AGENCIAS

MANILA.- La aplastante victoria en las elecciones presidenciales de Filipinas de “Bonbong” Marcos, hijo del fallecido dictador Ferdinand Marcos, supone la vuelta al poder de una corrupta dinastía, mientras siguen las incógnitas y el desconcierto en torno a las verdaderas políticas del futuro presidente.

Ferdinand Marcos Jr., conocido como “Bongbong”, habría cosechado una indiscutible victoria en las elecciones celebradas el lunes, con casi 31 millones de votos -más del 50% de los apoyos-, según el recuento provisional difundido por la Comisión Electoral (Comelec), que podría tardar semanas en auditar y publicar los resultados oficiales.

A la espera de los resultados definitivos, Marcos Jr. agradeció a los “miles de trabajadores, voluntarios y líderes políticos” por haber creído en su “mensaje de unidad” en un vídeo publicado en su perfil de Facebook.

La victoria parece irreversible. “Bongbong” Marcos habría obtenido más del doble de apoyos que la candidata Leni Robredo, que con más de 14 millones ha aglutinado la oposición al hijo del dictador en una candidatura que movilizó al electorado progresista con multitudinarias y coloridas marchas.

Centenares de manifestantes protestaron con denuncias de fraude a las puertas de la Comisión Electoral por las irregularidades e incidentes ocurridos en los centros de votación durante la jornada del lunes, donde alrededor de 1,800 máquinas de votos fallaron, según datos de Comelec.

Marcos Jr. jurará el cargo previsiblemente el próximo 30 de junio y se mudará al palacio de Malacañán 36 años después de que huyera de allí en helicóptero junto a sus padres y hermanas tras una revolución popular que provocó la caída de la dictadura.