Cascada de negligencias y corrupción envuelve los casos lamentables y trágicos ocurridos recientemente en parques temáticos, cenotes y bares de Quintana Roo, afectando una reputación ya dañada por la crisis de inseguridad y criminalidad

SALVADOR CANTO

Los fallos y carencias en materia de protección civil y seguridad pública se han convertido en una seria complicación para la imagen de Quintana Roo, ya que al no atenderse la observancia de los debidos protocolos en las empresas para reducir la posibilidad de accidentes, sumado al ya ampliamente difundido clima de inseguridad que se vive en los distintos municipios a causa del crimen organizado, se afecta severamente la actividad turística –y por ende, el proceso de recuperación económica tan ansiado– con una mala publicidad del destino a nivel nacional e internacional.

Un mar de negligencias y corrupción envuelve los casos lamentables y trágicos ocurridos recientemente en parques temáticos, en cenotes y en bares de la entidad, los cuales se pudieron haber evitado de aplicarse las acciones en materia de seguridad y protección civil existentes, pero hoy, por el contrario, estas omisiones ahogan a los principales destinos turísticos de Quintana Roo y le pegan de forma directa al Caribe Mexicano, en un momento crucial, cuando se requiere garantizar la estadía de los visitantes.

De acuerdo con Rubén Borau García, representante del Colegio Mexicano de Profesionales en Gestión de Riesgos y Protección Civil, A.C. capítulo Quintana Roo, los accidentes siempre pasan y esos errores tristemente siguen ocurriendo y precisamente la protección civil lo que hace es mitigar y disminuir el porcentaje de que esto pueda presentarse, siempre y cuando las cosas se hagan de manera correcta.

—Lo que pasó en Xcaret, particularmente en el parque Xenses, donde lamentablemente perdió la vida un menor de edad —dijo—, el daño que se ha hecho a nivel publicidad y no solo a la marca, sino al destino en general, ha sido gigantesco por una tontería que no debió haber pasado, si el personal hubiese actuado adecuadamente.

“Sí fue un error humano porque se le dio mantenimiento a una zona que estaba abierta al público y desafortunadamente la gente que ahí trabaja no siguió los protocolos que están establecidos dentro de su Programa Interno de Protección Civil que es bueno porque lo conozco, pero considero que debería de haber una investigación a fondo”, explicó.

Es importante resaltar que las funciones de protección civil son principalmente preventivas y de coordinación, es decir, se trata de arbitrar todos los medios para evitar que se produzca una catástrofe o calamidad pública y para eso existen reglamentos que se deben de cumplir.

Sin embargo, cuando las cosas no se hacen conforme a las reglas y existen tragedias, los problemas abarcan otros puntos, como es el ámbito turístico por la cuestión de imagen, y en donde de por sí el gobierno federal cortó el presupuesto para promoción desde el inicio de la administración. Hoy el Gobierno del Estado trata de recuperar la economía muy golpeada por la pandemia por COVID-19 con acciones emergentes a través del Consejo de Promoción Turística de Quintana Roo (CPTQ), pero la negligencia que provoca tragedias en algunos lugares tira por la borda todo esfuerzo que se realice para fortalecer a los destinos.

Ello, porque en estos tiempos en que la tecnología ha entronizado a las redes sociales como el principal medio de comunicación, este tipo de hechos trasciende a gran velocidad, tanto a nivel nacional como internacional, y genera rápidamente un clima generalizado de indignación y condena.

 

Accidente de Xcaret se pudo evitar

El especialista en temas de protección civil, Rubén Borau García, dijo a El Despertador de Quintana Roo que en su opinión el Plan Interno de Protección Civil del Grupo Xcaret es muy bueno, pero lamentó que un error humano haya derivado en tragedia y ocasionado un daño gigantesco al destino en materia de publicidad negativa.

“Fue un error humano porque se le dio mantenimiento a una zona que estaba abierta al público y desafortunadamente la gente que ahí estaba no siguió los protocolos que están establecidos dentro del su plan de operaciones, el cual es excelente porque lo conozco”, explicó, al referirse a la muerte de un menor de 13 años que fue succionado por un sistema de filtración en un río artificial ubicado en el parque acuático Xenses.

Sostuvo que los accidentes siempre pasan, y ese tipo de errores tristemente sigue ocurriendo, por lo que precisamente la Protección Civil lo que hace es mitigar y disminuir las posibilidades de que puedan suceder.

