MIAMI.- Cuando pensamos que el 2020 no podría sorprendernos más, con una pandemia en desarrollo e incluso con la advertencia de que las ratas ahora se comen entre sí… se informó que una especie de sapos venenosos están plagando el sur de Florida a brincos.

Se trata del sapo de caña (Rhinella marina), que tiene una particular forma de acabar con la fauna silvestre, segregando una sustancia venenosa de su piel que podría ser mortal para cualquier mascota que se acerque a ellas. Aunque tal parece que su veneno no es lo suficientemente fuerte para terminar con la vida de una persona.

“Tenemos decenas en la calle por la noche. Ya ni siquiera tienen miedo de la gente, es como si hubiese pandillas de ellos este año”, comentó al Miami Herald una residente de la ciudad de Homestead.

Las recientes lluvias en Florida han ocasionado la proliferación de estos sapos, pero el problema no es que vayan a enfermar o matar a una persona, sino que podrían alterar el ecosistema al no tener prácticamente ningún depredador y tener la libertad de comerse todo tipo de animales, desde insectos hasta lagartos.

Pero como siempre, la culpa de la existencia de estos enormes sapos de más de 10 centímetros la tiene el hombre. En Florida en los años 30 un grupo de granjeros los introdujeron para terminar con una plaga de escarabajos que se alimentaban de sus cosechas de caña de azúcar. El resultado no fue el esperado, pues los sapos no podían saltar tan alto para alimentarse de los escarabajos que vivían en los tallos superiores de las plantas. Se comieron el resto, incluidos los huevos de las aves y mamíferos pequeños. (Código Espagueti)