Casi 60 millones de iraníes están llamados a decidir al sucesor del presidente Hasan Rohani en un contexto de grave crisis económica y social

 

AGENCIAS

 

TEHERÁN.- Los iraníes acudieron a las urnas el viernes para unas elecciones presidenciales de las que saldrá el sucesor de Hasán Rohani, quien ha cumplido ya el límite de dos mandatos, una votación marcada por la eliminación de las candidaturas de las principales figuras moderadas y en la que el ultraconservador Ebrahim Raisi figura como claro favorito.

Los comicios llegan en un momento delicado para el país a causa de la crisis económica que atraviesa, ahondada por las sanciones impuestas por Estados Unidos y la pandemia de coronavirus, y el proceso de conversaciones en Viena sobre el acuerdo nuclear de 2015, dañado después de que Donald Trump anunciara en 2018 la retirada de Washington del pacto.

La votación llega influida por el proceso de veto del Consejo de Guardianes, organismo que se encarga de filtrar las candidaturas y que ha excluido a los principales candidatos moderados y ha dejado unas papeletas dominadas por las figuras conservadoras, entre las que destaca Raisi, actual jefe del aparato judicial.

Un total de 592 personas presentaron su candidatura a la Presidencia, si bien únicamente siete nombres recibieron ‘luz verde’ del Consejo de Guardianes, integrado por un total de seis clérigos y seis juristas y sujeto a la voluntad del líder supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei.

Raisi, quien ha pasado la mayor parte de su carrera en el aparato judicial, llegó a convertirse en custodio de la fundación religiosa Astan Quds Razavi, la más grande en el mundo islámico, lo que le hace acumular un gran poder y figurar incluso como principal favorito a suceder a Jamenei al frente del país.

Su principal rival será Hemati, un tecnócrata sin grandes apoyos entre la población que, sin embargo, podría aglutinar votos dado que queda como única opción viable para los moderados. Pese a ello, un sondeo de la cadena de televisión Press TV le da cerca del tres por ciento de las papeletas, frente al casi 60 por ciento de apoyos a Raisi.