Los expertos creen que podría solucionarse modificando la secuencia del suero y así se detendría por completo la reacción

 

AGENCIAS

 

Un ambiente de histeria generalizada se desató cuando la noticia de que la vacuna de AstraZeneca provocó trombosis en algunos pacientes salió a la luz. Hubo quienes, en un afán de protegerse, decidieron descartar por completo la posibilidad de recibir el fármaco contra COVID-19. Al cabo de meses de polémica, investigadores alemanes descubrieron la razón detrás de esta reacción del organismo.

Asimismo, creen que podría solucionarse modificando la secuencia del suero y así se detendría por completo la reacción provocada.

Rolf Marschalek, profesor de la Universidad Goethe en Frankfurt y que ha estado liderando esta investigación, señaló que el problema radicaba en los vectores de adenovirus que la vacuna usa para administrar la proteína de pico de SARS-CoV-2 en el cuerpo. Así, los medicamentos envían la mencionada proteína al núcleo de la célula en lugar del líquido citosol que está dentro de la célula donde el virus normalmente produce proteínas.

Una vez dentro del núcleo celular, ciertas partes de la proteína de pico se empalman o se separan, creando versiones mutantes, que no pueden unirse a la membrana celular donde tiene lugar una inmunización importante. En cambio, las proteínas mutantes flotantes acaban desencadenando coágulos de sangre en aproximadamente una de cada 100,000 personas.

Esto no ocurre con las vacunas de ARN mensajero, puesto que entregan el material genético de la espiga al fluido celular y nunca ingresa al núcleo. Según Marschalek, existe la posibilidad de evitar este efecto si los desarrolladores del fármaco pueden modificar la secuencia de la proteína de pico para evitar que se separe.

Reiteró el hecho de que las personas que podrían resultar afectadas por este mecanismo representan un porcentaje mínimo a nivel probabilístico.