EL BESTIARIO

SANTIAGO J. SANTAMARÍA GURTUBAY

La ciudad vasca hizo caso omiso a la prohibición franquista de escuchar música ‘charra’. México rompió relaciones con España, tras el fusilamiento de cinco jóvenes aquel perturbador 27 de septiembre de 1975…

Hay un ensayo que me gusta y sobre el que ya he escrito alguna vez: ‘En el poder y en la enfermedad’ (2010), del neurólogo británico David Owen, más conocido como político, porque fue dos veces ministro, de Sanidad y de Exteriores, con los laboristas. Su libro, documentadísimo y deliciosamente escrito, trata de la enfermedad en los políticos. De cómo la ocultan, sobre todo. Y entre otras cosas dice que, según un estudio, el 29% de todos los presidentes de Estados Unidos sufrieron dolencias psíquicas mientras ejercían el cargo, y que el 49% presentaron rasgos que indicaban trastorno mental en algún momento de sus vidas. Unas cifras aterradoras por lo elevadas, según la OMS (Organización Mundial de la Salud). Leí el libro de Owen cuando fue publicado en España, hace casi 10 años, tras hacer referencia del mismo la escritora Rosa Montero en una columna periodística, pero al releerlo al inicio de este 2021 sus palabras me han parecido espeluznantemente actuales. Todos alucinamos con el ex presidente de los Estados Unidos, el republicano Donald Trump arengando a sus seguidores a que asaltaran el Capitolio, el pasado 6 de enero, Día de Reyes.

“La política se está comportando con una irracionalidad mucho más difícil de calibrar que cualquier depresión atmosférica”, describe Manuel Vicent en su columna de EL PAÍS, ‘Siete machos’, al referirse a las broncas protagonizadas por los líderes políticos en España, en México, en Estados Unidos incapaces de ponerse de acuerdo para luchar con la pandemia y la crisis económica que tenemos encima… El bipartidismo entre el PSOE (socialdemócratas) y el PP (liberales) ha presidido la política española en su Transición Democrática tras la dictadura de Francisco Franco. Hace unos años atrás aparecieron en escena tres nuevas formaciones, Podemos (extrema izquierda), Ciudadanos (centristas) y VOX (franquistas, extrema derecha), ilusionando al personal por un previsible innovador escenario político transversal. Al final del bipartidismo pasamos al ‘bibloquismo’: PSOE más Podemos (izquierda) y PP más Ciudadanos y VOX (derecha). El socarrón Josep Pla, escritor y periodista español en lenguas catalana y castellana, le decía a un joven anarquista: “La naturaleza está llena de catástrofes, de incendios, inundaciones, terremotos y encima de tantos cataclismos, ¿quiere usted además hacer la revolución?”.

Ahora mismo el ciudadano español está sumido en una doble confusión. Si mira a la naturaleza ve sus fuerzas desatadas en el Mediterráneo con una depresión atmosférica, que ha reventado todos los cauces de ríos, torrentes y barrancos hasta dejar bajo las aguas campos, pueblos y ciudades, al igual que las tormentas que azotaron nuestro Quintana Roo en la etapa de huracanes del perturbador 2020 del COVID-19. Si mira uno a la política ve la misma convulsión en unos líderes enredados en sus propias pasiones, que han dejado el futuro en un callejón sin salida. Se trata de unas tormentas perfectas. La previsión meteorológica nos advirtió con todo rigor científico cómo se iba a comportar las borrascas, dónde y cuándo caería una determinada cantidad de lluvia, fortísimos vientos y las precauciones que había que tomar. Por su parte, las operaciones de salvamento estaban preparadas para actuar en situaciones de emergencia. Ya se sabe que la naturaleza cada cierto tiempo acude a la notaría y reclama el territorio de su propiedad, que le ha sido usurpado. Este capricho es lo único imprevisible.

