Este nuevo, enorme, ha aparecido en el Ártico, en el extremo opuesto del que llevamos controlando desde los años 70

El agujero en la capa de ozono es un fenómeno que lleva presente entre nosotros varias décadas. A principios de este siglo consiguió abrirse más que nunca pero durante los últimos años hemos conseguido cerrarlo consiguiendo mínimos históricos.

Estos agujeros se forman cuando la cantidad de ozono está por debajo de los niveles normales. Esto se da por generalmente en invierno, cuando las nubes de gran altitud traen bromo o cloro y consumen el ozono del área, lo que provoca que la radiación cruce más fácilmente la atmósfera y llegue a nosotros.

En las últimas semanas un agujero en la capa de ozono del Ártico se ha abierto. Es el más grande que se ha registrado en el Polo Norte y los datos recién publicados en los últimos días dejan ver que ya rivaliza con el agujero de la capa de ozono en el Hemisferio Sur.

Este año los vientos que llegaron al Polo Norte atraparon el aire frío dentro de un vórtice polar haciendo que el Ártico tuviese el invierno más frío registrado en las últimas décadas. Con estas temperaturas tan bajas las nubes de gran altitud se formaron y empezaron a destruir el ozono (no las nubes, sino los componentes provenientes de la contaminación que traían las nubes).

Según los investigadores, este año se ha dado una reducción de hasta el 90% de la capa de ozono en algunas zonas del Ártico. En las próximas semanas, con el aumento de las temperaturas y en consecuencia la disolución de las nubes, comenzará a recuperarse el ozono de esa área. Sin embargo, también podría desplazarse ligeramente y por lo tanto acercarse a zonas más pobladas. (Hipertextual)