Residente de Cancún desde hace 28 años, ha logrado cumplir sus sueños sobre los escenarios como creadora, directora e intérprete, además de forjadora de nuevos talentos; desde hace una década mantiene con gran entusiasmo su bastión en el teatro del hotel Xbalamqué y asegura que aún tiene muchas cosas por hacer

Por José Pinto Casarrubias

Bailarina, actriz, directora de teatro y escritora, Gina Saldaña Alba es originaria de la Ciudad de México, tuvo una infancia muy interesante y feliz pues creció en una de las zonas más emblemáticas, la Unidad Independencia, donde se enamoró del teatro. Estudió danza, teatro y trabajo social. Se le abrieron muchas puertas y otras más se le cerraron, pero jamás ha dejado que eso le impida realizar sus sueños y crecer profesionalmente haciendo lo que más le gusta. Uno de sus monólogos favoritos es “El Currículum”, que adaptó a sus vivencias, siempre dramatizando, aunque reconoce que la comedia es lo suyo y se dio de casualidad, pues en sus inicios como actriz le tocó un papel muy serio, pero a la hora buena le pasó de todo y la gente se moría de la risa, entonces entendió que lo suyo sería la comedia y cuando adaptó ese monólogo se divirtió mucho, pues era una burla a ella misma. Lo que le gusta escribir es comedia y teatro social, siempre con un mensaje.

Vive en Cancún desde hace 28 años, ha sido formadora de talentos y se considera una mujer feliz.

“En mi familia no hay actores ni bailarines, yo fui la única, tuve una niñez preciosa, viví en un lugar que era un experimento social que hizo Adolfo López Mateos que se llama la Unidad Independencia, fue un lugar experimental bellísimo. En aquella época estaba fuera de la Ciudad de México, teníamos de todo y además era gratuito, teníamos hospitales albercas, zoológico, ríos, bosques, teatros, mucha cultura. Desde pequeña me dio por querer aprender a bailar ballet y desde los siete años empecé a estudiar, mis papás no me dejaban al principio, ya después los convencí.

“Comencé a estudiar baile con una excelente profesora, de las mejores maestras que he tenido en toda mi vida y ahí estuve con ella hasta los 26 años, me llevó a tomar clases a Bellas Artes de ballet clásico pero no me gustó, luego tomé clases de jazz, empecé a impartir clases a los 15 años, seguí estudiando”.

Una lesión en la columna casi la deja sin bailar

 


Sin embargo, sufrió una lesión en la columna y tuvo que dejar de bailar porque el doctor se lo prohibió.

“Me quería morir porque quería ser bailarina, tenía 16 años y no sabía qué hacer con mi vida y si bien alternaba mis estudios en la escuela, la verdad no le echaba muchas ganas y también lo combinaba con la natación. Luego entré al CCH (Colegio de Ciencias y Humanidades), dejé de bailar como dos años, pero decidí regresar con mi maestra, me iba a escondidas y después tuve que escoger una carrera. Decidí estudiar teatro, en ese momento no me apasionaba, pero me gustaba porque donde vivía había muchísimas obras de teatro. La obra que me marcó fue La Celestina. Yo hice una obra de teatro a los nueve años, pero con danza (Jesucristo Superestrella); iba cada ocho días al teatro, teníamos el mejor teatro y por eso me decidí.

“En el CCH teníamos pase automático a la universidad y pedí teatro para estar en la Facultad de Filosofía y Letras, pero me mandaron a Trabajo Social, nada que ver, me dijeron que me cambiarían, pero nunca pasó así que continué la carrera hasta terminarla, pero había un grupo de teatro y ahí estudiaba y por mi cuenta en otros lugares, también creación escénica, creación literaria”.

Más tarde comenzó como extra en películas y programas de televisión, pues tenía cerca el Canal 8, empezó a trabajar y le gustó, seguía bailando pero ya menos, tuvo que laborar también como trabajadora social en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en el Centro Médico Nacional, trabajaba en las noches para poder estudiar teatro e ir a sus clases de jazz y recuerda que casi no dormía.

Le llegó la oportunidad en el IMSS de cambiar de rama a teatro y ahí comenzó en la delegación de la zona sur como jefa de Cultura y Promoción en 1988; estaba muy contenta porque pretendía hacer muchas cosas a favor del teatro, pero se encontró con situaciones irregulares que no le gustaron, a pesar de que económicamente le iba muy bien.

Decide radicar en Cancún

 


“Pero no estaba en el escenario y no podía hacer lo que yo quería con el teatro, y no me gustó. Luego dejé la carrera de teatro en el sexto semestre porque me enamoré y me mudé a Canadá, pedí un año de permiso en el trabajo y me fui, pensaba quedarme allí, pero no resultó como pensaba y regresé a México, pero ya no estaba a gusto. Yo quería seguir haciendo teatro y fue cuando decidí venirme a Cancún en 1991, ya lo conocía por una de mis hermanas que vive aquí, yo venía de vacaciones y me gustaba, veía que no había teatro ni jazz y dije ¡aquí voy a abrir mi escuela, aquí la voy a hacer!

“Llegué muy emocionada, al principio ni podía hacer nada, empecé a tomar clases de contemporáneo en el Patronato por los Jóvenes, lo que era antes el actual Instituto de Cultura, el profesor vio que era muy experimentada y me pidió que diera clases con él, después me invitó a trabajar con él en el Caribbean Carnaval como bailarina y aunque al principio no me querían mucho porque no era güera ni alta, me aceptaron porque el coreógrafo dijo ‘si no va ella yo no entro’, y a los dos meses ya era la primera bailarina y estaba muy contenta.

