Contra el discurso oficial, la realidad apabullante: mientras los empleos y los salarios distan de regresar a niveles prepandemia, los productos básicos han subido hasta 75%; sólo el 15% de los quintanarroenses ganan lo suficiente para adquirir la canasta familiar

 

 

 

SALVADOR CANTO

Los productos de consumo, principalmente los de mayor necesidad en los hogares como el huevo, tortilla, carne, gas LP y medicamentos, han continuado su camino a la alza en los últimas semanas, impactando de manera directa en los bolsillos de todos los ciudadanos y particularmente de las familias que tienen menos ingresos.

Y esto ha ocurrido también con los bienes y servicios, cuyos costos se mantienen altos y en muchos casos son ya casi imposibles de pagar para la gente, como el servicio de internet que hoy más que un lujo es una necesidad, por el tema educativo.

En Quintana Roo esta situación ha sido una constante durante el gobierno de la Cuarta Transformación y más allá de discursos que niegan el alza de precios, la realidad se hace evidente al momento en que las amas de casa acuden a los supermercados, debido a que cada vez son menos los productos que alcanzan a comprar.

La gasolina es la más cara de la Península de Yucatán y eso provoca que los servicios de transporte también sufran un incremento desmedido, pese a no tener una autorización oficial.

La Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) detectó incremento de precios de hasta 75% en la canasta básica entre la segunda quincena de junio y la primera de julio del presente año, lo cual indica que la inflación está presente, sigue creciendo y continuará en lo que resta del 2021.

Pese a esta situación, de forma desvergonzada el aún gobernador del Banco de México (Banxico), Alejandro Díaz de León, afirma que el alza en los precios de bienes y servicios o inflación observada en lo que va del año “es transitoria” (sic) pero la realidad es completamente lo contrario porque los productos, bienes y servicios cada vez se vuelven más inalcanzables.

Tan solo durante el primer semestre del 2021 los precios de tortilla, huevo y frijol, tres de los alimentos más consumidos por los mexicanos debido a su bajo precio y accesibilidad, se han encarecido como consecuencia de una combinación de factores que incluye sobredemanda, baja producción y aumentos en los costos de los energéticos.

En Cancún, la carne de puerco que es una de las proteínas con más demanda entre las familias de la región, elevó su costo entre un 15 y 20 por ciento de abril a julio, de acuerdo a lo constatado por El Despertador de Quintana Roo en diversas carnicerías populares de las regiones y fraccionamientos de la ciudad, e incluso en el conocido Mercado 23 (Javier Rojo Gómez), pues pasó de 75 y 80 pesos a 98 y hasta 100 pesos por kilogramo.

 

No hay peor ciego que el que no quiere ver

Para José Us Moo, presidente de la Unión de Comerciantes en Pequeño (Uncope) de Cancún, el alza de precios es una realidad y quien diga lo contrario, miente.

“No hay peor ciego que el que no quiere ver, estamos frente a un serio problema pese al compromiso del gobierno federal de no aumentar el costo de los energéticos y a tres años de la presente administración, ha sido completamente lo contrario”, manifestó a El Despertador de Quintana Roo.

Ello ha provocado que las pequeñas tiendas de abarrotes y comercios de las regiones de Cancún sufran también esta situación pues se han visto obligados a subirle de precio a sus productos, porque “a ellos también les cuestan más caros y ya no hay ganancia”, justificó.

Us Moo hizo referencia a lo expresado recientemente por la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC), que informó que desafortunadamente nuestra alimentación sigue dependiendo del extranjero, de donde siguen importándose productos.

De acuerdo con el sondeo de la ANPEC, de la segunda quincena de junio a la primera de julio se detectaron aumentos en productos básicos como: cebolla (75%); tortilla (33%); galletas Marías (25%); limpiador de pisos (21.74%); jitomate (20%); naranja (19.05%); arroz (18.52%); aguacate (18.18%); frijol (16.67%); papa (15.38%); chile serrano (12.5%); atún (11.11%); aceite para cocinar (8.82%), entre otros.

En ese contexto, Pioquinto Hernández, representante de la Asociación de Industriales de Producción de la Masa y la Tortilla en la zona norte del estado y delegado del Consejo Nacional de la Tortilla en Quintana Roo, platicó que las condiciones actuales de incremento tras incremento de los productos afectan de forma directa a las familias que menos ingresos tienen.

