DE VIVA VOZ

Urge que los líderes en turno entiendan la importancia de la movilidad y la planeación urbana como parte del desarrollo de las ciudades, considera el activista en seguridad vial

 

SALVADOR CANTO

“Cancún, Playa del Carmen y Tulum tienen la posibilidad de mejorar su seguridad vial, favoreciendo al peatón y al ciclista, combatiendo al automóvil como la forma primordial de movilidad sustentable”, destacó el director de Movilidad y Desarrollo México AC, Francisco de Anda Orellana.

En entrevista con El Despertador de Quintana Roo, el también consultor en gestión de seguridad vial en movilidad con enfoque sistémico y miembro del Consejo de Movilidad de Playa del Carmen en donde actualmente radica desde hace poco más de seis años, explicó que con voluntad política, involucramiento de la sociedad e iniciativa privada, se podría mejorar la seguridad vial y hasta lograr lo que han hecho algunas ciudades de Estados Unidos como Nueva York, que hoy son un ejemplo.

No obstante, dijo que para dar este importante paso primero se debería regular el tema del transporte público, mejorar vialidades para bajar los índices de accidentes y con ello reducir el uso del automóvil particular y que existan alternativas como que la gente se mueva en bicicletas.

Otro tema sobre el que habló Paco de Anda, como es conocido el también activista con más de 20 años de experiencia en seguridad vial, es el Tren Maya, del que dijo: “tengo opiniones encontradas, pero desde mi punto de vista, como está la situación en el país, me parece que no es el momento de invertir en ese proyecto por acá, yo lo invertiría de otra manera, ordenaría el servicio de autobuses, la carretera, para favorecer que la gente se suba al autobús en vez de manejar”.

Dejó en claro que es necesario que exista voluntad de los gobiernos e incluso consideren la movilidad como una política pública que debería ir de la mano con los Planes de Desarrollo Urbano.

 

—¿Qué pasa si no se planea una movilidad sustentable?

—Si no se hacen las cosas correctamente en el desarrollo urbano de las ciudades derivan en muchos problemas, no solamente de contaminación y salud, también deriva en choques, es decir, cuanto más le apostemos a que la gente maneje, más la gente va a chocar. Déjame decirte que los choques son derivados de errores humanos, no son naturales. Es decir, la gente va a chocar porque se equivoca, porque se le ocurrió correr, porque llevaba prisa, porque se distrajo y son al final errores, imprudencias. Pero si queremos salvar vidas en tránsito, porque se están muriendo 1.35 millones de personas por accidentes viales, cerca de 16 mil oficiales y en México podrían ser cerca de 22 mil a nivel real, Cancún no está exento de esto.  Afortunadamente Quintana Roo no es uno de los punteros en cuestiones de muerte por tránsito, sin embargo, obviamente sí tenemos atropellados, choques violentos porque las calles están hechas para la velocidad y además, tenemos una carretera federal que comunica a nuestras ciudades que también es peligrosísima que no tiene condiciones de seguridad de ningún tipo.

 

—Platícanos sobre tus proyectos, ¿qué es lo que estás haciendo en Playa del Carmen?

—Como activistas, lo primero que hicimos fue involucrar a los vecinos para participar en lo que fue la Semana Mundial de la Seguridad Vial. Una de las primeras acciones fue intervenir a petición de una vecina para reducir anchos de carriles y en esos espacios ganados se plantaron árboles. Ahora con el carril más angosto se bajó la velocidad, se pintaron pasos peatonales y se colocaron las señales de tránsito que no existían para que la gente entienda mejor quién tiene prioridad. Es algo sencillo que va a solucionar muchos problemas.

 

—Aquí en Cancún se está haciendo un megaproyecto de ciclovía, ¿qué opinas de ello?

—Me parece una buena idea, pero es importante que conecte orígenes-destino, que no sólo sea para paseos, sino que sea un facilitador para que la gente pueda tener una opción distinta de transportación de su casa al trabajo o cualquier lugar. Cancún tiene todo para ser una de las ciudades muy ciclistas, sólo falta voluntad, pero se puede hacer con muy poco presupuesto.

 

—¿Qué opinas del proyecto del Tren Maya?

