Hemos visto lo que la juventud y la adolescencia pueden lograr; hace apenas unos años decíamos que la juventud siempre le ha sabido responder a México. Sin embargo, el caso de Cancún se cuece aparte.
Los electores cancunenses hemos cometido ya varios errores graves con conocimiento pleno de que con nuestra ignorancia e inconsciencia legitimamos la plutocracia y la juniorcracia; hemos votado ya inclusive por jóvenes probadamente ineptos, cuyo resultado fue un desastre, la ciudad no mejora con el pasar de los años como debería suponerse, seguimos con los mismos azotes de hace dos décadas, Cancún sigue inundándose, sigue la pesima recoja de la basura, cada vez hay mayor contaminación al medio ambiente, cada vez más inseguridad y violencia, y para variar la zona hotelera está cada vez más avejentada.
Parece no importarnos lo que sucede, mucho menos cuando vemos en los partidos políticos que una militancia minoritaria es la que elige, y siempre es la misma forma de elegir a quienes después serán “nuestros” candidatos, “legitimados” por encuestas de popularidad bien pagadas y cuchareadas, pero tipejos cero cerebro, cero inteligencia, cero experiencia, cero azúcar. Así participa ahora la juventud, comprando popularidad, fabricada en una consultoría de imagen, no reparan en la necesidad de considerar un perfil profesional, vocación, humanismo, trayectoria, conocimiento del servicio público; en realidad todo se compra y vende, el amiguismo, el compadrazgo y los multimillonarios intereses económicos se negocian, ponen a tal o cual pendejete como candidato, trátese de quien se trate, sin pudor ni rubor alguno, como antes en el mejor momento del PRI.
Es asi que los últimos años se ha impuesto la juniorcracia, jóvenes hijos de papi, arrogantes, burgueses, insensibles, sin la menor idea de lo que significa el tejido social y su evolución, su problemática y sus consecuencias, son jóvenes que se burlan de la pobreza y la ignorancia. Estos hijos de papi o mami, ahijados del Niño Verde o de los afanes de perpetuación de los gobernadores en turno han provocado un retroceso grave en todos sentidos para nuestra ciudad.
Con 50 años “CANCUNJU” merece mucho más. Ya pagamos nuestra cuota con la juniorcracia y la plutocracia, démosle paso al humanismo, a la experiencia, al talento político, a la ideología, al compromiso, renunciemos a los payazuelos, a los Niños Verdes, a los Paules, a los Rembertos, a las Cecilias Loría, a los Neocapelines, a todos quienes buscan el poder por el poder, abrirle paso a la delincuencia, el dinero fácil y que con engaños pretendan llevarnos entre las patas del caballo.
Como diría doña Esa: “En 2021 son las próximas elecciones y vamos a pedir que los juniors regresen… pero lo que se robaron. Digo: ¿por qué quieren gobernar si no lo saben hacer?”. Gracias Cancún. Se acabó el papel.