LA COVACHA DEL AJ MEN

CLAUDIO OBREGÓN CLAIRIN

 

Llovía al amanecer y recordé que había dejado la ventana de mi carro ligeramente abierta. Me vestí rápidamente y bajé a cerrarla. Observé que en el toldo del carro había una cosa rara, como una bola con pinzas, cuando me acerqué, descubrí que era mi maestro de astronomía, el Cangrejo Emiliano.

—¡Hola Emiliano, qué gusto verte!

—A mí no me da gusto verte…

—Emiliano, te veo poco y siempre me tratas con desprecio…

—¡Te lo mereces…! —Y continuó— No evolucionas ¿y sabes por qué? Porque quieres cambiar… …mira, milagro de la vida estacionado en la insatisfacción, si tomaras otra actitud, te podría llamar por tu nombre…

No supe si responderle, cerrar la ventana o regresarme a mi cama…  Emiliano exigió: ¡Qué estás esperando para abrir el carro y protegernos de la lluvia!

—Sí, sí, ya voy —le dije. Entramos al vehículo, Emiliano se acomodó en el tablero, tomó un pañuelo y secando sus lentes me dijo: Tú eres de esos tipos… de esos que quieren cambiar y terminan dando vueltas sobre sí mismos… ¡cierra la ventana, no seas menso, se está mojando el interior de tu carro…!—Cerré la ventana y siguió—-: acción, el universo es de acción y tú te la pasas buscando significados, significantes, esquemas y conclusiones… ahí te pierdes, crees que con un argumento o con una sensación, se puede cambiar y, milagrosamente, ser otro, jajajajaja… eres de esos tarugos que buscan sin buscar.

—Ya párale Emiliano…!!!

—Entiende, reducto de polvo estelar concentrado en un ego: ningún Homo sapiens sapiens cambia, puede evolucionar que es distinto, pero depende de sus acciones y de la calidad de sus sonrisas, mas no de la suma de los datos vertidos en un discurso, además, en tu lamentable caso…

—Ah caray, Emiliano, eso está muy fuerte —lo interrumpí y continuó-—: Mira a esos pájaros negros que están en las ramas ¿sabes cómo se llaman? Zanates —respondí—, pues bien, son unos oportunistas de lo peor, se desplazan en grupo, los machos son negros y van por un lado, las hembras son de color café y van por el otro, no anidan. Las hembras después de copular colocan sus huevos en los nidos de otras aves y felizmente se desentienden de su crianza; la gestación de los zanates es rapidísima, eclosionan antes que los huevos del nido que invadieron y al nacer, tiran los huevos del nido o a los otros polluelos; son alimentados por los padres de los infortunados que cayeron al suelo y, cuando crecen, emprenden el vuelo, se juntan con los de su especie y género, luego se dirigen a los restaurantes de los hoteles, roban el pan de las mesas, los llevan a la alberca, los mojan y ya suaves, se los comen. Los he visto devorar carne de los huesos tirados en los basureros, al atardecer, en parvada, regresan ruidosamente a dormir en los parques, nunca los verás en la selva, acompañan a ustedes, los seres humanos. Cuando encuentres un zanate, significa que el ecosistema se quebró, son como cucarachas con alas, siguen a los seres humanos y proliferan…

Guardé silencio, descifraba el mensaje oculto de su relato y Emiliano me soltó: Para que lo sepas de una vez: en estos tiempos de pandemia y simulación, tienes que aprender a bailar la Cumbia de la Incertidumbre… …déjate llevar por la intuición, no trates de cambiar ya que no vas a cambiar nunca, eres lo que eres en esencia y ya está, sobrevive wuey…!!!

Después de un largo silencio, dejó de llover y había amanecido, Emiliano, sin mirarme, comentó: observa al campesino maya ¿Piensas que reflexiona antes de empezar a trabajar en el campo? No, simplemente, se levanta, trabaja y ya está, porque si no, no come, además, ¿qué necedad de querer comprender todo? De saberse poseedor de las certezas de luz ¡puro regocijo al Ego en nuestro insondable universo…! Y tú…  cuando debes meter gol: le das un pase al árbitro… ¡evoluciona menso…! Entiende de una vez por todas que el asunto es de estrategia… lee a Shakespeare para reconocer que el “sí y el no son dioses falsos”. Lo único que cuenta es la acción que crea conciencia.

A ver, te lo repito porque no captaste: para vivir con control y sonriendo, se precisa de una estrategia. Desconfía de entrada de todos, sin reservas, así no te entregarás a la intención oculta de las palabras, si actuaras de esta manera, evitarás perder el tiempo y todo sería claro delante a ti.

Ahora tienes dos grandes prioridades por delante… Emiliano guardó silencio y luego le pregunté: ¿Cuáles? La primera —dijo—es abrirme la puerta que ya no llueve —así lo hice y al bajar, me dijo—: “sígueme…” cerré el carro y me llevó junto a un árbol caníbal, de la familia de los Ficus también llamados Matapalos —¿Crees tú que el árbol huésped pudo evitar ser estrangulado por el Matapalos? Pues no —contesté—. Ahí está el detalle mi estimado tarugo, no creas y acepta que si el árbol tuviera el suficiente Poder personal, lo hubiera evitado, pero no fue así; ¿a ver, por qué no está estrangulando al de al lado que es más delgado?

—Porque tiene suficiente Poder personal —contesté—. Eso es todo —respondió y concluyó—: ahora, te vas a conectar con el Poder Personal del Matapalos y vas a repetir en voz alta, con los ojos cerrados, tres veces tres, esta frase de Poder del Conocimiento Profundo: “No creo, actúo, entonces mi Poder personal crece…” pero lo tienes que decir con fervor y las últimas tres veces lo vas a decir gritando…

…Cerré los ojos,  así lo hice y las últimas tres veces grité con todas mis fuerzas: “¡No creo, actúo, entonces mi Poder personal crece!”. Respiré profundo… me envolvió una sensación de paz y armonía, abrí los ojos… Emiliano se había ido y detrás del árbol apareció la hermosa vecina que sale a correr todas las mañanas, me miró sacada de onda… …Con enfado me preguntó: ¿Y es necesario que todos nos enteremos…?

 

Facebook: Claudio Obregón Clairin / Investigador, Guía y Promotor Cultural