—Tengo mis opiniones encontradas en torno a este proyecto, el único tramo que es medianamente redituable es el Cancún-Tulum, del resto del circuito nos podríamos olvidar. No me parece mala opción ese tramo si fuera a nivel de piso, pero ampliar la carretera a cuatro o cinco carriles no es lo correcto y tampoco creo que sea bueno que se haga elevado. Si se hace, el Tren Maya debe tener bien claro la integración urbana, la integración con el aeropuerto, en los destinos más importantes, de tal forma que sí sea una opción por encima del coche y por ningún motivo que la carretera se mejore en su capacidad. Sin embargo, en medio de todo esto, como está la situación en el país, me parece que no es el momento de invertir en un tren por acá, yo lo invertiría de otra manera, ordenaría el servicio de autobuses, la carretera, generaría peajes para favorecer que la gente sí se suba al autobús en vez de manejar, arreglaría este primer tramo del bulevar Colosio, sobre todo en donde están las universidades y toda esa parte que ya es una zona urbana, ya no debería de tener la configuración de carretera, pero en lo personal, el tren no me acaba de convencer. Además, hacerlo elevado y por las condiciones de la tierra, no queremos una “línea 12” aquí, ese es el otro problema del impacto sobre el suelo me parece que no se ha evaluado del todo y considero que definitivamente hay riesgos. Por ello, yo creo que el Tren Maya no va solucionar el tema de la movilidad si no se integra correctamente.

 

—¿Cómo ves el tema de la movilidad en Quintana Roo?

—Es una movilidad que se ha orientado a apostarle al automóvil y que el transporte público ha sido cooptado básicamente por vínculos partidistas-sindicales. Esta situación complicada de apostarle al auto y el transporte bajo el control de esta dupla, no ha permitido avanzar en la línea correcta para generar un transporte público digno, con una visión a largo plazo con unidades adecuadas y seguras, lo que obviamente refleja que no tenemos un sistema estatal interurbano que realmente sea el que se necesita y que influya para que la gente pueda dejar de manejar su vehículo y opte por el transporte público y con ello reducir la movilidad. Hay mucho por trabajar en el transporte público y eso le compete atenderlo a los gobiernos porque lo sufren las ciudades.

 

—¿Consideras que la movilidad ya debería de ser una política pública?

—Desde luego y esto tiene que ir de la mano con los Planes de Desarrollo Urbano, porque si no se entiende este desarrollo junto con la movilidad, se empiezan a generar grandes urbanizaciones desconectadas que comienzan a generar problemas de delincuencia, de salud de la población porque no tienen una conectividad adecuada. Y esto no se piensa desde este punto, se piensa como vivienda barata accesible, que la gente puede pagar con su Infonavit, pero al mismo tiempo se vuelve totalmente una falta de todo, los niños no tienen en donde jugar, la gente tarda mucho en llegar a su trabajo y gastando mucho en transporte público y pierden mucho tiempo, lo que abona a que la calidad de vida se deteriore con estos suburbios desconectados. Yo creo que tiene que haber desde la planeación del espacio, una redensificación para volver a jalar a la gente hacia adentro y comenzar a generar nuevas estructuras y conceptos de vivienda en donde la gente viva más cerca, además de suelos mixtos. Lo que se requiere es que la movilidad con el diseño de la urbe, esté interconectado con el comercio, con la economía, con el bienestar, con la salud. Actualmente hay regulaciones anticuadas, como estacionamientos mínimos a máximos, cuando lo que se busca es que la gente ya no llegue en coche a todos lados, sino que se mueva de otra forma porque el coche estorba, contamina y genera accidentes.

 

—De los tres estados de la península, ¿cuál consideras que tiene mayor problemática en materia vial?

—Me parece que cada una tiene sus propias características, pero me estaría inclinando hacia Yucatán y Quintana Roo; porque Quintana Roo es un estado muy largo y eso tiene muchas complicaciones, es decir, tener una sola carretera que comunica todo, al apostársele solamente al automóvil, hace que la gente maneje al final del día, pues no hay transporte adecuado. Además, tenemos a cicloturistas y ciclistas deportivos que deciden arriesgarse por carretera porque no tenemos tampoco una forma de conectarnos de una manera mucho más sostenible. En ese sentido, Quintana Roo por su configuración muy vertical, tiene muchas complicaciones, pero el caso de Yucatán, la concentración de población en ciudades como Mérida, Valladolid, Tizimin, hacen que los problemas sean mucho más urbanos que interurbanos. Creo que en Quintana Roo sí podemos tener muy claramente nuestra ubicación de dos grandes problemas, nuestras manchas urbanas propiamente pero también nuestra carretera única.

 

—¿Qué pasa con la cultura vial?

