Los restos corresponden a un combatiente que, años después de haber pasado por el complejo procedimiento, fue ejecutado por los otomanos en defensa de una fortaleza

AGENCIAS

NUEVA YORK.- Una investigación llevada a cabo por Anagnostis Agelarakis, especialista en arqueología y antropología en la Universidad de Adelphi de Nueva York, revela que los cirujanos bizantinos del siglo XIV tuvieron éxito en el tratamiento de fracturas complejas de la mandíbula.

La cabeza de un guerrero, decapitado por los otomanos después de la toma de una fortaleza, conservaba evidencia del complejo procedimiento. Su mandíbula, rota por la mitad en circunstancias aún desconocidas, fue unida con un alambre aparentemente de oro para curar la herida.

El hallazgo de los restos de hace 650 años demuestra una precisión sin precedentes con la que “el profesional médico pudo unir los dos principales fragmentos de la mandíbula”, señaló Agelarakis.

Es más, el médico de la época parece haber seguido los consejos del siglo V a.C. del famoso griego Hipócrates, quien escribió un tratado sobre las lesiones de la mandíbula unos 1,800 años antes de que el guerrero fuera lesionado.

Agelarakis y sus colegas descubrieron el cráneo y la mandíbula inferior del guerrero durante las excavaciones de la fortaleza griega de Polystylon, en Tracia Occidental, en 1991. Habría sido ejecutado a la edad de 35 o 40 años, unos diez años después de ser tratado por el cirujano y el análisis de su mandíbula reveló rastros de alambre delgado que zigzagueaba alrededor de la base de los dientes para mantener las piezas juntos durante la curación.