Para dimensionar el impacto, por ejemplo, una familia integrada por cuatro personas que a la semana consume cuatro kilogramos de tortillas, cuatro de huevo y un kilogramo de frijoles tiene un gasto mensual aproximado, sólo en esos tres alimentos básicos, de 762 pesos, cuando un año antes gastaba 700 pesos.

“La gente tiene menos poder de compra y los precios no dejan de subir por el fenómeno de la inflación, que aunque se diga que está controlada, la verdad que está afectando de manera importante a las personas de a pie”, destacó Pioquinto Hernández.

 

Servicios, aumento desmedido

El aumento en el costo de los servicios ha representado también una situación más que complicada para las familias, pues, por ejemplo, hoy en día el internet ha pasado de ser un lujo, a una necesidad, sobre todo porque en prácticamente el 70% de los hogares en Cancún se tiene en virtud de que se requiere para las clases escolares de los hijos, el trabajo ‘home office’ y otras múltiples actividades.

En ese contexto, empresas que prestan este servicio como IZZI en Cancún se han aprovechado de la situación y para el 1 de agosto próximo han anunciado lo que será el segundo aumento en el costo de sus paquetes en lo que va del año.

Para ello, dicha empresa ha comenzado a notificar a sus usuarios del aumento que podrá ser de hasta 5%, sin detalle exacto de cómo se realiza el cálculo de este incremento de precio.

Por ejemplo, por un paquete por el que los usuarios pagan 480 pesos al mes, a partir del 1 de agosto deberán desembolsar 500 pesos, y esto lo están notificando mediante el envío de correos electrónicos a sus suscriptores, en donde además informan que otros servicios como complementos de entretenimiento o extensiones de televisión no tendrán cambios en sus precios, pero otros como las extensiones Izzitv Smart –para acceder a servicios de televisión por streaming– sí aumentarán 15 pesos cada una.

Este representa el segundo aumento de precios en los servicios de izzi en México en un año, ya que en septiembre de 2020 se hizo efectivo el primero, también por un máximo de 5% del costo de los planes en ese entonces.

 

 

Reetiquetado en supermercados, una constante

En medio de toda esta problemática de aumento de precios, los supermercados juegan un papel importante debido a que frecuentemente elevan el precio de determinados productos de buenas a primeras, mediante el clásico reetiquetado, una acción tolerada por instancias como la propia Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco).

Para Rafael Ortega Ramírez, presidente de la asociación civil La Fuerza del Consumidor Unido, en medio de todo este panorama de incremento de los precios de los productos de la canasta básica que es una realidad, aunque las autoridades federales lo nieguen insistentemente, también existe un tema complicado con los supermercados por el reetiquetado de los precios.

En ese sentido, hizo un llamado a los consumidores para que revisen bien el costo de los productos que aparecen en los anaqueles, y que constaten que sean los mismos que les cobren en caja, pues muchas veces las tiendas sólo modifican los precios en su sistema y la gente no se da cuenta hasta que llegan a su casa y revisan el recibo de pago.

“Es una realidad, todavía hay empresas que no se recuperan y también cientos de personas que no tienen la remuneración que obtenían hasta antes de la pandemia y eso hace que les alcance menos el pago de los bienes, servicios y productos que consumen”, externó el también miembro de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) Cancún.

Eduardo Estrada, padre soltero y taxista de Cancún, platicó que si bien la gasolina se ha mantenido estable con una variación de centavos entre una estación de servicios y otra, la situación real es que todo está más caro en la ciudad.

“Es evidente la escalada de precios, comenzando con la de los productos de los supermercados y no me lo platican, un servidor hace compras tanto en supermercados como en tiendas abarroteras y están reetiquetando productos de la canasta básica y si bien es evidente que la mayoría de la población no sabe tecnicismos como la inflación, poder adquisitivo y otros términos, sólo sabe por sentido común que antes con 500 o mil presos compraban más productos de primera necesidad y ahora ven con impotencia que no les rinde su dinero”, comentó al reportero de El Despertador de Quintana Roo.

 

 

Tienen trabajo, pero el sueldo ya no alcanza

Pese a que Cancún mantiene el color naranja dentro del semáforo epidemiológico estatal –muchos consideran que de manera forzada porque el nivel de contagios equivaldría más bien al semáforo rojo, pero ese es otro tema–, la reactivación económica todavía es lenta y a pesar de ello, el precio de los productos se sigue elevando a una rapidez pasmosa.