—Las autoridades siguen creyendo que la cultura vial es el problema, pero ésta ya existe. Para empezar se define mal la cultura vial, la cual simplemente son los fenómenos humanos que ocurren en el tránsito que es como se define, no es que haya o no haya, esté mal o esté bien. Lo que no hay son formas de movilidad que se están adaptando a las nuevas necesidades y las condiciones que nos impone la dinámica del crecimiento de las ciudades, entonces estamos hablando de un tema de planeación, de inversión y de visión. Las conductas no se generan por una decisión de las personas, sino responden a los entornos. Por ejemplo en una ciudad como Ámsterdam, la persona decide en función de las condiciones de movilidad y por ello se opta por la bicicleta, el tren o el autobús que por propio vehículo que les va a costar más porque no encontrarán lugares de estacionamiento, es decir, les han complicado más la vida al auto que no les conviene y por eso se busca la otra alternativa. Y aquí estamos en esa creencia de la cultura vial de la población y no debe de ser así, esa es la visión del político que no piensa que podríamos tener una solución. Yo me atrevo a decir que tanto Cancún como Playa  del Carmen e incluso Tulum, tienen la posibilidad de reaccionar muy favorablemente porque son poblaciones relativamente chicas y si se tuviera esa visión de mediano plazo de ir combatiendo al automóvil como la forma primordial de movilidad, estaremos teniendo ciudades que entienden la convivencia en entornos tropicales con el medio ambiente y se estaría favoreciendo a la población con formas diferentes al automóvil.

 

—¿Una vialidad puede ser modificada para mejorar la vialidad sustentable?

—Claro que las calles se pueden transformar muchísimo aunque se crea que ya están y se van a quedar así, esto es todo lo contrario, la pandemia justamente algo que nos está enseñando y muchas ciudades han respondido favorablemente, como es el caso de Nueva York y París, es que están quitando autos y se ha optado porque los negocios como cafeterías, restaurantes entre otros, salgan a las banquetas y calles que son espacios públicos. Eso tiene como resultado una mejor manera de convivir en espacios públicos. Pienso que lo que tenemos que esperar de los políticos es que no crean que todo mundo deba tener un auto en la cabeza. Cuesta mucho trabajo eso porque durante muchos años se creía que tener calles pavimentadas, amplias, tener acceso para todos lados para el automóvil, era la modernidad, pero las ciudades más avanzadas nos están diciendo que eso ha sido un gran error y más bien, tenemos que pensar en cómo mover gente y no mover autos. Si cambiamos esto, la gente optará en tomar la mejor decisión en función de lo que el gobierno le favorezca, es decir, si la gente quiere y opta por caminar, lo que se requiere son banquetas amplias y árboles. Hay muchos problemas que se resuelven, atendiendo la movilidad y los espacios urbanos y entonces, las calles sí se pueden transformar.

 

—¿Crees que antes de hacer una obra, el gobierno tiene que preguntar sobre qué es lo que quiere la gente?

—Yo pienso que las obras deben de someterse al escrutinio de evaluación por parte de diferentes especialistas. En la parte de seguridad vial, los proyectos pueden generar accidentes violentos porque a lo mejor son carriles demasiados amplios o hay una demarcación que no es la correcta o algún trazo que puede resultar peligroso. Pero también puede haber otro tipo de análisis previos para que efectivamente digan que esto no va funcionar así a la mera hora, como por ejemplo, colocar un puente peatonal ya debería de estar legalmente prohibido dentro del estado porque nadie los usa y eso no es un problema del peatón, sino de mala visión y mala inversión. Los peatones y menos en zonas urbanas, no van a usar jamás un puente peatonal porque les exige tres cosas, voluntad, energía física y salud.  El intentar subir un puente peatonal con sillas de ruedas, prácticamente es imposible, las pendientes no son las recomendadas para hacerlo y por el contrario, los puentes peatonales lo que hacen, es favorecer las altas velocidades y favorecer al automóvil por encima de la persona y seguir haciéndolos, es un ejemplo de una mala decisión, que se hicieron por la voluntad de un político o técnico sin realmente observar a la gente.

 

—Con tu experiencia, ¿crees que hacen falta señalamientos?

—Lo primero que se tiene que hacer es que la calle sea autoexplicativa por diseño, solita sin la necesidad de tener señalización para que sea más fácil usarla por los usuarios. Una vez que se tenga resuelto eso, las señales de tránsito nos van a ayudar a confirmar lo que es necesario aclarar y aquí, es importante señalar que muchas veces para efectos de seguridad vial, siempre es preferible una glorieta que un semáforo porque siempre sucede que alguien se puede pasar el alto y eso provocaría un choque muy violento, pero con la glorieta, es difícil que alguien muera en un choque.

