Reacomodo territorial o influencia política

Roberto Guzmán

La Declaración Universal de los Derechos Humanos establece el derecho a elegir y ser elegidos con las mismas oportunidades, por lo que asegurar que el proceso electoral será un modelo limpio y transparente, será admitir que la clase política y los partidos políticos que hoy como prostitutos y chapulines coquetean y saltan, no sólo buscaran el poder o sus intereses familiares y de grupo, sino que también coartaran el derecho y a impedir la emisión del voto en forma consciente.

En el proceso electoral políticos cortesanos y finísimos de cuarta estarán apostando por el clientelismo de sus fuerzas avasalladoras, ya que el sistema local o federal usará recursos y el producto de la corrupción como del narco con el que se incidirá con engaños, la compra de conciencias de los más vulnerables y de los que todavía sienten que el valor de su voto es menor que el de unos pocos pesos.

Considero que la democracia electoral podría calificar el régimen en el que la lucha por el poder público se dirimiera entre opciones plurales reales o a través de procesos competitivos, en su mayoría reglados y dirigidos al funcionar como fuerzas orientadoras para que las luchas por el poder político pudieran derivar en procesos de inclusión social. Y si creemos que Quintana Roo es insalvable, seguro será por aquellos que harán que volvamos a tocar fondo al gustarles tocarlo, al votar por lo mismo y por los mismos reciclados, tirando sus votos a la fosa maloliente donde desafortunadamente volverá a darse más poder a un sistema que solo sirve como letrina.

Amigos lectores, tengamos presente que en el último proceso electoral México vivió una escalada violenta previa a las elecciones del pasado mes de junio con decenas de políticos asesinados a mano del crimen organizado, que seguro nuevamente intentará ampliar su poder en este proceso en puerta. Lo grave es que el escenario podría ser el mismo o resultar mucho peor. Por lo que ante este escenario incierto y a modo, deberá surgirnos un cuestionamiento del que hay que reflexionar por quién “votar” y que nos dé respuestas a los ciudadanos y no aquellos quienes pudieran financiar sus campañas dejando nuevamente de atender la Agenda Ciudadana que demanda Desarrollo Social en cada uno de los 11 municipios del estado y que no ha beneficiado a sus ciudadanos y a sus localidades indígenas.

Tengamos presente que lo que está en juego en este “contagiado” inicio de año 2022 no es solo la renovación del Congreso local, sino la elección del nuevo ejecutivo estatal que desde hoy ya se barajean para sustituir al inquilino de palacio, nombres, suspirantes, chapulinas y por qué no, un artista machito de telenovela que según traerá bienestar naranja.

Los invito a no perder la perspectiva de este proceso electoral que ha comenzado y en paralelo, estemos atentos ante la posibilidad de poderse dar un re-afianzamiento a posiciones territoriales de grupos delincuenciales, y con ello traer un reacomodo de fuerzas oscuras mediante la influencia política obtenida de quienes serán elegidos a cambio por posibles financiamientos a sus campañas…