CLAUDIO OBREGÓN CLAIRIN

La lectura es una libertad silenciosa, un poderoso acto creador. Descifrando y comprendiendo las palabras de nuestros ancestros, constatamos la evolución de sus pensamientos y comprendemos que la impermanencia es una noble verdad.

Las palabras generaron la memoria colectiva y cuando fueron codificadas en Piedras Sagradas, adquirieron vida y trascendieron a la intención de sus creadores. Con las palabras transfiguramos nuestra realidad o la condicionamos, el lenguaje es uno de los grandes logros de la evolución y está emparentado con el fuego.

Es, a través de las palabras, que los seres humanos tomamos control sobre las cosas, los seres y los eventos. La palabra recrea y transfigura al mundo. Con la palabra hemos podido crear mundos dentro del Mundo y, en el Mundo Maya, la palabra es sagrada, por ello, el título de gobernante, Ahau, deriva del antiguo vocablo maya “ahuat” que significa “el que determina, el que grita, el que habla”… los idiomas mayas son metafóricos y conceptuales porque provienen de un entendimiento que conduce a la unicidad.

Los pueblos mayas que dieron el paso de la cacería y la recolección a la agricultura, se reunían en plataformas rectangulares para escuchar el discurso del Ahau, El Señor de la Palabra que conocía los secretos del movimiento celeste y estaba emparentado con La Entidad Divina del Maíz.

El maíz precisa de la mano humana para germinar y existir. La palabra invoca a un pensador que la formule para dar sentido a lo insondable.

El maíz muere y renace. El glifo de la palabra maya en forma de vírgola, emerge de la boca para ocupar un espacio en el vacío del mundo y luego vuelve a quien la pronuncia. Quizá por ello, los mayas son reservados en sus palabras y en un pasaje crucial de su historia, abandonaron una guerra que ganaban porque era tiempo de regresar a sembrar maíz.

La estructura político y social maya, se desarrolló con La Palabra y El Maíz, cuatro siglos después, ambos han sido deformados; la primera para dar sentido a la simulación que nos sofoca en un Progreso Involutivo, el segundo, para producir más y más en un mundo de hambre y desperdicio.

Así como el maíz transgénico deforma al organismo de quien lo consume, la palabra de quienes gobiernan al mundo, se transfigura para afirmar que lo anterior es falso.

Los mayas tuvieron gobernantes que se nombraron Sagrados Señores de la Palabra y, cuando por un tiempo dejó de llover, desaparecieron. Luego llegaron migraciones del Altiplano y los gobernantes se nombraron Halach Uinicob’ que quiere decir: “Los Hombres Verdaderos”. Al final de la terrible sequía, a los Señores de la Palabra se les consideró falsos.

Los Señores de la Palabra se sirvieron de la escritura para comunicarse con sus Entidades Divinas, sus descendientes, no las nombran en sus oraciones… dejaron de ser invocadas, se estudian en lo escritorios.

Las Entidades Divinas evolucionan, también La Palabra y El Maíz; los mayas no desaparecieron ni desaparecerán porque saben adaptarse a la evolución de la religiosidad humana y conservan las semillas de sus abuelos.

Facebook: Claudio Obregón Clairin / Investigador, Guía y Promotor Cultural