 

—Desde tu perspectiva como especialista en seguridad vial, ¿qué se requiere hacer en Quintana Roo para mejorar la movilidad y que haya menos accidentes?

—Primero, que los líderes en turno entiendan la importancia de la movilidad y la planeación urbana como parte del desarrollo de las ciudades. En el momento que esto exista dentro de su agenda, obviamente tendría que haber todo un proceso para los proyectos necesarios para ir transformando las ciudades en lo que debe ser y eso debe tener inversión, contratación de especialistas, desarrollo planeación en función de las necesidades. Pienso que lo primero es el diagnóstico de la problemática más prioritaria, la asignación correcta de los recursos y las voluntades para ir resolviendo la situación con una visión a largo plazo. Yo creo que un buen líder tiene que pensar en los próximos 20 años y no sólo en su trienio o sexenio, y tiene que haber mucha coordinación muy por encima de los partidos políticos.

 

—Paco, recientemente concluyó la Semana Mundial de Seguridad Vial, ¿qué labor hicieron en Playa del Carmen?

—Efectivamente, cerramos esta actividad impulsando el programa calles para la vida con la colocación de señalamientos viales e impulsando acciones junto a vecinas, vecinos y organizaciones para reducir la velocidad en la calle 70 del municipio de Solidaridad en Quintana Roo. La transformación de esta calle beneficiará hasta 968 niñas y niños, 80 personas adultas mayores y 69 personas con discapacidad. Y como ves, ahí estoy involucrado en el Consejo de Movilidad Municipal y junto a unos empresarios como Carlos Marín que trae esta visión de transformar ciudades un poco más europeas en donde la gente puede andar más en bicicleta. Me hizo parte de este equipo social que también involucra al sector público. En una de las calles se estableció el programa “Zonas 30” que es un método elaborado para garantizar la seguridad ciudadana en la vía pública. Se puede instaurar en una zona comercial del centro, en zonas residenciales, en zonas escolares, en zonas que rodean el carril para bicicletas. Este diseño de calles permite que los autos circulen a una velocidad adecuada que le facilitaría frenar y controlar el vehículo ante la convivencia y presencia de otras personas más vulnerables, dígase los peatones, ciclistas y niños. La práctica de las Zonas 30 se han realizado en grandes y pequeñas vías, demostrando que se puede llevar a cabo una movilidad eficiente y continua, disminuyendo el estrés, revitalizando el ambiente, atacando la contaminación ambiental, y mejorando la seguridad de todos. Ya se sabe que una de las formas de combatir al COVID-19 es andar en bicicleta.

 

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Quién es Paco de Anda

 

  • Es fundador de la primera organización civil de seguridad vial del país, Movilidad y Desarrollo México (MDM).
  • Auditor de Seguridad Vial certificado y especialista en diseño y gestión de políticas públicas en seguridad vial, comunicación estratégica y administración de proyectos.
  • Fue titular de MDM, Delegado Territorial en México del Instituto Vial Iberoamericano, miembro de la Alianza Global de ONGs por la Seguridad Vial, consultor en seguridad vial y líder de proyecto de Estrategia Misión Cero.
  • Fue piloto de carreras y su pasión por los automóviles, pero también su interés y gusto por hacer cosas para la sociedad, por involucrarse y hacer que las cosas sucedan, es como entró al tema de la seguridad vial.
  • Tiene más de 20 años de experiencia; trabajó en la Asociación Mexicana de lucha contra el cáncer que fundó su abuelo, quien le transmitió mucho el tema del sentido social.
  • En el 2001 comenzó con la seguridad vial, en el 2003 salió la oportunidad de viajar a Europa, se quedó en España en donde tuvo la fortuna de poder conocer más del tema y me trajo a México más de 40 kilos revistas, libros y material que me permitió conocer más del tema.
  • Con todo lo aprendido, constituyó la primera organización dedicada a la seguridad vial MDM que fue su plataforma social para darle de alguna forma una personalidad a la causa social de la seguridad vial.
  • Por su trayectoria, recientemente fue invitado a formar parte del Subcomité Estatal de Infraestructura Segura que preside el COEPRA para realizar auditorías y también, fue convocado a ser miembro del grupo de auditores de seguridad vial certificados.
  • Se involucró en la política nacional de seguridad vial, a través de su participación en el Consejo Nacional para la Prevención de Accidentes en el sexenio de Felipe Calderón en donde bajaron recursos internacionales con empresa Blomberg, propiedad de Michael Rubens Bloomberg, exalcalde de Nueva York y esos fondos se usaron en diferentes ciudades, pero desafortunadamente el tema político opacó su avance y se dejó de recibir el recurso.