su promulgación no afectará el evento que tienen programado por los 30 años de la Plaza de Toros de Cancún.

En esas condiciones la ley no afecta a la corrida del 20 de diciembre, que ha generado gran expectación y en la que participarán Pablo Hermoso de Mendoza y David Silveti. En primer lugar, la ley fue publicada luego del anuncio de la corrida y hay que recordar que las leyes nunca son retroactivas. Es a partir de hoy que ya están prohibidas, pero no las que se programaron antes”, argumentó.

Como matador de toros está de acuerdo con el dictamen original de la ley, que considera el bienestar animal en general, pero no con las prohibiciones que se aprobaron el pasado mes de junio.

Argumenta que a diferencia de las reses mansas, que son las destinadas para consumo humano, los toros bravos tienen una vida y un final diferente.

Las reses viven alrededor de un año y dos meses encerrados en un corral, donde se les engorda artificialmente y se les lleva al matadero. El toro bravo, en cambio, vive un promedio de cuatro a cinco años, totalmente en libertad y armonía en las ganaderías donde es criado y muere en una forma digna dada su condición esencial de bravura y si se prohíben las corridas, con el toro bravo pasará lo mismo que con los animales de los circos”.

Posturas en contra

Sólo que al matador se le olvidó decir que el mal llamado “toro de lidia” no nace bravo, sino lo crían para eso, los amantes de la denominada “fiesta brava” tampoco hacen mención de cómo antes de una corrida, son limados los pitones de los toros para perder sensibilidad y distancia –es como golpear los oídos de las personas, lo que les hace perder equilibrio– tampoco reconocen que un “monstruo” de 10 mil 20 o 50 mil cabezas festeja lo que hacen con el animal, para finalmente darle muerte o en el mejor de los casos concederle el indulto.

Todo eso es como regresar a la barbarie al Coliseo Romano, donde un hombre se enfrenta a una fiera y sólo uno sale vivo, pero en condiciones de igualdad, en las corridas me gustaría ver que el toro y el hombre entren solos al ruedo, pero uno contra uno, sin la ayuda de los que siempre salen al quite en favor del torero cuando ven peligro. Claro que el argumento de los aficionados es que el toro pesa 500 kilos y tiene pitones y el torero no, pero el torero cobra por eso y está consciente de a lo que va, a ningún toro le preguntan si está de acuerdo”, señaló a El Despertador de Quintana Roo un ciudadano que rechaza la tauromaquia y que prefirió el anonimato.

Por otro lado, la regidora y presidente de la Comisión de Ecología en Benito Juárez, Anahí González Hernández, aclaró que hay otros reglamentos que pueden ser usados para clausurar la corrida de toros prevista en Cancún este mes de diciembre, pues aunque los empresarios aleguen que la ley no es retroactiva, eso sería sólo si hubieran obtenido un permiso del Ayuntamiento “y no es así, al menos hasta ahora, porque el tema se discute ya, aunque el Ayuntamiento desde un inicio se ha negado a dar los permisos.

Pero incluso si se llegasen a amparar contra esta ley, el Ayuntamiento de Benito Juárez tiene otras herramientas legales a su alcance. Además de su propio reglamento de Bienestar Animal, que prohíbe actos de crueldad, también se tiene el reglamento de espectáculos, que permite detener una función si tiene desaprobación ciudadana. A ello se añade la NOM de Sagarpa sobre el sacrificio adecuado de animales, que en este caso no se cumpliría”, añadió.

Por ello, la regidora auguró que de insistir en realizar este espectáculo, la Dirección de Fiscalización puede acudir a clausurar.

Por cierto que autoridades de Fiscalización en Benito Juárez indicaron que esperarán hasta el día del evento para exigir los permisos, lo que representa un riesgo para los organizadores el evento, pues ya inició la venta de los boletos y si el Ayuntamiento no concede los permisos, podrían proceder a la clausura.

Por su parte, el secretario general del Ayuntamiento, Jorge Aguilar Osorio, dijo que se está revisando la negativa de permisos para ese evento y verán la forma de justificar la negativa, pues estando la ley en vigor es muy difícil que ellos pudieran otorgar permiso alguno para el aniversario de la Plaza de Toros.

Tradiciones muy arraigadas

Para Efraín Rábago Echegoyen, dirigente de la Sección Nacional de Criadores de Aves de Combate, de la Comisión Mexicana de Promoción Gallística y Tradiciones Unidas por México, si bien la Ley de Bienestar Animal atenta contra las tradiciones, su principal perjuicio es a su economía, pues dejará a personas y familias sin su fuente de ingresos. Por eso acudió al Congreso del Estado para hablar con Edgar Gasca presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política (Jugocopo).

Moisés González Torres, gallero de José María Morelos, argumentó que tiene que haber diversidad, sobre todo de la parte cultural, donde las tradiciones están muy arraigadas “en cuanto a fiestas, corridas, peleas de gallos; estoy seguro de que los diputados del Congreso van a tomar medidas; siento que hay formas de cómo regular actividades para que no se pierdan las tradiciones”.