“A nivel privado es muy importante tenerlo actualizado, porque cuesta muchísimo hacer crecer una marca para que un estúpido accidente te lo eche a perder, llegando al extremo de cobrar una vida humana y de paso te lleves a un destino turístico, pues estamos en la ventana internacional, seamos realistas y no es porque ocurrió un accidente y bueno, qué lamentable y a seguir; no: realmente estamos hablando de un asunto mayor porque es una marca que es conocida internacionalmente y de paso se lleva entre las patas a los destinos por una tarugada, y más cuestionable aún porque ya había ocurrido antes”, indicó el también representante del Colegio Mexicano de Profesionales en Gestión de Riesgos y Protección Civil, A.C. capítulo Quintana Roo.

Por ello, insistió en que es importante que se cumplan todos los protocolos y que todas las empresas cuenten con el personal capacitado conforme a las Normas Oficiales, con entrenamiento básico para reaccionar inmediatamente y en el caso del parque temático, consideró que incluso hasta el personal administrativo debe tener conocimientos de rescate o mínimo saber nadar.

“Creo que hoy más que nunca todas las empresas deben de reforzar sus acciones de prevención y sobre todo, deben de actualizar sus protocolos de Protección Civil, pues además cada año hacen cambios en infraestructura, se aumenta el número de habitaciones y por eso se tiene que actualizar constantemente el programa interno, presentarlo y ser autorizado, así de simple y sencillo”.

Y agregó: “esto no es un juego, las cosas se tienen que hacer bien y que no se traten de zafar porque eso ocurre también con algunas empresas, que en lugar de capacitar a su personal prefieren comprar certificados a terceros autorizados para brindar esa capacitación, y por eso, desde mi particular punto de vista, se le debe de dar un seguimiento detallado para saber quién es el tercer acreditado, y entonces revisar su trabajo”.

Finalmente, expuso que todos los negocios tienen que cumplir las leyes mexicanas en cuanto a seguridad de los huéspedes, clientes, comensales y gente que los visita, velar por la seguridad y eso incluye instalaciones eléctricas, sistemas contra incendios, y todo basado dentro del programa interno de Protección Civil, en donde la gente debe estar capacitada para saber atender, como primeros respondientes, una emergencia.

 

Oficinas de gobierno también deben cumplir

No sólo las grandes, medianas y pequeñas empresas están obligadas a contar con su Programa Interno en materia de Protección Civil, sino también las oficinas de los tres órdenes de gobierno, y en Cancún no todas cumplen con ello.

De hecho, esto es algo que adolecen todos los municipios, y esto se comprueba con visitar cualquier oficina de gobierno y preguntar por el encargado del comité de protección civil, para que demuestre los procedimientos que se contemplan en caso de alguna emergencia.

De acuerdo con el presidente del Observatorio Ciudadano en Quintana Roo, Eduardo Galaviz Ibarra, quien en diciembre pasado presentó un estudio que demuestra un encarecimiento para las anuencias a empresas de mediano y alto riesgo en materia de Protección Civil, se le da tanta importancia a la cuestión privada que se descuida a la responsabilidad pública.

“Ese es un detalle al que le debemos dar un poco más de énfasis, la coordinación nacional, la estatal y las municipales, pues su primer objetivo es la seguridad de los habitantes del país, del estado y del municipio y aquí nos estamos yendo a la cuestión regulatoria, en lugar de la cuestión de mantener los protocolos correctos”, comentó.

Dijo que los empresarios tienen bien claras sus responsabilidades y obligaciones y más aún en materia de Protección Civil, y si bien el problema que existe ahora a nivel particular es que existen todavía muchas complicaciones por el tema de la pandemia, “sabemos que se tienen que actualizar las anuencias, los permisos, las capacitaciones y las conformaciones de los comités internos y en ese proceso estamos ya muchos, pues por no cumplir con estos parámetros se corren muchos riesgos”.

 

Escándalo pega a los destinos turísticos

La tragedia del caso Xenses del Grupo Xcaret ocurrido el pasado 27 de marzo, cuando el menor Leonardo Luna, quien nadaba con su padre en la atracción “Río Salado”, fue succionado por un filtro al que no se le colocó la tapa, evidenció una serie de negligencias y generó un justificado escándalo que también ha escalado a generar mala publicidad para los destinos turísticos del Caribe Mexicano.

De hecho, como una “acción de justicia”, las autoridades solamente procedieron a aplicar una multa de 150 mil pesos al Grupo Xcaret, que por su parte se ha enfrascado en un pleito legal con el padre del menor, el doctor Miguel Ángel Luna Calvo, al que se ha prestado la propia Fiscalía General del Estado (FGE) con acciones intimidatorias contra los familiares de la víctima.