En cambio, la política se está comportando con una irracionalidad mucho más difícil de calibrar que cualquier depresión atmosférica, puesto que sus líderes actúan como venados en celo que se debaten y se enredan con las cuernas para ver cuál de ellos será el dominante. Pese a todo, dentro de un tiempo las aguas desbordadas volverán a su cauce, los daños serán reparados y la tragedia al final será olvidada hasta que la naturaleza vuelva a la notaría a reclamar sus derechos. En cambio, no es previsible ni evaluable el daño que nuestros siete machos de la política están causando a este país –no solo a España, sino a México, y a nuestro Quintana Roo de Cancún, Solidaridad, Chetumal…- y la humillación a la que someten a sus ciudadanos.

Durante la visita de Andrés Manuel López Obrador a Playa del Carmen, trascendió que el presidente le pidió al gobernador Carlos Joaquín González y a la alcaldesa Laura Beristain que laboraran solidariamente. “Trabajemos juntos, que haya cordialidad, que no haya problemas entre nosotros”, habría dicho AMLO en un momento en que coincidieron con la senadora Marybel Villegas. En los últimos meses, Laura Beristain, alcaldesa por Morena, se confrontó con el Gobernador por el tema del ‘Mando Único’. No aceptaba aplicar esta fórmula en Solidaridad. Finalmente Carlos Joaquín impuso por decreto ante los crecientes índices de homicidios en Playa del Carmen y Riviera Maya. Marybel Villegas también se ha enfrentado con el Gobierno de Quintana Roo por temas como Aguakán. El presidente López Obrador hizo un amplio reconocimiento al Gobernador Carlos Joaquín por no involucrarse en los comicios en los que se eligió a los diputados que integran el Congreso de Quintana Roo y pidió que trabajaran unidos…

Maribel Villegas Canché no oyó o no entendió bien el mensaje del presidente de México. En las primeras horas de este septiembre, titula La Jornada: “Irrumpe Marybel Villegas en el Congreso con grupo de personas”. La senadora gritaba: “Abran todo, es la casa del pueblo”. Previo al inicio de la sesión de instalación de la XVI Legislatura, la senadora Villegas llegó con unas 30 personas a la sede del Congreso. “Es la casa del pueblo”, vociferaba la política de la transversalidad quintanarroense del siglo XXI, como si estuviera en Eibar, la primera ciudad española donde se proclamaba la II República Española un 14 de abril de 1931, cuando triunfó el Frente Popular, de socialistas y comunistas, cuyas sedes eran denominadas ‘Casas del Pueblo’. Alfonso XIII, el bisabuelo del actual Rey de España, Felipe VI, tuvo que exiliarse. La República fue el régimen democrático que existió entre el 14 de abril de 1931 y el 1 de abril de 1939, fecha del final de la Guerra Civil, que dio paso a la dictadura franquista. Villegas, rodeada de varias personas que la apoyaban, empujaba las puertas de acceso al Congreso y a la sala del pleno en donde el acceso era controlado. Marybel pareciera presidía ‘un grupo de asalto’…

En su formidable libro, Owen desarrolla una teoría propia sobre la borrachera de poder en la que caen demasiados políticos. Él bautiza esta enfermedad con el nombre griego de hybris. Esquilo decía que los dioses envidiaban el éxito de los humanos y que, para vengarse, enviaban la maldición de la hybris a quien estuviera en lo más alto, volviéndole loco. La hybris, pues, es un estado de soberbia tan absoluto que te deja sordo y ciego, haciéndote perder todo sentido de la realidad. A los poderosos les es sumamente fácil caer en esta dolencia: lo sabían bien los romanos, que por eso tenían al esclavo que iba susurrando el famoso “recuerda que eres mortal” al oído de los generales victoriosos. Ahora bien: si incluso Julio César podía perder la cabeza con el poder, imaginen lo que la hybris puede hacer con un tipo exhibicionista y mercurial como el ex Donald Trump.

