Roberto Hernández Guerra

Seguramente convencidos de que la oposición intransigente a todo lo que huela a Cuarta Transformación no ha dado los resultados esperados, los dos partidos de mayor antigüedad muestran una ligera señal de querer modificar su discurso. Si no lo hacen el costo electoral puede ser muy grande para ellos. De los restos insepultos de aquel que en un tiempo promoviera “la revolución democrática”, no vale la pena hablar; su reducida representación a la par de sus bandazos ideológicos los hacen poco dignos de confianza, a pesar de que ahora se declaran socialdemócratas, signifique esto lo que fuera. Por lo que se refiere a Movimiento Ciudadano, con su jefe máximo Dante Delgado a la cabeza, solo está a la espera de “cazar” oportunidades electorales.  

La cúpula del Partido Acción Nacional se reunió con el Secretario de Gobernación y pactó el establecimiento de “mesas de diálogo” en temas de democracia, seguridad, salud, economía, medio ambiente y desde luego energía. No deja de ser esto un avance en lo que se refiere al entendimiento que debe haber entre las distintas fuerzas políticas, conservando sus propias concepciones ideológicas; hemos de ver al PAN manteniendo su neoliberalismo a ultranza como desde su fundación y al gobierno federal en lo suyo.

Intentemos hacer un trabajo de “prospección ideológica” para suponer las posiciones que sostendrán los del partido albiazul. En lo que se refiere a democracia es muy difícil que presenten una queja sustancial, sobre todo teniendo de su lado a los organismos electorales, siempre complacientes con ellos. Respecto a la seguridad, su “leitmotiv” es la presunta militarización del país, olvidando quien “golpeó el avispero” con su declaración de guerra a los carteles del narcotráfico. El tema de la salud y la problemática relacionada con la pandemia se concentrará en pedir la salida del Dr. López Gatell, olvidando lo poco que hicieran al respecto los mandatarios emanados de su instituto político. Desde luego que en los temas de economía, medio ambiente y energía, no hay duda alguna; los relacionarán con la necesidad de proteger los intereses de las trasnacionales como Iberdrola y otras más, beneficiarias del “auge” privatizador. Ojalá y nos equivoquemos y pongan por delante el interés del país; todo es posible

Por lo que respecta al PRI, en boca del Coordinador de sus diputados, Rubén Moreira, declaró su rechazo al neoliberalismo, que según el mismo personaje, se le había impuesto desde el poder; su “camaleonismo” histórico que lo ha llevado desde la “extrema izquierda dentro de la Constitución” de López Mateos, hasta el presunto “liberalismo social” de Salinas, por no hablar del Cardenismo y el Alemanismo que representaron posiciones antípodas, quedó confirmado.

Pero la cúpula del partido tricolor tiene de ahora en adelante, la posibilidad de demostrar si sus intenciones de rectificar el rumbo son ciertas o solamente “jarabe de pico”; expresión que la Real Academia de la Lengua define como “palabras que no se han de cumplir”. Los votos que le hacen falta al partido MORENA para lograr la reforma eléctrica están en sus bancadas en ambas Cámaras, y de proporcionarlos estarían regresando al camino del “nacionalismo revolucionario” del que presumieron por largo tiempo. Solamente cabe recomendarles que hagan efectivas aquellas palabras atribuidas al filósofo griego Diógenes de Sinope (412-323 A.C.) llamado “el cínico”, quien para aclarar una polémica dijo que “el movimiento se demuestra andando”.  De no hacerlo, únicamente se estarían identificando con el sobrenombre del citado pensador de la antigüedad.