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WASHINGTON.- En la búsqueda de planetas fuera del sistema solar, los astrónomos se han llevado no pocas sorpresas. El lejano Kelt-9 b, un gran exoplaneta gaseoso situado a 650 años luz de la Tierra, tiene su propia excentricidad. Descubierto en 2016, es el más caliente conocido hasta ahora. Supera los 4,700º C en su cara diurna, una temperatura similar a la de nuestro Sol y más caliente que el 80% de todas las estrellas del universo. Calificarlo como tórrido es poco.

Kelt-9 b orbita una estrella que es dos veces más ardiente que el Sol, a una distancia diez veces más cercana de la que separa a Mercurio de nuestra estrella. Con un tamaño 1.8 veces más grande que Júpiter y 2.9 veces su masa, es considerado un ‘Júpiter caliente’. Su órbita completa dura un día y medio terrestres y luce una gigantesca y brillante cola de gas como si fuera un cometa.

Sujeto a la fuerte atracción gravitacional de su estrella anfitriona, Kelt-9 b está “bloqueado por mareas”, lo que significa que la misma cara del planeta se enfrenta permanentemente a la estrella. Esto da como resultado una fuerte diferencia de temperatura entre los lados diurno y nocturno del planeta.

Además, Kelt-9 b tiene una órbita inclinada de unos 80 grados, lo que sugiere un pasado violento, con posibles colisiones, que de hecho también se observa en muchos otros planetas de esta clase. Por desgracia, no tiene un gran futuro por delante. Un estudio publicado en 2018 revela que la atmósfera de este mundo es arrastrada por la fuerza gravitatoria de su estrella. Prácticamente, el planeta está siendo absorbido.