Pero más allá de lo ocurrido, en donde de forma irresponsable la firma Xcaret se ha negado a reconocer los hechos en la totalidad de su dimensión, pues no les bastó el sufrimiento de unos padres por la muerte de su hijo sino que ahora buscarían culparlo por presunta difamación, en medio de todo esto, les ha pegado la mala publicidad porque sus ventas cayeron hasta en un 70% durante la temporada vacacional de Semana Santa, y de paso arrastraron consigo a otros destinos turísticos del Caribe Mexicano como consecuencia del escándalo que ha trascendido fronteras.

Todo, por no haber cumplido los protocolos en materia de Protección Civil conforme a lo establecido en la ley y en su propio Plan Interno, que instruye no darle mantenimiento a dicha área del parque mientras se encuentre en funcionamiento.

 

Programas internos de PC deben actualizarse

Si bien se trata de un instrumento de planeación y operación integrado por los subprogramas de prevención, auxilio y recuperación para responder efectivamente ante la presencia de riesgo, emergencia o desastre dentro de su entorno, cada empresa, negocio e incluso oficinas de gobiernos están obligados a contar con uno, pues es indispensable para obtener la licencia de funcionamiento.

No obstante que los riesgos están en todos lados, hay muchos que se pudieran evitar si las autoridades en materia de Protección Civil actuaran con mayor claridad y honestidad a la hora de emitir los permisos o hacer las inspecciones.

De acuerdo al reglamento de Protección Civil del municipio de Benito Juárez, en el Artículo 101 se avala que empresas o personas físicas puedan elaborar Programas de Protección Civil, Estudios de Riesgo, Programas de Prevención de accidentes, Planes de Contingencias, entre otras cosas, siempre y cuando estén registrados y/o certificados por la Dirección, según sea el caso aplicable para ejercer dichas funciones, las cuales tendrán vigencia de un año a partir de su expedición y deberán ser renovados con anticipación a su vencimiento, para lo cual deberán de contar con los requisitos establecidos en el Catálogo de Trámites de la Dirección de Protección Civil Municipal.

Es decir, un empresario puede contratar un servicio externo para que se encargue de elaborar su plan interno de seguridad y posteriormente presentarlo ante la Dirección de Protección Civil, que será la que le dé el visto bueno y en caso de ser positivo, cumplir con los parámetros establecidos en la reglamentación y dependiendo del tamaño de la empresa, conformar su comité de reacción para que sea el encargado de actuar ante cualquier eventualidad que se pueda presentar, como responsables directos.

De hecho, con esa función dichos comités ya juegan un papel muy importante y de gran responsabilidad en las empresas, en virtud de que son quienes llevan a cabo la ejecución del plan, así como de coordinar las medidas de respuesta ante escenarios de emergencia con el fin de garantizar la integridad de las personas.

Por ello, es una obligación para los negocios y empresas contar con ellos, según señala la Ley de Protección Civil en su artículo 40. En el artículo 78 de la misma Ley se estipula que los particulares que por su uso y destino concentren o reciban una afluencia masiva de personas están obligados a contar con una unidad interna de protección civil y elaborar un programa interno.

Dichos responsables de protección civil en la empresa o unidad interna deben articular todas las actividades que el plan contenga.

Para la operación del plan, un negocio debe recibir el visto bueno de la autoridad en la materia para comenzar a operar. Entre lo que contempla dicha revisión están las medidas de seguridad, salidas de emergencia y señalización.

Para atender una emergencia dentro de la empresa se requieren medidas indispensables, entre ellas la inspección del inmueble para detectar zonas vulnerables de riesgo, colocación de señalamiento informativo, prohibitivo, restrictivo, preventivo y de obligación que cumpla con la norma mexicana vigente, que determina las señales, colores y avisos a utilizarse.

De igual manera, buscar coordinar con los empleados pequeñas acciones que deben realizar ante alguna emergencia, dependiendo del tipo de negocio que sea; por ejemplo, si manejan gas, el cierre de las llaves, quién deberá hablar a los equipos de emergencia, quién se encargará de guiar a los clientes hacia la ruta de evacuación, etcétera.

Cabe señalar que el Programa Interno de Protección Civil debe constituirse en tres partes, que son la prevención que conlleva la evaluación de zonas de riesgo, medidas preventivas como la señalización, programas de mantenimiento, simulacro, capacitación, difusión y la documentación del programa interno.

