El Ministerio Público de Brasil investigará el intercambio de mensajes entre fiscales y el exjuez Sergio Moro, que condenó al expresidente de Brasil

AGENCIAS

BRASILIA.- El Supremo Tribunal Federal, máxima instancia judicial de Brasil, reanudó el debate sobre el pedido de liberación de Luiz Inacio Lula da Silva, luego de que el portal The Intercept revelara información que confirma la parcialidad de la investigación y del juez que condenó a Lula, Sergio Moro, quien coordinó su estrategia con la Fiscalía para llevar a prisión al expresidente y líder de izquierda brasileño.

La segunda corte del Supremo Tribunal Federal (STF) colocó en su agenda el análisis del habeas corpus presentado por los abogados de Lula, luego de que uno de sus cinco jueces, Gilmar Mendes, liberara la causa para que continúe su examen.

El pedido de la defensa para liberar al exmandatario llegó a recibir dos votos en contra antes de la interrupción del proceso, pero los magistrados del Supremo pueden modificar su parecer mientras duren los debates.

Lula, de 73 años, cumple desde abril de 2018 una pena de 8 años y 10 meses de cárcel como presunto beneficiario de un apartamento concedido por una constructora para obtener contratos en Petrobras, una versión que ha quedado en entredicho recientemente, y que su defensa y numerosos abogados brasileños han denunciado esconde móviles políticos.

La filtración de conversaciones entre el juez Moro, actual ministro de Justicia del gobierno de Jair Bolsonaro, y el fiscal de la operación anticorrupción Lava Jato (Lavado Rápido), Deltan Dallagnol, que evidencian que buscaron impedir el regreso de Lula a la presidencia, han abierto la posibilidad de que el Supremo Tribunal Federal debata el 25 de junio otro recurso que cuestiona la imparcialidad de Moro, autor de la condena en primera instancia.

El Consejo Nacional del Ministerio Público de Brasil abrió una investigación disciplinaria para determinar si los fiscales mencionados en los informes que publicó The Intercept cometieron faltas en sus funciones, como la de no mantener equidistancia con el juez Moro y tener una actuación “político-partidaria”.