Además se dijo sorprendido ya que por un lado los diputados defienden la vida de los animales y por otro, están en favor del aborto, lo mismo que con los delfinarios de la zona norte o actividades de pesca deportiva, actividades que no prohibieron pues, asegura, “son de la clase alta o de empresarios con muchos intereses, es una ley es injusta e inequitativa”.

En Lázaro Cárdenas, promotores de las corridas de toros de la feria tradicional afirman que éstas seguirán vigentes a pesar de la Ley y no serán suspendidas sólo “por el capricho de unos diputados”, advierten ganaderos y retan a las autoridades a que los vayan a multar.

Y de inmediato, representantes de feria de Kantunilkín desconocieron a Fernando Baas Tuz como su promotor cultural, alegando que sólo provoca divisionismo entre quienes promueven las tradiciones. De hecho, en un escrito que entregaron al presidente municipal Nivardo Mena Villanueva, acusaron que sólo usa a los encargados de las corridas de toros para su beneficio personal.

En José María Morelos, la alcaldesa Sofía Alcocer Alcocer dijo que la Ley atenta contra las tradiciones, cultura e idiosincrasia del pueblo, e incluso aseguró que quitarle eso a las comunidades mayas acabaría con su identidad. Sentenció que las fiestas como la de la alcaldía de Dziuché y José María Morelos se realizarán acorde a la tradición, y sobre los animales que “participan” en las fiestas taurinas, la pelea de gallos y carrera de caballos, opinó que “su actuar y su destino es natural, está en su genética y no puede evitarse”.

Mientras que en Felipe Carrillo Puerto, el presidente del comité de Fiestas a la Virgen de Guadalupe, Pedro Aguilar Ramírez, aseguró que su fiesta se va a realizar porque la comuna declaró y elevó en su momento a patrimonio cultural inmaterial la pelea de gallos, las charrerías y las corridas de toros.

Amparos en camino

Por su parte, el diputado y dirigente de la bancada del PRD en el Congreso Pedro Pérez, aseguró que es necesario tener datos reales de las afectaciones que se están generando al prohibir actividades como las peleas de gallos y corridas de toros, para poder tomar la mejor decisión. Las peleas de gallos y corridas de toro son actividades tradicionales de la Zona Maya.

Pedro Pérez es originario de José María Morelos, y creció con esas tradiciones que también se realizan en otras comunidades rurales, por lo que señala que se tendrá que buscar un consenso y puedan tomar una decisión certera; eso, luego de la reunión que tuvieron los diputados con asociaciones como la Sección en Quintana Roo de la Cría y Venta de Aves de Combate, la Asociación Cabeceros de Cozumel, Agrupación de Caballerangos en el Estado y Miembros de la Tauromaquia en la Entidad.

Por otro lado, Efrén Rabago Echegoyen, presidente de la Asociación de Cría y Venta de Aves de Combate dio a conocer que recurrirán al amparo, pues es precisamente en estas fechas cuando inicia la temporada peleas de gallos y les preocupan las pérdidas económicas que esto podría generar a las personas que dependen de la actividad.

Mencionó que incluso están trabajando en presentar una iniciativa ciudadana en donde propondrán una “verdadera protección animal”, sin afectar las tradiciones y actividades que se realizan en las comunidades rurales.

Impacto y afectaciones no fueron calculados

Queda claro que esta ley sólo ha generado discrepancias entre los principales afectados, que son empresarios o personas relacionadas con las corridas de toros y las peleas de gallos; nadie, hasta el momento, se ha manifestado en favor de los animales o mascotas que todos los días son violentados en las calles, o en los lugares donde habitan.

En los Estados Unidos y en muchos países de Europa existen cuerpos policiacos especializados en el recate y protección animal y en Quintana Roo ni siquiera hay elementos suficientes para brindar protección a ciudadanos y visitantes; en este sentido, en la ley se habla de “autoridades competentes” y de capacitación para personal de la Fiscalía General del Estado y de las policías preventivas, pero no se especifica quiénes vigilarán que dicha ley se respete.

Mucho menos queda claro qué pasará con los rastros, legales y clandestinos, donde dan muerte a los animales de manera brutal y eso se ha documentado durante años en todo el país sin que se haya hecho gran cosa al respecto.

Se siembran dudas también sobre si habrá afectación en la pesca deportiva, tampoco queda claro si quedarán prohibidos los espectáculos con delfines u otro tipo de animales marinos, hay muchas cuestiones que pueden ser debatibles; mucha gente considera que el impacto de esta ley y sus afectaciones no fueron debidamente calculadas, y poco a poco iremos viendo todas esas lagunas de la ley que deberán ser analizadas a conciencia, para lograr un mecanismo legal que atienda con amplitud todo el espectro del maltrato animal y no sólo a un pequeño sector, limitado por intereses económicos.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en 2017, tan solo en México se mataron un mil 781 millones de animales para convertirlos en comida. 