“Ahí estuve dos años, también daba clases de teatro y de jazz y después llegaron representantes del parque temático México Mágico, un año antes de que lo abrieran, viendo lugares y buscando artistas, y me ofrecieron entrar no como actriz sino como primera bailarina; después fui coreógrafa de otro show, empecé en cabaret; luego me pasaron a la ‘taberna pirata’ como coordinadora, pero decidí regresar a la Ciudad de México porque me llamaron para un buen trabajo que yo quería, pero cuando llegué ya se habían cerrado las plazas. Regresé a Cancún y a México Mágico, pero el día que iba a estrenar, el parque cerró sus puertas y muchos nos quedamos sin trabajo”.

En 1995 abrió su compañía Teatro Independiente, se hizo el primer Concurso Estatal y Regional de Monólogos y Unipersonales “y yo quería que me conocieran como gente de teatro, no sólo como bailarina”, le prestaron un libro de monólogos cubanos y leyó uno que le gustó mucho, ‘El Currículum’, lo adaptó a su vida como una sátira de todo lo que le había pasado, ganó el primer lugar y se empezó a dar a conocer como actriz.

Fox la invita al Festival Cervantino


También trabajó con el escritor Carlos Hurtado, ya fallecido, a quien por cierto admiraba mucho, y con Elba Capuchino, quien coordinaba El Barzón en Quintana Roo, una obra relacionada con ese movimiento, la cual fue vista por Vicente Fox, quien en ese entonces era gobernador de Guanajuato, le gustó y los invitó al Festival Cervantino durante un mes, lo que calificó como una excelente experiencia; de regreso, empezó a trabajar en el Teatro 8 de Octubre y en la Casa de la Cultura.

Recuerda que le llamó un empresario que quería abrir una escuela de teatro en un predio ubicado sobre las avenidas La Costa y Cobá, empezó a dirigir la escuela, hicieron un pequeño teatro que llamaban Teatro Queso, Pan y Vino, pero un año después cerró todo.

Siguió trabajando en la Casa de la Cultura y otros lados: dio clases en La Salle, en Bachilleres II y seguía con su compañía; en el 2009 fue invitada por el propietario del hotel Xbalamqué, Pepe Ancira, a crear allí el teatro del mismo nombre, que lograron abrir con mucho trabajo y donde lleva diez años.

Poco a poco hicieron el escenario, su cabina, camerinos, pero sufrieron un incendio en enero de 2018 por un fuego artificial que cayó en el techo de palapa, algo que prefiere no recordar, pues perdieron casi todo y prácticamente tuvieron que comenzar desde cero.

Una obra que le ha dado muchas satisfacciones se llama “Con Las Alas Rotas”, sobre adicciones entre los jóvenes, y ya lleva casi cinco años con ella, adaptándola y renovándola con distintos actores y actrices.

La Mujer Sola


“Tengo otro monólogo que me fascina, ese no lo escribí yo, es de Darío Fo, se llama ‘La Mujer Sola’ y cuando lo conocí hace como 20 años me moría de la risa porque lo presentaba un hombre vestido de mujer y era súper cómico, pero yo lo quería hacer más duro, dramático, queríamos remarcar la situación de la mujer vulnerable, me costó mucho trabajo porque yo soy de comedia pero también ganó un primer lugar en el concurso de monólogos, he ganado becas, viajes, me ha ido muy bien con ese monólogo”.

Considera que no es fácil hacer teatro en Cancún, a ella le tocó picar piedra y se ha logrado mucho, a la gente le gusta ir al teatro, antes las obras no duraban más de tres meses y ahora tiene temporadas de uno o dos años.

“Desafortunadamente no tenemos una escuela de teatro real, debería haber escuelas de gobierno pero no las hay, he dado clases en primarias, secundarias, preparatorias, en universidades y gracias a Dios tengo alumnos que ya son directores en la Ciudad de México, son actores, otro que se fue Inglaterra, otros a Estados Unidos y es muy bonito cuando los ves actuando y dirigiendo sus compañías, es muy emocionante.

“Todos los que quieran hacer teatro deben tener disciplina, es muy importante; a veces te pueden llegar chicos muy talentosos pero sin disciplina, y a esos no los quiero”.

Gina dice que aún le falta mucho por crear y hacer, le gustaría escribir más cosas, como un Don Juan Tenorio cómico, es un proyecto que no ha podido concretar, y también readaptar el monólogo de “El Currículum” a esta época y desde luego su objetivo es que el teatro en Cancún crezca más, que más gente vaya al teatro.

“Vengan al teatro, la vida de teatro es muy bonita, hay gente que nunca ha ido y piensan que es aburrido y no es cierto. Estamos haciendo teatro para toda la gente, queremos que se diviertan al máximo, también hago tragedias, pero son muy pocas, y si vienen seguro les va a gustar.

“Actualmente tenemos funciones durante noviembre, viernes y sábados a las 8 de la noche de la obra ‘Pan de Muerto’, de humor negro, que dirijo y los viernes a las 10 de la noche y sábados a las 8 de la noche tenemos ‘Princesas Desesperadas’ donde actúo, entonces estaremos viernes y sábados de aquí hasta el 14 de diciembre y regresamos en la segunda semana de enero.

“También tenemos ‘Drácula Gay’, un monólogo excelente con Luis Miguel Cabrera, y tendremos una antipastorela que se llama ‘Jesús, María y José, José José’, está excelente, el viernes 29 estrenamos también una pastorela en la cual actúo y dirijo”.

Gina Saldaña tiene cuatro hermanas, ninguna se dedica al teatro, ella es la menor; se considera ‘la loca de la familia’, pues las demás son muy serias, una vive en Canadá, dos en la Ciudad de México y una más en Cancún.