El segundo punto es el auxilio, que deriva en las medidas a seguir en una situación de riesgo, el alertamiento, el plan de emergencia y la evaluación de daños; y finalmente la recuperación, que es la fase de vuelta a la normalidad de las actividades.

 

Irresponsabilidad de meseros

Otro caso que generó una mala publicidad para el destino y que evidenció la falta de compromiso de algunas empresas por garantizar la estadía de los turistas fue el accidente ocurrido dentro del restaurante-bar Las de Guanatos, en la Plaza de Toros de Cancún, en donde una turista resultó con quemaduras de segundo grado por la negligencia de los empleados del lugar durante el manejo de una bebida flameada.

Desde que se filtró el video y la historia de lo ocurrido, el director de Protección Civil Municipal, Jesús Riveroll Ribbón, se deslindó de los hechos, aduciendo que lo ocurrido no entra dentro de la responsabilidad de la dependencia a su cargo.

Sin embargo, con ese discurso establecido y al ver que la presión mediática tras lo ocurrido generaba una publicidad negativa para Cancún, el funcionario anunció que se haría una revisión para revisar los protocolos de actuación, para conocer qué fue lo que hizo el personal del restaurante al momento qué sucedió el incidente.

Finalmente, apenas el pasado miércoles –diez días después de los hechos– la dependencia municipal acudió de nuevo a las instalaciones de dicho antro y colocó unos sellos de clausura en las puertas del establecimiento.

Cabe decir que no existe una norma que regule las bebidas o alimentos de este tipo, y sin embargo, en muchos bares y restaurantes de Cancún se sirven bebidas flameadas a petición de los clientes.

 

Brutalidad policiaca en Tulum

Sin duda, el caso de Victoria Esperanza Salazar, salvadoreña de 36 años residente en México como refugiada, quien fue asesinada por policías de Tulum, quienes la sometieron y le fracturaron la columna vertebral, hechos que quedaron registrados en video, empeora la situación de Quintana Roo, porque es un hecho negativo que circuló alrededor del mundo y echó por la borda los esfuerzos de las autoridades para atraer turismo al estado como parte de la reactivación económica tras la afectación generada por la pandemia por COVID-19.

Este lamentable caso se suma a otros actos ilegales que exhiben a la misma policía de Tulum como una autoridad abusiva, que en lugar de garantizar la seguridad de la gente, la pone en riesgo, incluidos los turistas.

 

Brasileña baleada perdió la vida

Un asunto que, si bien dista mucho del tema de protección civil en virtud de que hubo mano de la delincuencia organizada, sí encuadra dentro de la publicidad negativa que afecta al Caribe Mexicano, es lo ocurrido la noche del 26 de marzo en donde un grupo de personas, entre ellas una turista brasileña, resultaron lesionados por arma de fuego en un ataque registrado en las afueras de la discoteca Ginza de Cancún.

Una semana después, esta joven identificada como Patricia Gibin, de 39 años, originaria de Brasil, falleció a causa de las lesiones sufridas por los impactos de bala.

 

“Avionetazo”, un accidente negligente

Si bien lo ocurrido la tarde del 30 de marzo, cuando una avioneta tipo Cessna que era utilizada como taxi aéreo, de la empresa Volamos más Alto Xomex, se desplomó en la laguna Nichupté frente a Plaza Kukulcán, kilómetro 13.5 de la avenida Kukulcán y en el cual perdieron la vida dos personas y dos más resultaron lesionadas, se trató de un accidente aéreo, fue evidente la irresponsabilidad del piloto que no midió las consecuencias de la situación.

Desde el primer momento las redes sociales se inundaron de lo ocurrido, pues fue videograbado cuando ocurría, y como reguero de pólvora una vez más la marca Cancún se vio inmersa en un tema negativo, que aún no termina de resolver la Agencia Federal de Aeronáutica Civil (AFAC), antes Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), que es la instancia responsable de las indagaciones sobre accidentes aéreos.

 

Escándalo por documentos falsos de pruebas COVID

Otro de los casos que de forma directa le pegaron al Caribe Mexicano fue el escándalo del contagio masivo de estudiantes argentinos en Cancún, en donde un laboratorio se vio involucrado en una grave negligencia e irresponsabilidad al entregar documentos fraudulentos.

Los 149 estudiantes de los colegios argentinos Saint John’s, North Hills, Brick Towers College, St Matthew’s College y el Sworn Junior College, decidieron viajar a Cancún para celebrar su graduación durante ocho días, del 3 al 11 de marzo de 2021.