En un recorrido realizado por El Despertador de Quintana Roo en los establecimientos comerciales de la zona de El Crucero, uno de los productos que más demanda tiene en esta temporada de calor son los ventiladores de pedestal, cuyo costo es de entre 450 y hasta 500 pesos en estas fechas, pero hace apenas dos meses valían hasta 380 pesos.

“Si compro el ventilador que le hace falta a mi familia tendría que dejar de comprar algunos productos de la despensa porque no me alcanza para ambas cosas”, se lamentó el señor Pedro Ku, quien labora en el área de mantenimiento de un hotel de la zona de playas de Cancún.

Señaló que si bien su salario ya es un poco mayor al que tenía a principios de año, todavía no alcanza lo que ganaba antes de la pandemia, con lo que “me quedaba al menos hasta para llevar a mi familia al cine una vez a la quincena”.

“Pero ahorita ya ni eso –dijo–, porque todo está bien caro, además de lo que hay que pagar por la energía eléctrica, el agua potable también, ya no hay dinero que alcance”.

Y es que a más de un año del inicio de la pandemia de coronavirus en México, el panorama económico para las familias es poco alentador. Aun en el mejor escenario, en el que las personas mantuvieron sus empleos, su ingreso cayó y esto ha provocado que no tengan lo suficiente para abastecer la canasta alimentaria.

De acuerdo con recientes declaraciones de Catalina Portillo, secretaria del Trabajo y Previsión Social en el estado, durante el año 2020 se perdieron 97 mil 381 empleos, de los cuales se recuperaron de enero a mayo 30 mil 992 y aún falta por recuperarse por lo menos el 50% de las fuentes laborales perdidas.

Un estudio de la asociación civil “Acción Ciudadana Frente a la Pobreza” dado a conocer la semana pasada reporta que de 811 mil personas ocupadas en Quintana Roo solamente el 15.3 por ciento, es decir alrededor de 181 mil personas, cuentan con trabajo formal y con un ingreso suficiente para la canasta familiar y seguro social, y 607 mil (74.8%) laboran en condiciones de trabajo precario, carecen de seguro social y/o de ingreso suficiente para la canasta familiar.

 

 

Gobierno populista y falto de credibilidad

Para la organización Causa en Común, la esencia populista del gobierno federal se acredita todos los días con un discurso cada vez más vacío y alejado de la realidad, pues no hay freno al incremento de los precios que si bien en algunos casos se habla de centavos o pesos, no dejan de ser aumentos que afectan a las familias que menos gana.

“Tan sólo el material de construcción subió de precio por tonelada y eso afecta a las constructoras, ahora, lo que suben los productos de la canasta básica les pega a las familias de bajos ingresos”, señaló María Elena Morera, activista ciudadana y representante de Causa en Común.

Dijo que el gobierno federal ya debe de dejar a un lado el discurso populista y ponerse a trabajar, pues es evidente el daño que le está causando a la gente con esta escalada de precios tanto de los productos de la canasta básica como de bienes y servicios.

“La gasolina no ha bajado como lo prometió y eso hace que todo esté cada vez más caro y lo vemos con la tortilla, el gas LP, y todos los productos de la canasta básica”, insistió.

 

 

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Según datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), el precio de la canasta básica en México subió más del 5% en un año. El pasado mes de mayo, la canasta alimentaria tuvo un precio de 1,778.98 pesos promedio en las zonas urbanas del país, mientras que en las zonas rurales fue de 1,360.83 pesos.

En el caso de la canasta básica urbana, su valor se incrementó en un 5.3% entre mayo de 2020 y mayo de 2021, y 1.1% entre abril y mayo de 2021. Por otra parte, el valor de la canasta básica rural incrementó 5.5% entre mayo de 2020 y mayo de 2021, mientras que de abril a mayo de 2021, subió su precio un 1.2%.

La canasta alimentaria se compone de huevos, aceites, tubérculos, verduras, legumbres, leguminosas, frutas, azúcar y mieles, bebidas no alcohólicas, carnes, pescados y cereales.

El Coneval refiere que el precio de las canastas alimentarias forman parte de la medición multidimensional de la pobreza en México.