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BERLÍN.- La Vía Láctea es mucho más antigua de lo que se pensaba pues una región que se conoce como “disco grueso” comenzó a formarse hace 13,000 millones de años, lo que supone unos 2,000 millones de años menos de lo que se esperaba.

Astrónomos del Instituto Max Planck (Alemania) han usado datos de la misión Gaia de la Agencia Espacial Europea (ESA) para concluir que esa zona de nuestra galaxia existe desde solo 800 millones de años tras el Big Bang.

Para ello, examinaron los datos de brillo y posición de uno de los conjuntos de datos de Gaia y los combinaron con las mediciones de las composiciones químicas de 250,000 estrellas obtenidas por el telescopio chino Lamost, con el objetivo de derivar sus edades.

El equipo observó las estrellas subgigantes, en las que la energía ha dejado de generarse en su núcleo y ha pasado a hacerlo en la envuelta exterior de este, una etapa relativamente breve, lo que permite, a través de un cálculo complicado, determinar su edad con precisión.

El Universo estaba compuesto, en su inicio, de hidrógeno y helio, mientras que el resto de elementos, que en conjunto se denominan metales, se fabrica en el interior de las estrellas y son expulsados al espacio cuando estas mueren, con lo que se pueden incorporar a las nuevas que surgen.

Por ese motivo, la estrellas más viejas tienen menos metales en su composición, es decir una metalicidad más baja, la cual puede ser detectada con el telescopio LAMOST y, gracias a los datos de brillo de la Gaia, se pude determinar la edad con una precisión de un pocos puntos porcentuales.