La socialité se obsesionó con el pederasta porque sentía la misma devoción que le tenía a su papá, Robert Maxwell.

El juicio de Ghislaine Maxwell tendrá lugar el 29 de noviembre en Manhattan, pero para entender mucho mejor la relación entre la socialité y el empresario Jeffrey Epstein, este lunes se estrena el documental Chasing Ghislaine en Discovery+.

Ghislaine, de 59 años, permanece en una cárcel en Brooklyn desde el verano de 2020 y enfrentará un juicio por ocho cargos en su contra, entre ellos, perjurio y conspiración para reclutar menores para participar en actos sexuales ilegales.

La ex pareja y cómplice de Jeffrey Epstein es hija del magnate de los medios de comunicación Robert Maxwell, un hombre sumamente poderoso que tenía fascinación por su hija menor, Ghislaine.

Así lo relata la periodista Vicky Ward, quien tuvo acceso a mucha información que le ayudó a entender la relación entre Jeffrey y Ghislaine, así como la de Jeffrey y Robert. Y es que la socialité tenía una lealtad ciega hacia su papá y una devoción inexplicable hacia Epstein. Pero Ghislaine siempre fue ‘fiel a su educación’. “Mi padre me enseñó a hacer lo que fuera necesario para mantener cerca a este hombre”, según cuenta Ward a The Post.

La detención de la hija menor de Maxwell todavía resulta una incógnita para sus amigos más cercanos. Muchos de ellos no dan crédito que una mujer tan inteligente, brillante y bien educada en Oxford haya caído tan bajo.

En el documental se explora a detalle la vida de Robert Maxwell, un hombre de renombre en Reino Unido pero que supuestamente fue espía del Mossad.

Nacido en la pobreza en la antigua Checoslovaquia, Robert se casó con Betty y tuvieron nueve hijos. “El tipo era un monstruo en muchos sentidos”, asegura Martin Dillon, biógrafo del empresario. Maxwell, quien fue dueño del Daily Mail, era conocido por su despiadado acoso tanto en los negocios como en el hogar. De sus nueve hijos, Ghislaine era su favorita y quien lo acompañaba a los eventos. “Muchas niñas aman a sus padres a pesar de que son villanos. Él era así”, se asegura en el documental.

Ghislaine siempre estuvo al frente de sus negocios cuando ya tuvo la edad suficiente para hacerlo y al morir su papá en las Islas Canarias en 1991, a los 68 años, ella quedó devastada. Tras la muerte del magnate, sus fraudes salieron a la luz y su reputación quedó por los suelos.

Para entonces, Ghislaine ya conocía a Jeffrey Epstein pues su papá fue quien los presentó. De hecho, en el documental se señala que Robert sabía perfectamente quién era Epstein y cuál era su modus operandi para conseguir y cerrar los negocios. “Las niñas menores de edad eran su fuerte”, asegura un ex traficante de armas en la docuserie.

En Chasing Ghislaine se retrata la historia de cómo ella se enamoró de Jeffrey y él solo veía por su propio interés a pesar de que Robert Maxwell lo quería como yerno. La periodista Vicky Ward recabó información suficiente para entender la red tan firme que Ghislaine y Jeffrey tenían y cómo fue que ella quedó atada a este pederasta por quien daba la vida. “Ghislaine estaba a la entera disposición de Jeffrey. Creo que ella lo necesitaba por algo más que el dinero”, se afirma en el documental.

Chasing Ghislaine cuenta con audios de Ward recolectados durante una entrevista con Epstein en 2002 donde de alguna manera, habla de su fascinación por las chicas menores de edad y lo que Ghislaine hacía por él a manera de ‘negocio’.

Ahora está por descubrirse si el juicio de Ghislaine Maxwell ayudará a que las víctimas de Jeffrey Epstein se les haga justicia un par de décadas después. (Quién)