Jada visitaba a menudo el set de filmación donde el actor rodaba escenas románticas.

Si algo le faltaba en el drama familiar de Will Smith y Jada Pinkett era una escena de celos que ahora salió a relucir tras viralizarse una entrevista de 2008 donde Rosario Dawson, compañera de elenco del actor en la película Siete almas.

La actriz recordó en la entrevista, que Smith sufrió pánico escénico previo a rodar una escena en la que sus personajes se besaban. “Quería que Jada estuviera en el set. Y ella lo animó, le dijo: ‘¡Realmente lo necesitabas! No me avergüenzas’. Jada estuvo de mi lado en este caso”, dijo Dawson a Vulture.

La escena era sumamente íntima y Pinkett Smith no tuvo problema a la hora de presenciar todo: “Hubo mucha lengua. Quiero decir, obtuve el permiso de Jada. ¡Obtuve el permiso de Jada!”, exclamó la actriz.

Sin embargo, esta no fue la primera vez que Jada visitaba el set durante la filmación de escenas románticas de su esposo. Según fuentes cercanas a la actriz, era algo que ella hacía comúnmente, supuestamente para brindarle seguridad a Smith y para de paso, dar su visto bueno.

Por su parte, Smith también admitió en una charla con la revista Collider que las escenas románticas del filme de Gabriele Muccino le habían costado mucho, y expuso la razón: “Con el tema del amor… Mi abuela fue muy firme sobre eso, y también mi madre, me remarcaban cómo un hombre debe tratar a las mujeres”, explicó.

Tras el polémico accionar de Will Smith en la Ceremonia 94 de la gala de los Premios Oscar, el actor se internó en una clínica de rehabilitación para tratar su estrés y ansiedad, agudizados tras la cantidad de trabajos que le fueron cancelados por el escándalo.

El actor se alejó del ojo público y viajó a la India para practicar yoga y meditación junto con un afamado gurú. Jada Pinkett, en su programa ‘Red Table Talk’, admitió que están tomándose un tiempo y que compartirán sus pensamientos más adelante: “Algunos descubrimientos de nuestra recuperación se compartirán en la mesa cuando llegue el momento”.

Tras el incidente, Will se disculpó y renunció a la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas. Poco después la institución tomó medidas para prohibir a Smith que vaya a las ceremonias de los Oscar durante los próximos 10 años. (Quién)