Héctor Cobá

Fotos Héctor Cobá

La exposición Retrospectiva Caribeña. Volver a verte con 70 cuadros, es parte de la simbiosis del Cancún, su vegetación y el mar, que Alejandro Folgarolas vierte en sus cuadros vía líneas, colores, figuras que llegan a tener una interpretación diferente, en función de quién la ve, qué sensibilidad tiene y qué puede captar de cada pintura, del 30 de julio al 2 de noviembre en la sala de exposiciones temporales del Museo Maya de Cancún.

Muestra dedicada al maestro, pionero en el arte abstracto en el país e integrante fundamental de la Generación de la Ruptura Manuel Felguérez, destaca el artista plástico, saxofonista, fotógrafo y escritor. Quien platica a El Despertador de Quintana Roo lo vivido en sus primeras exposiciones, sus influencias, su paso por la Academia de San Carlos, de la muestra representativa y retrospectiva de su trabajo desde los poquito más de 30 años que lleva viviendo en Cancún, su liga indivisible con el jazz, la fotografía y que sí ha podido vivir del arte.

 

—¿Cómo inicia su contacto con el arte pictórico?

—Entré a estudiar pintura en la Academia de San Carlos entre el 70 y 73; mi primera exposición individual fue en el 1975; a la música me dediqué tiempo después, como en el 78; primero participé en las exposiciones colectivas de fin de cursos de San Carlos, en los años 71 y 72. Mi primera individual fue la de la academia Juan Sebastián Bach, organizada por la maestra en Historia del Arte Laura Ramírez Rasgado, quien fue directora del Gran Museo del Mundo Maya, que está en Mérida, Yucatán; ahora es la subdirectora general del Instituto Nacional de las Bellas Artes (INBA); historiadora del arte por la Universidad Iberoamericana, me organizo esta exposición. Obvio, sí me echó muchas porras, le gustó mucho y escribió la presentación de la invitación.

Otro comentario fue del director de cine, creador del Western mexicano, de películas de Mario Almada, Alberto Mariscal. Él como padre de la doctora Ramírez Rasgado acudió a la exposición, me comentó que no era pintor ni nada, me presentó con una actriz a la que le dijo que yo era un pintor muy importante. Pequé de modesto, contesté cuál importante, yo le hablaba de usted, como qué importante, no sea mentiroso, Se ofendió y dijo: mentiroso no soy, puedo estar equivocado, pero mentiroso no. Ese tipo de tonterías cometí con quien sí me echó porras.

 

—¿Por qué pintura abstracta?

—Me interesé en la pintura abstracta y a pintar cada vez más, hubo muchos pintores que me influenciaron, como Fernando García Ponce, Lilia Carrillo esposa del maestro Felguérez, ella era mi favorita en aquella época; murió muy joven. Retrospectiva Caribeña está dedicada al maestro Manuel Felguérez, que murió el año pasado de Covid, a los 92 años. Una tristeza, 92 años ya le tocaba, pero el hombre se va pintando, no debe haber muerto. Trabajó más de 70 años siempre sobre la pintura abstracta, creo él es el punto más alto de la manifestación de pintura de óleo de arte abstracto en México. Una obra extraordinaria, lo mejor de su obra la hizo en su madurez, la que más me gusta de la pintura. Me gusta mucho Vicente Rojo, toda la corriente de los pintores abstractos mexicanos; los neoyorquinos y todos esos pintores.

 

—¿Su obra le ha dejado lo metálico, dinero?

—Me reparto entre la música y la pintura, a veces, hasta me han pagado, como fotógrafo trabajé para Aeroméxico haciendo fotografía de paisaje; en agencias de publicidad y como director de arte, de Buró de Diseño y Publicidad, fotógrafo independiente, me he dedicado al arte toda mi vida. Me ha dejado mantener a mis hijos, he podido vivir del arte, más que nada de la música.

 

—¿Cuál es la influencia en usted de Cancún, de este fragmento del Caribe de México?

—La vegetación, en la cuestión del mar y eso es algo simbiótico, no, no es que yo diga quiero esto sino que más bien se traducen. Por ejemplo, la serie más extensa se llama de Cenotes y Manglares, de 2019. Los comentarios fueron que era como si fuera un paisaje, como tomado con un dron o algo así; aquí sí hay una intención, digamos de representar lo que es la vegetación y la cuestión de los cenotes; yo no dije voy a pintar unos cenotes desde arriba, no, yo empecé a hacer la serie y la serie me fue llevando a ese tipo de cosas, y llegó un momento que dices esta serie son cenotes y manglares y todo se va por el mismo lado, cuatro cuadros, que de aquí se los llevaron a Mérida, al Gran Museo del Mundo Maya y de Mérida se la llevaron a Monterrey a la Universidad. En Centroamérica está uno de los cuatro, de la misma serie que participó en la Bienal de la Biodiversidad, otro en Miami; este par de la Retrospectiva se quedó en la casa porque el formato es más chiquito. Si te das cuenta sí se ven los colores de la vegetación de por aquí ¿no? Son más bien inconscientes, más bien es una cuestión natural, mucha gente me ha dicho se nota que vives en el Caribe, por los colores.

 

—¿Es parte de la plástica que se hace en Cancún?

—Sí, tengo 30 años pintando aquí, de mis exposiciones, en los últimos años, expuse en la Casa de la Cultura de Cancún; cada año participé en las bienales, que para fortuna mía me han inscrito, me han aceptado en todas, digamos en los últimos ocho, 10 años que se organiza. En el primer Certamen de Artes Visuales Elio Carmichael gané un premio.

 

—¿Si volteamos a ver la obra de Alfredo Lanz, impulsa en algo su obra, no influencia, si no alguna intención de recrear parte de su obra?

—Con Alfredo Lanz me pasó lo de los cenotes, ¡sí! Me gusta mucho la obra de Alfredo, no voy por el asunto de que te inspiró, que tenga influencia, si no a partir de algún detallito de alguna obra que tenías que hacer algo diferente o lo tuyo. La pregunta está un poquito difícil, no me preguntas si pudo ser una influencia, pero si una inspiración. Sí, porque yo veo la obra de Alfredo Lanz y me gusta tanto que digo yo quisiera que ser el que pintó ese cuadro. Le hallo ciertas cosas, él usa mucho la textura, casi en tercera dimensión, no como yo que ahí tengo pegotes. Casi plano, las hojas y eso no, pero la textura que usa él es muy, casi escultórica. Me gusta tanto que sí pues quiero coger cosas de cómo resolvió; por supuesto, la obra, digamos, la obra más abstracta de Daniela Palacios. Pintores de Cancún como Pablo García Robles y Silvana Arciniega, en fin, puede uno aprender de los compañeros.

 

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