Por organismos internacionales de toda solvencia España ha sido declarado el mejor país del mundo para nacer, el más sociable para vivir y el más seguro para viajar solos sin peligro por todo su territorio. Según The Economist, el nivel democrático ibérico está muy por encima de Bélgica, Francia e Italia. Pese al masoquismo antropológico de los españoles, este país es líder mundial en donación y trasplantes de órganos, en fecundación asistida, en sistemas de detección precoz del cáncer, en protección sanitaria universal gratuita, en esperanza de vida solo detrás de Japón, en robótica social, en energía eólica, en producción editorial, en conservación marítima, en tratamiento de aguas, en energías limpias, en playas con bandera azul, en construcción de grandes infraestructuras ferroviarias de alta velocidad y en una empresa textil que se estudia en todas las escuelas de negocios del extranjero. Y encima para celebrarlo tienen la segunda mejor cocina del mundo. Frente a la agresividad que rezuman los telediarios, España es el país de menor violencia de género en Europa, muy por detrás de las socialmente envidiadas Finlandia, Francia, Dinamarca o Suecia; el tercero con menos asesinatos por 100.000 habitantes, y junto con Italia el de menor tasa de suicidios. Dejando aparte la historia, el clima y el paisaje, las fiestas, el folklore y el arte cuya riqueza es evidente, España posee una de las lenguas más poderosas, más habladas y estudiadas del planeta y es el tercer país, según la Unesco, por patrimonio universal detrás de Italia y China.

México y Quintana Roo tienen cada vez más presencia en el mundo, merced a sus directores y actores de cine y sus escritores… Su gastronomía es una de las preferidas por los sibaritas españoles y de otros países de la Unión Europea que visitan la Península Ibérica, repleta de restaurantes tricolores con sus ‘somelieres’ expertos en vinos, tequilas y mezcales mexicanos. Los jugadores de fútbol de nuestro país integran las plantillas de equipos de la Liga Española. San Sebastián, Donostia en vasco, recuerdan con cariño al jugador cancunense, Carlos Vela, quien militó en la Real Sociedad. Mis padres, no lo olvido, siempre hablaban del ex presidente Lázaro Cárdenas y su actitud de acogida paternal a los niños, adolescentes, veteranos…, obligados a huir de las represiones del General Franco, durante la Postguerra y su dictadura cruel. Nunca olvidaremos un 27 de septiembre de 1975. Francisco Franco estaba gravemente enfermo. Se levantó de su cama y firmó cinco pernas de muerte contra cinco jóvenes antifranquistas. Hizo caso omiso a los líderes mundiales, al Papa, premios Nobeles…

México rompió relaciones diplomáticas con España. Como respuesta, el dictador quien moriría apenas el 20 de noviembre de ese mismo año, 55 días después como en Pekín, prohibió que en Televisión Española -era la única que había- y en las cadenas de radio, oficiales y ‘privadas’, sonara canción alguna mexicana. En Eibar, mi ciudad natal, en la provincia de Gipúzcoa, en la Comunidad Autónoma del País Vasco, España, Unión Europea, los vecinos protagonizaron una auténtica ‘insurrección musical’. Se abrieron puertas y ventanas, chimeneas y tragaluces, agujeros para gatos y otros más chiquitos para ‘sagutxus’ y ratones…, y se pusieron, a todo volumen, cientos de vinilos de Pedro Infante, Jorge Negrete, Jose Alfredo Jiménez, Chavela Vargas, Joan Sebastian, Ana Gabriel, Luis Miguel, Juan Gabriel y los eternos Los Panchos… La Guardia Civil (‘Los verdes’), la Policía Nacional (‘Los grises’), los guardias y policías de paisanos (‘Los secretas’) al servicio exclusivo entonces del ‘Régimen’, que agonizaba a la par de su Caudillo, patrullaban las calles y apuntaban con sus mosquetones hacia las ventanas de donde llegaban canciones solidarias mexicanas con los antifranquistas.

Se retiraron, ‘derrotados’ por la unidad del vecindario, al Cuartel de la Guardia Civil del Polígono de Abontza, en Ipurúa, a su Comisaría de las Torres de Orbea, en el Parque de Urquiku. Meses atrás, habíamos asistido, esperanzados a la ‘Revolución de los Claveles’, en Portugal. Eibar fue escenario de otro episodio ‘charrista’, la ‘Revolución de los Vinilos Mexicanos’. Todo esto demuestra que en realidad existen dos Méxicos y dos Españas, no los de derechas o de izquierdas, sino los de los políticos nefastos y líderes de opinión bocazas que gritan, crispan, se insultan y chapotean en el estercolero y la de los ciudadanos con talento que cumplen con su deber, trabajan y callan.

 

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