ASÍ NOS VEMOS

EDGAR PRZ

Algo que ha sido muy recurrente y empleado a menudo es “la mentira”, la gente ya desconfía de las autoridades, de los legisladores y ahora hasta de la mayoría de los candidatos, quienes creen o piensan que la gente sigue siendo tan receptiva e incauta como hace algunos años.

El jueves circuló un audio en donde el gobernador daba un informe respecto a la situación de la pandemia y alertaba que de continuar el descuido y la no puesta en práctica de los protocolos sanitarios, el estado podría volver al semáforo rojo, esto alertó a más de uno y empezó la carrera de las suposiciones, de retornar a condiciones difíciles, del enclaustramiento y todo lo fuerte que trae la Pandemia. Lo dramático del caso es que nadie reparó de cuando era ese audio y al paso de las horas se conoció que fue del año pasado.

Existe gente que ese es su trabajo, sembrar miedo, infundir temor, distribuir eventos pasados que causaron mal, crear  escenarios dantescos para que ellos se regocijen y el pueblo sufra. Lo cierto, lo verdadero, lo real es que aún no acreditamos la materia de la pandemia y ya varios hasta fiesta de graduación han realizado, otros están en los simulacros de su evento y todos, la enorme mayoría ha relajado las medidas sanitarias.

Las estadísticas de los últimos días nos han dado un golpe espectacular, una bofetada, un lapo para hacernos reaccionar, un aviso estruendoso de que en lugar de avanzar en el combate al flagelo vamos en reversa, estilo “campechano”, las condiciones imperantes empiezan a apretar al sector salud y el sonido de la alarma se deja escuchar. Los informes dicen que ahora el sector joven es el más afectado y que no se contagian en sus centros de trabajo sino en el trayecto de estos a sus hogares y en sus casas, eso arroja la investigación.

Entonces el gobierno debe ser menos condescendiente con los vehículos de transporte, con los autobuses, las vanes, los mototaxis, los taxis ya que están poniendo en riesgo a toda la industria turística y al retorno a la normalidad del estado. Imponer sanciones severas, dialogar con los líderes sindicales y pelarles la piña con datos y cifras, basta de tanta pusilanimidad, de tanta vergüenza por no hacer nada, el estado empieza a caerse y da la impresión que aún no se enteran.

Hace un año por estas fechas, al hacer el recuento de los daños, contábamos que nos faltaban amigos, conocidos, parientes, familiares cercanos y percibíamos que el bicho no reparaba, barría y mataba a todos por igual, parece que  ese simple detalle se ha olvidado, no lo recuerdan y aquí están los resultados.

El estado ya tuvo el asunto de los canadienses que se contagiaron en Tulum, el de los argentinos en Cancún, ya estuvo vetado y advertido por varias naciones de no visitar Quintana Roo, pero la vida se sigue desarrollando de manera normal, semanalmente sabemos que en Tulum las fiestas “rave”, están a lo máximo, todos los fines de semana en diferentes locaciones, ¿y sabe qué?, en contubernio con las autoridades que les otorgan los permisos, la semana pasada clausuraron una fiesta en una caverna de Akumal y surge la pregunta: ¿acaso las autoridades no se enteran de lo que pasa en su municipio? ¿O aprovechando la euforia y distracción de las campañas las realizan?

El problema del Covid nos atañe a todos, ya vimos que a la autoridad no le interesas aunque fallezcas, menos te mandaran una esquela de despedida,  la responsabilidad y decisión es de cada uno, no la evitemos y asumámosla como debe de ser.

Chetumal y otras ciudades están infectadas, nos piden cumplir con la sana distancia, el uso de cubrebocas y el empleo de sanitizante, medidas que no se aplican o aparentan hacerlo. Un caldo de cultivo enorme son las campañas políticas, a los candidatos les interesa apantallar a sus oponentes y suben fotos de multitudes, de concentraciones en sus eventos, obviando por supuesto estas medidas.  El Ieqroo y Cofepris deben ser más estrictos,  rigurosos, aplicar sanciones y sacar tarjetas, no se vale que por “calentarles la mano”, pongan en riesgo la salud de la gente. Hay mucho por perder y esa debería ser la respuesta a su ineptitud y valemadrismo.

La gente también debe dejar a un lado su fanatismo electoral y ser más exigente con su persona, si se contagia no espere que las candidatas vayan a orar por ellos, vayan a preocuparse, no, sean ilusos y vean las postales de sus parientes y vecinos, no vale la pena perder la vida por una candidata que al final ni es tu pariente… ¿O no lo cree usted así?

Mejor seguiré caminando recordando al Chava Flores: “A qué le tiras cuando sueñas mexicano, a hacerte rico en loterías de un avión, con sueños verdes no conviene ni soñar, a que le tiras cuando sueñas mexicano, mejor ponte a trabajar…”