En ese año la población de todo el país representaba el 1.72% del mundo, mientras que la cantidad de animales de granja que se mataron representó el 2.12% de todos los animales que se matan en el planeta.

Los pollos son el “ganado” más barato porque crecen rápidamente, cuestan poco dinero y requieren de pocos cuidados.

Los avicultores compran pollitos que ponen a engorda durante siete a nueve semanas. Después de este tiempo alcanzan el peso suficiente para ser vendidos. Usualmente se los compra un supermercado para venderlos al público, o un distribuidor, que los lleva al rastro para ser sacrificados y de ahí van las pollerías. Eso también es maltrato, pero ¿qué se hace al respecto?

En los aeropuertos utilizan halcones y águilas de caza y presa para ahuyentar a pájaros más pequeños y evitar que provoquen accidentes durante los aterrizajes y despegues en las terminales.

Autoridades de los distintos aeródromos cuentan con un control de riesgo aviar que realizan a través de aves de caza, rapiña y presa, para ahuyentar e inhibir la proliferación de fauna que afecte las operaciones.

En fin las consideraciones –buenas o malas– irán saliendo poco a poco, al paso de los días, y justo así, poco a poco irán “desnudando” las imperfecciones de esta ley, que sin duda tiene una buena intención, pero como sabemos, “de buenas intenciones está empedrado el camino al infierno” y seguramente tendremos una segunda parte de este tema que seguirá dando mucho de qué hablar, sobre todo en las próxima semanas.

El precedente de Veracruz

Es importante mencionar que existe un antecedente, donde la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) prohibió las peleas de gallos en Veracruz, bajo el argumento de que ninguna expresión cultural está por encima del sufrimiento animal.

El fallo de la Corte resolvió una demanda de amparo presentada por la Comisión Mexicana de Promoción Gallística que argumentaba que la prohibición de las peleas de gallos vulnera el derecho a la cultura y el derecho a la propiedad de los avicultores.

En un comunicado la SCJN informó que en la resolución se establece que si bien las peleas de gallos son expresión de una determinada cultura, ninguna práctica que suponga el maltrato y el sufrimiento innecesario de los animales puede considerarse una expresión cultural amparada por la Constitución.

Cabe mencionar que las corridas de toros estaban prohibidas durante el gobierno de Javier Duarte, sin embargo el año pasado la prohibición fue removida por la actual administración de Miguel Ángel Yunes.

La resolución de la SCJN podría sentar un precedente para que las corridas de toros sean prohibidas en todo el país y eso sin Ley de Bienestar Animal de por medio.

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Las “tradiciones” que muchos consideran deberían desaparecer

México es uno de los países con más tradiciones culturales en el mundo, muchas de ellas practicadas desde la época prehispánica, pero en la actualidad algunas prácticas han sido criticadas por las asociaciones protectoras de animales, que exigen que se dejen de realizar.

  • Pelea de gallos.- Este es uno de los eventos que se siguen realizando en la mayoría de las ferias de pueblo, donde dos gallos se enfrentan a muerte.

  • Lazamiento de caballo.- Esta tradición es originaria de Yucatán y consiste en lazar a un caballo mientras este correo descontrolado, cuando el charro logra colocar el lazo en el cuello del animal, éste recibe una estrangulación tan fuerte que pierde las fuerzas.

  • Tauromaquia.- Esta tradición traída a México por los españoles es la que más debate ha generado en nuestro país, ya que los toros son sacrificados después de pasar varios minutos de estrés frente al torero. Muchos desean que se elimine pero existen intereses que no dejan que desaparezca la llamada “fiesta brava”.

  • Jaripeos.- Igual que la anterior, este “espectáculo” en donde los toros son alterados para derribar a los jinetes sigue activa en casi todo el territorio nacional, expertos aseguran que estos animales son sometidos a altos niveles de desesperación que los lleva a sufrir problemas cardíacos a una corta edad.

  • Las carretas turísticas.- En muchos destinos turísticos podemos observar las tradicionales carretas jaladas por caballos, aunque muchos aseguran que esta actividad es importante para el desarrollo turístico, los caballos son sometidos a largas horas de trabajo que terminan hasta la madrugada, esto altera su sistema nervioso.

  • Lanzamiento de tlacuache.- En algunas regiones de Oaxaca existe la tradición de lanzamiento de tlacuaches, pero hace un par de años, un maestro fue captado lanzando este animal hacia la policía en una manifestación, lo que generó el descontento de muchas personas que han exigido que se termine con esta práctica.

  • Charrería.- Una de las tradiciones más emblemáticas de nuestro país es considerada una tortura animal. Expertos aseguran que la utilización de caballos para este tipo de eventos es cruel, ya que aprenden los trucos a base golpes y en caso extremos con pequeñas descargas eléctricas.