En su momento, se informó que todos viajaron con la empresa Moon Travel y se hospedaron en el hotel Moon Palace de la Riviera Maya, y entre los jóvenes que visitaron Cancún estaban el hijo de Diego Santilli, vicejefe del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y de la periodista argentina Nancy Pazos, así como el hijo del futbolista Juan Román Riquelme, capitán del equipo Boca Juniors.

En medio de las investigaciones forzadas por el escándalo mediático, las autoridades ministeriales y de salud clausuraron el laboratorio Marbú Salud, en Cancún, donde se realizaron las pruebas los turistas argentinos, quienes dieron positivo a COVID-19 al aterrizar en su país.

Al respecto, el director de la Comisión Federal de Protección y Riesgo Sanitario (Cofepris), Miguel Ángel Pino, aseguró que había además otras anomalías dentro de ese laboratorio, lo que demuestra una grave negligencia que de cierta manera también involucra a Protección Civil, que es la que proporciona la anuencia para la licencia de funcionamiento.

 

Cenote Calavera, sin inspección oficial

En el municipio de Tulum, otro caso que generó incertidumbre y evidenció la inexistencia de medidas de seguridad y protección civil, fue el ocurrido en el Cenote Calavera, ubicado a dos kilómetros de la zona arqueológica, en donde el cuerpo de un ciudadano fue encontrado flotando.

En dicho lugar no existen señalamientos y tampoco hay medidas preventivas, por lo que es inexplicable cómo ingresó sin autorización y se metió al cenote sin que nadie lo viera, lo que ha generado mucha incertidumbre con respecto al trabajo que lleva a cabo la Dirección de Protección Civil de dicho municipio.

 

Incendio en la palapa del parque Ventura Park

Para cerrar este mar de negligencias, apenas la tarde del pasado jueves, precisamente por falta de inspección oportuna de Protección Civil a las instalaciones de los parques temáticos en Cancún, se registró el incendio de una palapa en el parque de diversiones Ventura Park de la Zona Hotelera, lo que generó una intensa movilización de los cuerpos de seguridad, por fortuna sin mayores pérdidas que las materiales.

De hecho, las maniobras para apagar el fuego duraron varios minutos y con base en información de un elemento del H. Cuerpo de Bomberos, el siniestro habría sido consecuencia de la falta de mantenimiento al sistema eléctrico, y sobre todo la inspección adecuada a este tipo de establecimientos, que debería ser permanente para evitar este tipo de problemáticas que podrían generar incluso alguna tragedia.

El incendio consumió una palapa de aproximadamente 20 metros por 40 metros y Protección Civil determinó clausurar solamente la zona afectada, permitiendo el resto de la operación en el parque de diversiones.

 

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De acuerdo a la ley municipal de Protección Civil, estos son algunos de los puntos que deben de cumplirse

 

ARTÍCULO 62.- Los establecimientos mercantiles de mediano y alto riesgo, los administradores, gerentes, poseedores, arrendatarios o propietarios de edificaciones, que por su uso y destino reciban una afluencia masiva de personas, o que por sus características representen algún riesgo para la población, están obligados a solicitar la Anuencia y/o Dictamen, así como elaborar anualmente un Programa Interno de Protección Civil y/o Plan de Contingencia, según determine la Dirección. Asimismo, capacitar a su personal en la materia conforme a las disposiciones y para ello deben contar con asesoría técnica y supervisión. Los establecimientos que sean considerados de bajo riesgo solamente deberán solicitar la Anuencia o Dictamen de Protección Civil.

 

ARTÍCULO 64.- Los establecimientos comerciales, oficinas, unidades habitacionales y escuelas en los que haya concentración de público en coordinación con las autoridades competentes, deberán practicar simulacros de protección civil por lo menos dos veces al año. La Dirección promoverá ante la Secretaría de Educación Pública que, a través de las unidades que por razón de sus atribuciones resulten competentes, se supervise que a las escuelas públicas y privadas se aplique el Programa Estatal de Protección Civil.

 

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Lo que deben de cumplir los comercios

  • Registro de Programa Interno de Protección Civil
  • Carta de Corresponsabilidad.
  • Análisis de Riesgos.
  • Constancia de simulacros.
  • Plan de Contingencias.
  • Plan de Continuidad de operaciones.
  • Carta de Responsabilidad expedida por el obligado.
  • Copia de Póliza de Seguro.