ASÍ NOS VEMOS

Edgar Prz

 

Sin duda esta será recordada como una de las semanas más trágicas y duras de los últimos años, los datos y la información que está circulando dando cuenta de los hechos, nos colocan como un destino turístico riesgoso.

El gobierno americano ha emitido una alerta a sus connacionales previniéndolos de violencia y de la tercera ola de Covid en plena temporada alta en varios estados del República Mexicana, incluido Quintana Roo, el famoso “Warning” que aparenta ser inofensivo pero nos otorga muy mala calificación y nos afecta en el prestigio.

Súmele a esto la molestia del turismo por las toneladas de Sargazo. Selva y Mar entre esta pestilente alga con olor a azufre.  Los turistas dicen que es insoportable el olor, más cuando se está pudriendo lo que hace imposible disfrutar las playas, esto arruina la experiencia y deja un mal recuerdo.

Hay preocupación de los prestadores de servicios turísticos, por este fenómeno ambiental que aún no saben darle un manejo adecuado. Diario recala en grandes cantidades, se maneja que ya se han levantado más de 17 mil toneladas y surge la pregunta: ¿Qué manejo se le está dando? ¿Dónde se lleva a tirar? ¿Se deja expuesto al sol o se entierra? ¿No se está contaminando el manto freático con los líquidos que suelta?

Ante este mar de putrefacción y ante el rebase a las autoridades encargadas, no se ve un plan con resultados. Hace un año la panacea eran las naves sargaceras que no dieron el ancho, el invento no estuvo a la altura de las exigencias, la Marina no alcanzó a optimizarla; hay que reconocer que este asunto no requiere de más improvisaciones ni cuentos chinos, se necesita un programa de largo alcance que contemple recale, recoja y uso final, se está pudriendo la Riviera Maya, hay muchas voces críticas pero pocas constructivas, hay que atender este flagelo con conciencia y responsabilidad.

La tragedia se cierne sobre el norte del estado, la embarcación que se hundió con una familia yucateca y en donde hubo varios muertos, refleja que no hay una adecuada supervisión, un estricto manejo con las normas de seguridad, todos los pasajeros deben llevar chalecos salvavidas, un número restringido de ocupantes, y equipos de primeros auxilios.

Todos se tiran la bolita, nadie asume su responsabilidad mientras hay una familia lastimada ya que algunos de sus integrantes perdieron la vida y eso, la burocracia no lo entiende. La imagen se lacera, el prestigio se carcome como el salitre desbarata las embarcaciones. Debería de haber un Seguro de Vida para prever estas situaciones y con ello se defienden tanto la tripulación como los turistas, pero y las autoridades, ¿dónde andarán?

Agréguele a este suplicio el número in crescendo del contagio del Covid, cerca de 1500 nuevos casos en los últimos tres días, es alarmante y la ciudadanía parece que se niega a reaccionar, es poco cooperadora, es en ocasiones hasta necia, cuando se les notifica el uso de cubrebocas, algunos responden que de algo se van a morir. Son los vale madres que hay que combatir ya que pueden ser sujetos de contagio y propagarlo. Bien por las medidas restrictivas que está poniendo en práctica el Gobernador,  no puede permitir más libertinaje sin que haya alguna sanción, aunque la CEDH se inconforme,  con la salud del pueblo no se juega.

A todo este mar de incertidumbre, ¿dónde se ubica al Presidente de la Comisión de Turismo de la Cámara de Diputados, el ineficaz Luis Alegre? Lo último que se supo que era obrero del CATEM y estaba en el socavón, bien haría en sesionar esa comisión y tomar medidas apremiantes para paliar un poco todo esto que está afectando grandemente… Buscar apoyos, respaldos con resultados que permitan ver la luz del horizonte. Aquí no se aparece porque hay chamba, a él solo la  dolce vita le gusta…. ¿Será cierto?

Mejor seguiré caminando y cantando “en el mar la vida es más sabrosa,  en el mar te quiero mucho más,  con el sol,  la luna y las estrellas, en el mar todo es felicidad”…