AGENCIAS

WASHINGTON.- La presidenta de la Cámara de Representantes de EEUU, Nancy Pelosi, llegó la noche del martes a Taiwán en medio de fuertes tensiones y amenazas de China.

Tras su llegada, Pelosi emitió un comunicado en el que negó que su visita vaya en contra de la política internacional de su país y que muestra el “compromiso inquebrantable” de Washington con Taipei.

“La solidaridad de EEUU con los 23 millones de habitantes de Taiwán es más importante hoy que nunca, ya que el mundo se enfrenta a una elección entre la autocracia y la democracia”, dijo.

El ministro de Asuntos Exteriores de China, Wang Yi, condenó la “deplorable traición” de EEUU. “El principio de ‘una sola China’ es un consenso de la comunidad internacional” y la “base política de las relaciones de China con otros países”, aseveró Wang.

La cancillería china avisó, por medio de su portavoz Hua Chunying, que Taiwán se enfrenta a “consecuencias desastrosas” si “EEUU gestiona mal la situación en el Estrecho” y anunció el inicio de ejercicios militares y actividades de adiestramiento.

El propio presidente Xi Jinping pidió a su homólogo estadounidense, Joe Biden, “no jugar con fuego” en la conversación telefónica que mantuvieron la semana pasada y el ejército chino advirtió que no se “quedaría de brazos cruzados”.

También el Kremlin se solidarizó con la postura de China: “Todo lo relacionado con esta gira y una posible visita a Taiwán es pura provocación”, dijo el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov.

China reclama a Taiwán como parte de su territorio, y cree que la visita de la funcionaria es un reconocimiento a la soberanía de la “isla rebelde”.