1. Apenas tres días después de dar a luz, la hembra de canguro ya está en disposición de volver a aparearse. El recién nacido quedará enganchado a una teta dentro de la bolsa. Y mientras crece, la hembra es capaz de poner el embrión recién fertilizado en un estado de latencia, básicamente teniendo un bebé de respaldo listo para salir cuando el otro sea lo suficientemente grande.

2. Durante una inundación, las hormigas marabunta tienden a formar grandes “esferas” con sus cuerpos. Al rodar, la estructura permite que cada una de las hormigas respire durante breves periodos de tiempo.

20/02/2014 Cuando se enfrentan a una inundación, las hormigas construyen balsas y utilizan tanto el dinamismo de la camada como la capacidad de recuperación de los trabajadores para minimizar las lesiones o la muerte, según un estudio publicado este miércoles en ‘Plos One’, por la investigadora Jessica Purcell, de la Universidad de Lausana, en Suiza, y colegas. Por otra parte, la hormiga reina se coloca en el centro y queda protegida por todos lados por las hormigas SOCIEDAD INVESTIGACIÓN Y TECNOLOGÍA JESSICA PURCEL

3. Muchos tiburones de Groenlandia (Somniosus microcephalus) son ciegos. El motivo no atiende a un proceso evolutivo de adaptación, sino a un parásito que le come los ojos y termina “reemplazándolos”. Aunque parezca trágico, los biólogos consideran que resulta útil para el tiburón, pues su vista de fábrica es muy defectuosa.

4. Cada vez que canta, un gallo se ensordece temporalmente a sí mismo para evitar dañar su propio oído.

5. Los buitres americanos tienden a orinar sobre sus patas para refrescarse. El comportamiento se denomina urohidrosis y les resulta particularmente útil, pues la orina ayuda a eliminar cualquier bacteria o parásito que puedan contraer al posarse sobre los cadáveres.